A unas horas de que la Conselleria de Sanidad se reúna con los representantes del sector de la hostelería para negociar cómo será desescalada de las restricciones en los bares y restaurantes, el president Ximo Puig ha vuelto a insistir desde Alicante en que esa hoja de ruta se diseñará desde la prudencia y "no pasará del blanco al negro". El líder del Consell ha avanzado que la decisión se tomará "teniendo en cuenta el interés general" y buscando "ayudar al sector a salir de esta situación", si bien ha rechazado que desde el Ejecutivo autonómico se haya "criminalizado" a la hostelería.

"La Comunitat Valenciana no ha sido de las que más ha restringido la hostelería. Esa iniciativa se ha tomado en toda la Unión Europea, donde se han tomado decisiones respecto a los espacios de sociabilidad. El problema no son los bares sino los espacios sociales. No se trata de criminalizar, jamás lo hemos hecho. Por eso queremos compartir con ellos cómo hacer posible superar la pandemia con seguridad y estabilidad, no solo en los próximos días sino a largo plazo", ha asegurado.

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Sobre las actuales medidas y su evolución, el president ha insistido en que "han dado resultados" y que se progresa "de manera adecuada", aunque "aún lejos" del objetivo de los 50 casos por 100.000 habitantes. "Habrá reflexión porque somos conscientes del grave daño que se infringe a una gran parte de la sociedad, no solo a la hostelería". Pero las restricciones, que "no gustan a nadie" y que a Puig le "gustaría suavizarlas", no serán "disruptivas" y pasarán "del blanco al negro", sino que evolucionarán de la forma "lo más prudente posible".

Sus declaraciones llegan poco antes de que este martes la consellera Ana Barceló reciba junto al secretario autonómico de Turisme, Francesc Colomer, a las patronales de la hostelería y del ocio nocturno para una primera toma de contacto sobre la vuelta a la actividad del sector. Será a partir de las 16.30 horas en la sede de Sanidad.