El sector del helado artesano afronta un mes de agosto crucial para su campaña. Pese al mal inicio de la temporada, con una primavera pésima y un arranque del verano muy irregular hasta hace unos días, los heladeros confían en que la meteorología se estabilice en España así como el ritmo de ventas y la llegada de turistas. El objetivo, repetir los buenos resultados de 2017 y 2018, que arrojaron una facturación de 280 millones de euros.
El presidente de la Asociación Nacional de Heladeros Artesanos (Anhcea), Marco Miquel, explica que «está siendo una temporada un poco más floja que la del año pasado. Muy irregular hasta hace unas semana, cuando parece que se han empezado a animar las ventas. Parece que hasta el 20 de julio los turistas habían optado por otros destinos, pero desde entonces hemos detectado un repunte en líneas generales a nivel nacional y confiamos en poder igualar las cifras del pasado año, que ya fue una buena temporada para nuestro sector».
La Asociación de Heladeros Artesanos tiene su sede en Xixona, donde junto con Ibi se encuentra el origen de la mayor parte de negocios que pertenecen a este colectivo. La asociación cuenta con más de 400 socios con más de 1.200 heladerías repartidas por buena parte del territorio nacional. En total hay en España más de 5.100 heladerías artesanas que generan 25.600 empleos. Solo en la Comunitat Valenciana hay 2.500 negocios que dan trabajo a 8.900. Toda una industria que tiene que competir con los helados industriales y con la falta de un etiquetado claro que diferencie ambos sectores.
Miquel, heladero xixonenc afincado en Dénia que tomó las riendas de la asociación en 2017, tomando el testigo del ibense José Luis Gisbert, actual presidente de la Institución Ferial Alicantina (IFA), destaca que pese a las sucesivas olas de calor que han azotado a España, esto no se ha traducido en más ventas ni ha sido algo generalizado. «En el norte de España ha llovido, en Cataluña también ha habido tormentas, no ha hecho calor en todos sitios. Está siendo un verano muy irregular. Hay sitios donde ha ido bien, y en otros menos bien por culpa de la meteorología».
De esta forma el sector espera poder remontar como ya se hizo el pasado año, cuando la temporada empezó con una caída en las ventas del 15% por la meteorología adversa que luego pudieron recuperar con un final de temporada muy bueno, cerrando la facturación en 280 millones de euros.
De cualquier forma señala que temperaturas altas de entre 35 y 40 grados «lo que hacen es retraer el consumo, ya que la gente sale más tarde a consumir porque hace mucho calor» y espera a que anochezca y refresque un poco. Por ello los heladeros prefieren un «calor paseable», hasta los 30-31 grados, ya que más allá la gente no sale a la calle hasta que el calor deja de apretar.
En cuanto a sabores, los consumidores siguen demandando los sabores clásicos. Los helados de chocolate, vainilla, turrón, fresa y leche merengada representan el 85 por ciento de las ventas.
Campeonato de España
Aunque en los últimos años desde la asociación se promocionaba un helado en concreto cuya receta se ponía a disposición de sus socios para su elaboración, en esta ocasión se ha optado por no hacerlo para dar mayor realce al Campeonato de España de Heladería, que tras siete años sin celebrarse se incluyó dentro de la feria Intersicop, el Salón Internacional de Panadería, Pastelería, Heladería y Café que tuvo lugar el pasado febrero en Madrid y que por primera vez contó con este sector. El objetivo de esta competición, que alcanzó así su quinta edición, era demostrar la originalidad, formación, cultura heladera, creatividad y buen hacer de los profesionales de la heladería artesana, así como promocionar el valor del oficio. Hubo 12 concursantes, alzándose con la victoria el xixonenc Albert Soler, de la heladería Can Soler de Badalona (Barcelona), que se impuso con un impecable trabajo en torno al tema la civilización egipcia.
Competencia desleal
Uno de los temas que más preocupa a la Asociación de Heladeros Artesanos es el intrusismo que sufren por parte del sector industrial. Y uno de los objetivos de la junta directiva de Miquel es acabar con este «engaño» que sufren los consumidores. Desde Anhcea lamentan el uso indiscriminado del término «artesano» por parte de los productores industriales, ya que alertan que «sacan partido de la existencia de un vacío legal en la reglamentación para usar un término que debería ser exclusivo de los heladeros artesanos. Por ello no entienden que se insista en este engaño, ya que «se está vendiendo un producto que nada tiene que ver con el artesano». Por ello Miquel insiste en que «tenemos que conseguir que el sector artesano alcance el reconocimiento que se merece y que las administraciones respalden firmemente el esfuerzo que realizamos los artesanos y tome partido por nuestro sector, en lugar de apoyar siempre a la industria».
Por ello la asociación exige la implicación del Gobierno central y de la Generalitat para que se deje de usar el término artesano para referirse a un producto industrial «que nada tiene que ver con el que venimos realizando en los obradores de nuestras heladerías. No pueden seguir confundiendo a al consumir con campañas que recalcan el carácter artesano de un producto que no lo es».
Del mismo modo, otro problema que sufre el sector es que cada vez hay más heladerías artesanas, por lo que aunque las ventas se mantengan o crezcan un poco, el «pastel» del helado hay que repartirlo entre más negocios por lo que no siempre se traduce un aumento de ventas en términos globales en más beneficios para los heladeros.
De cualquier forma, queda mucho mes de agosto y en menor medida septiembre por delante para un sector que se juega todo a una carta, la del verano.
