Los representantes de Intercitrus reclamaron a la Comisión un estudio de impacto de los acuerdos comerciales firmados con países terceros, un análisis previo para el que pronto se rubricará con Mercosur (eso dará ventajas a los zumos de Brasil en la UE), así como la reciprocidad en las condiciones de las importaciones. Y pusieron el acento sobre la amenaza que suponen dos graves plagas foráneas -la «mancha negra» y la «falsa polilla»- y el Citrus greening (HLB, cuyo insecto vector ya se encuentra en Portugal y Galicia) que son de cuarentena para la UE y que son halladas muchas veces en los controles portuarios europeos. «Las naranjas o mandarinas o el zumo de países terceros deben cumplir con las mismas exigencias que se han establecido para los productos comunitarios porque sólo así se podrá extender el modelo europeo de producción y sus exigencias en materia de protección de la salud de los consumidores y del medioambiente», afirmó el presidente de Intercitrus, Manuel Arrufat.