La actividad de frutas y hortalizas, líder en el sector de las exportaciones de la Comunitat Valenciana, ha sido determinante a la hora de tirar del carro de la renta agraria durante el primer año de la pandemia del coronavirus y que, según el Ministerio de Agricultura, se elevó a 29.093,4 millones de euros durante 2020 en el conjunto de España, lo que representa un incremento del 4,3 % respecto al año anterior. Según el informe ‘La renta agraria’, que acaba de presentar el organismo dirigido por Luis Planas, a pesar del año tan difícil para algunos sectores por su dependencia del canal ‘horeca’ (hoteles, restaurantes y cafeterías) y marcado por la pérdida de empleo en el campo, esa mejora de la renta se traslada también al valor de la producción vegetal. Esta aumentó un 3,1%, alcanzando los 30.921 millones de euros, debido al incremento de las cantidades producidas (1,3%) y al de los precios (1,8%).
Pero esa evolución no fue la misma en todos los productos del campo. En concreto, hay que destacar, por ejemplo, que el valor de la producción de los cereales creció de forma muy significativa un 28,9%. Además, el de las frutas aumentó el 12,2%, impulsado por los buenos precios, lo que sitúa a estos cultivos mediterráneos -sobre todo por el tirón de cotizaciones en origen de los cítricos- como los segundos con mejor repunte de precios. Por el contrario, se produjeron notables descensos en patatas (-27,9%), fundamentalmente por un descenso de los precios; y en aceite de oliva (-45,5%), debido en este caso principalmente a una bajada de la producción en la campaña olivarera 2019-2020.
Por otro lado, llama la atención que la renta agraria de 2020 es la segunda más alta de la serie histórica -que comienza en 1990- y solo es superada por la cifra registrada en 2017 (29.152,2 millones de euros). En ese periodo de treinta años la subida de esta magnitud económica ha crecido un 61,7%.
Aumentos de producción
Respecto a la producción, los mayores aumentos se constataron en cereales (31,1%), vino y mosto (21,5%) y huevos (15,7%); y las caídas más significativas, en aceite de oliva (-38,8%), ovino y caprino (-6,7%) y patata (-5,1%).
A la vista de la situación, las razones y reivindicaciones del sector agrario, que se echó a la calle de forma masiva justo ahora hace un año, siguen igual de vigentes, según reconocen Asaja y UPA tras conocer el informe sobre la renta agraria. Mientras, el Gobierno trata de adoptar algunas medidas relativas a la fiscalidad, financiación, seguros agrarios y, fundamentalmente, reformar la Ley de Cadena Alimentaria mediante el Real decreto 5/2020 para corregir desequilibrios y abusos comerciales. Pero éstas son medidas claramente insuficientes para dar respuesta a la principal reivindicación del campo, que pide precios justos y rentas dignas.
Menos ocupaciones
Los datos del Gobierno generan por tanto cierta sorpresa entre las organizaciones agrarias. Así las cosas, el informe avanzado por el ministerio, calificado de «demasiado optimista» por las organizaciones agrarias Asaja y UPA, revela que en términos constantes la renta por ocupado subió el 13%. Sin embargo, la última estimación del Ministerio de Agricultura recoge un descenso importante del 8,2 % en el número de activos en el campo, que se habrían situado en 784.600 ocupados. De hecho, la Comunitat Valenciana ha reducido su cifra de empleo agrario a 43.500 personas al concluir 2020, frente a los 64.800 del cuarto trimestre de 2019; es decir, un 32,9 % menos, según indica la última Encuesta de Población Activa (EPA).
Solo el impacto de las subidas del salario mínimo interprofesional en los dos últimos años, que ha incrementado en un 27,9 % los costes salariales, ha supuesto que «miles de trabajadores del campo pasen a engrosar las listas de desempleados ante la imposibilidad de los agricultores de asumir mayores cargas económicas», concluye Asaja en referencia a la situación de las actividades primarias.
«Las mujeres del sector agrario y del medio rural en la Comunitat Valenciana siempre han estado ahí pero a la sombra del hombre, quien era titular en las explotaciones y en los cargos de responsabilidad de todas las entidades del sector. A lo largo de los últimos años se atisban cambios y cada vez más mujeres comienzan a hacer visibles sus trabajos y cargos, eso sí de una forma mucho más lenta de lo deseable». Así lo reconoce la Unió de Llauradors, que acaba de lanzar ‘Dones del camp valencià’, una serie de testimonios y entrevistas de mujeres que ocupan cargos de responsabilidad en organizaciones agrarias, cooperativas, comunidades de regantes o denominaciones de origen, entre otras.
La organización agraria liderada por Carles Peris asegura que muchas mujeres que han roto el techo de cristal sirven de estímulo para que otras sigan también sus pasos. En ese sentido, la Unió de Llauradors resalta su presencia y visibilidad en lugares de responsabilidad y gestión dentro del sector agroalimentario. Además, subraya el papel de las mujeres en la formación y la conciliación laboral. En el mundo cooperativo cita a Pepa Ocheda, de Benimodo (Ribera Alta), integrante del consejo rector de Guadacoop. Es ingeniera técnica agrícola y productora de caquis. También a Alicia Vallés, ingeniera técnica agrícola en la cooperativa de Cabanes. Asimismo a Inmaculada Huguet, de Llocnou de Sant Jeroni , quien es secretaria de la Comunidad de Regantes Pou Crist de l’Empar i Sant Roc. En relación a dirigentes con cargos de responsabilidad en órganos de dirección de la Unió valora el papel de Raquel Hernández, Ana Isabel Cañizares, Maricén Molina e Isabel Navarro, entre otras.
Mujeres con mando en el campo valenciano
La Unió de Llauradors rinde homenaje a las féminas en tareas de dirección en el medio rural
j.l.z. valència
