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Órganos directivos

Carbonell cede a la presión y se inclina por seguir en Caixa Ontinyent

El director del Instituto de Finanzas llamó al presidente de la caja para que continuara y a su relevo Pla para indicarle que carecía del apoyo del Consell

Carbonell cede a la presión y se inclina por seguir en Caixa Ontinyent

El presidente de Caixa Ontinyent, Antonio Carbonell, está dispuesto a no cumplir el pacto de hace tres años de dejar el cargo en 2020 al vicepresidente José Pla y a mantenerse, por tanto, en el mismo hasta 2023. Así lo aseguraron ayer a este diario fuentes próximas al directivo bancario que, no obstante, precisaron que la decisión definitiva no la tomará hasta pasada la asamblea del 30 de junio próximo, una vez haya terminado el proceso de renovación de los órganos de gobierno, en la que ya está inmersa la entidad, y conozca la composición del nuevo consejo, integrado por nueve personas, de entre las cuales él mismo, Pla y otros tres vocales tienen aún por delante otros tres años de mandato.

Carbonell llegó en 2017 a un acuerdo con el alcalde de Ontinyent, Jorge Rodríguez, para repartirse el sexenio que se iniciaba ese año con Pla, un socialista de la confianza del por entonces también presidente de la Diputación de València, después de que el PP, a través del cual había llegado a la caja, le diera la espalda. El relevo debía producirse en este 2020, al término del proceso de renovación. Y, según las diversas fuentes consultadas, todo iba encaminado a que así sucediese. De hecho, las mismas fuentes indicaron que Carbonell había comunicado ya al Banco de España -a los inspectores que de forma rutinaria visitan la entidad- que este año dejaría el cargo y que en breve les presentaría a su sucesor, es decir Pla.

Sin embargo, una información de un medio local recordando el citado pacto y la marcha de Carbonell este año precipitó una campaña de presiones sobre el presidente de Caixa Ontinyent para que siguiera, tal como adelantó este diario el pasado sábado.

Comarca

El trasfondo no es otro que las intestinas luchas políticas por el control de la Vall d'Albaida, una comarca donde la caja de ahorros, la mayor de las dos que han sobrevivido en España, tiene un peso económico y social de gran calado. Tras ser imputado en el caso Alquería, Jorge Rodríguez dimitió en 2018 como presidente de la diputación provincial y dejó el PSPV en abril de 2019. Entonces fundó un partido político -la Vall ens Uneix- con el que arrasó en las elecciones municipales de mayo, dejando a los socialistas sin representación.

La actual secretaria autonómica de Economía y ex mano derecha de Rodríguez en Ontinyent, Rebeca Torró, fue la encargada por el presidente de la Generalitat y secretario general del PSPV, Ximo Puig, de recuperar terreno en la Vall d'Albaida para los socialistas y uno de los objetivos que se ha marcado es Caixa Ontinyent, donde el vicepresidente Pla es el hombre de confianza del alcalde Rodríguez.

Así que Torró inició, tras la publicación del mencionado artículo, una campaña de presión para que Carbonell continuara y no cediera la plaza a Pla. Paralelamente, el conseller de Economía, Rafa Climent, de Compromís, ha estado haciendo labor de zapa para ampliar el peso de esta formación política en los órganos de gobierno de la caja con la vista puesta en 2023, cuando aspira a controlarla o a presentar un candidato de consenso con los socialistas.

Estos últimos han puesto a funcionar incluso la maquinaria de presión de la Generalitat. «A Carbonell le ha llamado mucha gente del PSPV», apunta una fuente próxima al dirigente. El director general del Instituto Valenciano de Finanzas, Manuel Illueca, que ayer no quiso comentar nada al respecto, llamó a Carbonell para transmitirle que Puig y el PSPV prefieren que continue porque Pla no tiene apoyos. No hubo amenazas, pero en Carbonell -y también entre directivos y sindicatos de la caja- ha calado la convicción de no es bueno para la entidad de ahorros tener en contra a la Generalitat.

Illueca también llamó a Pla y le transmitió, según las diversas fuentes consultadas, que no contaba con el apoyo ni del Consell ni del PSPV. El también catedrático de Organización de Empresas de la Universitat de València se propone seguir en su cargo en la caja, según fuentes próximas a él, que consideran que las presiones de los socialistas han sido la «excusa perfecta» para Carbonell y recuerdan que hace siete años este último accedió la presidencia en sustitución de Rafael Soriano a pesar de que el entonces jefe del Consell, Alberto Fabra, quería situar en el cargo al empresario textil Javier Aparicio: «Y no pasó nada». Carbonell cree que debe seguir por el bien de la caja, pero es conocedor de que la continuidad no la tiene ganada y por eso no se decidirá hasta conformada la asamblea. Y es que Rodríguez es el gran factótum de Ontinyent y tiene un ascendiente evidente entre algunos grupos de ese órgano de gobierno, como los impositores.

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