El Fondo de Garantía de Depósitos ya ha destinado 10.873 millones de euros para cubrir buena parte de las pérdidas ocasionadas por los negocios ruinosos en los que se embarcó la CAM, principalmente en el sector inmobiliario, y que llevaron a la entidad a la quiebra. Así consta en el informe anual que acaba de hacer público este organismo, que se nutre de las aportaciones obligatorias de todos los bancos españoles, y que durante la anterior crisis económica se hizo cargo de los rescates de la catalana Unnim y de Caja Castilla-La Mancha, además del de la entidad alicantina, por decisión del ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero. Una función que más tarde asumiría, para el resto de entidades intervenidas, el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) y la Sareb.
En el caso de la CAM, el Fondo de Garantía se encargó de realizar la recapitalización inicial de la entidad, lo que supuso una primera inyección de 5.249 millones de euros, antes de la subasta y adjudicación de su negocio financiero al Sabadell. Junto con este primer saneamiento, el banco catalán reclamó un Esquema de Protección de Activos (EPA) que le cubriera de las pérdidas que ya se intuían en un buen número de operaciones inmobiliarias -créditos e inversiones directas en promotoras- que iba a heredar. La cartera inicial cubierta comprendía un perímetro de 24.644 millones de euros, de la que a finales del pasado año ya sólo quedaban 5.328 millones por liquidar, de acuerdo con los balances del Fondo de Garantía, tras las ventas y gestiones realizadas por el Sabadell. De hecho, una buena parte de este remanente también está colocado ya a un fondo, tras la venta acelerada de activos que realizó el Sabadell en 2018.
En cuanto a las pérdidas generadas, los primeros 3.882 millones de euros se compensaron con las provisiones que ya tenía realizadas la CAM y, cuando se agotaron, a partir de 2015, el fondo se empezó a hacer cargo del 80% de los números rojos, mientras que el Sabadell debe poner el 20% restante. Hasta la fecha, el organismo ha abonado seis facturas anuales, que suman 5.624,9 millones de euros, lo que significa que el banco presidido por Josep Oliu y que ahora tiene su sede en Alicante ha desembolsado otros 1.406 millones.
Aunque las posibilidades de recuperar los 10.873 millones son nulas, el Fondo se ha personado como perjudicado en las distintas causas que se han seguido contra los exdirectivos de la CAM y contra algunos empresarios con los que la entidad realizó negocios poco claros. Una estrategia que funcionó el año pasado, cuando los hoteleros Juan Ferri y José Baldó se declararon culpables por las supuestas irregularidades cometidas en la concesión de créditos al grupo que formaron junto a la entidad en el Caribe, y aceptaron pagar 28 millones de euros.
