AGRICULTURA

La grave sequía en Andalucía aumenta la siembra de melones y hortalizas en la C. Valenciana

Los costes energéticos de los agricultores se disparan hasta cuatro veces por la necesidad de tirar de riego ante la falta de lluvias

Cujltivo de melones en un campo de Alboraia

Cujltivo de melones en un campo de Alboraia / German Caballero

José Luis Zaragozá

José Luis Zaragozá

La ausencia de lluvia en buena parte del territorio de Andalucía está disparando todas las alarmas en el sector primario, mucho más que en la Comunitat Valenciana, donde la superficie de cultivos de regadío es mayor y las reservas hídricas, al menos por el momento, también. Según un informe de Asaja, los productores al aire libre de Almería ya han desistido de plantar 2.500 hectáreas de sandías por falta de agua que garantice su riego, una situación que está siendo aprovechada por los agricultores valencianos, que en estas últimas semanas están aumentando la siembra de esta fruta típica de verano, así como de melones, en comarcas como La Ribera, l`Horta y Baix Maestrat, aseguran a este diario fuentes de AVA-Asaja y la Unió Llauradora.

Más allá del grave impacto de la falta de agua en los cultivos de secano (olivares, almendros y viñedos) y en los pastos para la ganadería, el impacto de la sequía sobre los cultivos en algunos territorios del sur de España es solo una de la consecuencias del déficit hídrico "que puede generar graves consecuencias sobre la agricultura mediterránea", explica el secretario general de la Unió Llauradora, Carles Peris. Con una cuenca del Xúquer al 62% de su capacidad, los agricultores valencianos no ven la situación tan complicada como los dependientes del Segura, cuyos embalses caen al 36% de su volumen y tendrán recortes del trasvase de agua procedente del Tajo. Eso agrava la situación de los productores de las comarcas del sur de Alicante.

Por otro lado, AVA-Asaja constata importantes sobrecostes en energía y mano de obra para llevar a cabo las labores de cultivo. "En cítricos, caquis, frutas de verano (nectarinas, melocotones, albaricoques y nísperos, entre otros) y hortalizas, los agricultores no han parado de regar sus huertos y ven que sus facturas energéticas son tres o cuatro veces más caras que hace un año debido al encarecimiento del precio de la electricidad y el establecimiento del ‘tope al gas’ por parte del Gobierno", advierte la organización liderada por Cristóbal Aguado

Un agricultor prepara el suelo de un campo de Alboraia para sembrar hortalizas.

Un agricultor prepara el suelo de un campo de Alboraia para sembrar hortalizas. / German Caballero

En la Comunitat Valenciana hay más reservas de agua en los embalses respecto a otras regiones españolas que garantizan agua para la presente campaña. Sin embargo, AVA-Asaja reconoce que la escasez de lluvias en los últimos meses ya está comportando efectos muy negativos sobre la agricultura y la ganadería valencianas.

La floración de naranjos y mandarinos está siendo buena este mes, pero el calibre se puede resentir si no llueve en mayo

Floración y calibre de los cítricos

En el caso concreto de los cítricos hay una aumento de frecuencia de los riegos de los campos durante esta primavera tan seca, lo que eleva los costes de explotación. "Las facturas energéticas se disparan y resultan hasta tres veces más caras que hace un año", lamenta Peris. La floración de naranjos y mandarinos está siendo buena este mes, un período clave también para el cuajado de la frutas, por lo que se espera una producción mayor respecto a la temporada pasada, muy castigada por las fuertes lluvias. "El problema es que si no llueve pronto habrá una posible reducción de los calibres", destaca el secretario general de la Unió.

En parecidos términos, fuentes de AVA-Asaja sostienen que los agrios vienen de una temporada de menor producción y la floración ha sido muy buena, si bien lamentan la "gran incertidumbre de cara a la campaña 2023/2024 por este período de sequía tan prolongado". Además, advierten de que los acuíferos están cada vez más bajos, lo que pone en riesgo la situación para algunas comunidades de regantes.

La mayor frecuencia de riego dispara los costes de explotación del campo

Impacto en las hortalizas

También crece la incertidumbre entre los productores de algunas hortalizas como tomates, patatas o cebollas de la Comunitat Valenciana. "En principio son zonas de regadío y no hay riesgo, aunque también están mirando el cielo porque los recursos hídricos pueden acabarse", aseguran las organizaciones agrarias. Además, las altas temperaturas pasan factura a las alcachofas, cuya campaña concluirá en breve y reduce la recolección y el calibre desde el pasado mes de marzo. Desde entonces el termómetro registra récords al alza.

Campo de coles en un campo de l'Horta Nord.

Campo de coles en un campo de l'Horta Nord. / German Caballero

Cereales y frutos secos

En secano, los cereales como el trigo y la cebada registran graves pérdidas de cosechas, hasta el extremo que en muchas parcelas el ciclo vegetativo ya ha finalizado y no se recogerá ni un grano aunque a partir de ahora empezara a llover. También destaca la evolución de la viña, que ha realizado un “lloro” de la savia menor al habitual, lo que podría derivar en una merma de producción de cara a la próxima vendimia. En el caso del almendro, además de una caída de los frutos por estrés hídrico, existe el temor en algunas zonas del interior de que acaben muriendo los árboles. Finalmente, los olivos, que ya venían castigados de las adversidades climáticas del año pasado, corren el riesgo de sufrir nuevas reducciones de cosecha.

Las organizaciones de la Unión de Uniones, que se reunieron ayer con el Ministerio de Agricultura tras la Mesa de Sequía celebrada el pasado miércoles, lamentan la falta de propuestas para paliar los efectos de la sequía, ante una situación gravísima, con pérdidas de producción del orden de los 4.000 millones de euros en toda España respecto a la media de estos últimos cinco años y, sin contar olivar, viñedos y otros cultivos, sobre los que aún es pronto para hacer estimaciones.

Las cooperativas reclaman no pagar el IRPF de los trabajadores

Gabriel Trenzado, director general, Mónica Sanz, presidenta del Grupo de Seguros, y Jesús Gustrán, técnico de seguros de Cooperativas Agro-alimentarias de España aseguran que “los precios más altos no implican mayor rentabilidad, y la sequía que padecemos va a provocar una reducción de la oferta, en algunas producciones se estima que en torno al 50%, y un aumento del coste de los alimentos, afectando a la rentabilidad de las explotaciones, porque con los mismos costes habrá una menor producción”. Esta entidad, que agrupa a 374 cooperativas, con 193.948 socios, 19.762 trabajadores y algo más de 2.000 millones de euros de facturación en la Comunitat Valenciana, considera que el Gobierno debe aplicar una serie de medidas de carácter fiscal y laboral. En ese sentido, ha solicitado la exención de cánones y tarifas relativas a la disponibilidad de agua para los titulares de explotaciones, la del IBI de naturaleza rústica, así como reducciones del IRPF y beneficios fiscales especiales para las actividades agrarias. En materia laboral se ha pedido una condonación del pago de las cuotas a la seguridad social durante 2023 para los afectados por la sequía, mientras que en lo que respecta a financiación, la puesta en marcha de préstamos de liquidez subvencionados hasta el 100%. Cooperativas Agro-alimentarias de España también ha trasladado al Gobierno que las medidas coyunturales como la ayuda de 20 céntimos al gasóleo de uso agrario y la de fertilizantes deben prorrogarse.

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