Empresas

Aragón entra en la carrera por la primera fábrica de chips en España

Lambán asegura que es una de las opciones para ubicar la planta de semiconductores de Broadcom

La DGA mantiene negociaciones "muy avanzadas" con 15 proyectos de 2.000 millones de inversiones

Una de las sedes de Broadcom, que instalará una factoría de chips en España.

Una de las sedes de Broadcom, que instalará una factoría de chips en España. / Broadcom

Sergio H. Valgañón / Jorge Heras Pastor

A la tercera puede ir la vencida. Aragón se ha quedado por segunda vez con la miel en los labios en el anhelado objetivo de atraer una gigafactoría de baterías para coches eléctricos, un industria estratégica para un territorio por su fuerte vinculación al sector del automóvil. Aunque ha llegado a la fase final de dos grandes proyectos, el veredicto en ambos casos le ha resultado fallido. Primero ocurrió con Volkswagen, que optó por ubicar su planta en Sagunto (Valencia) y ahora ha sido la multinacional india Tata Motors, que se decanta por el Reino Unido, donde ya tiene sus raíces en Europa. A pesar del nuevo revés, el presidente en funciones, Javier Lambán, sembró ayer de ilusiones el horizonte al mostrarse convencido de que habrá otras oportunidades. Es más, aseguró que la comunidad es una de las ubicaciones que se barajan para acoger la primera gran fábrica de microchips en España.

Se trata del proyecto que anunció hace dos semanas la multinacional estadounidense Broadcom, que destinará 900 millones de euros (1.000 millones de dólares) para poner en marcha esta planta de semiconductores, los componentes electrónicos que desde hace dos años traen de cabeza a los fabricantes de automóviles y de otros sectores por su carencia. La factoría generaría en torno a 500 empleos, pero su ubicación está todavía por decidir, aunque son varias las comunidades autónomas y ciudades que ya han mostrado interés, siendo Barcelona una de las favoritas.

"Esa fábrica contempla, entre otras ubicaciones, Aragón", afirmó Lambán a los medios de comunicación durante una visita a la Cámara de Comercio de Zaragoza, incendiada hace varias semanas, en el que fue uno de sus últimos actos al frente del Ejecutivo autonómico tras haber perdido las elecciones el pasado 28 de mayo. Preguntado por la decisión de Tata, señaló que la comunidad está en una buena posición para captar otras fábricas de baterías y también para meter cabeza en el prometedor sector de los microchips.

Sobre la iniciativa de Broadcom, certificó que la consejera de Economía, Marta Gastón, "ha tenido muchas conversaciones" con los inversores norteamericanos y confirmó que "la opción de Aragón es muy atractiva". Para el presidente autonómico, los deberes de la DGA "ya están hechos" y solo queda esperar a las negociaciones entre la tecnológica y el Ejecutivo nacional, al que pidió colaboración.

La primicia sobre la instalación de esta gran fábrica fue comunicada el pasado 8 de julio por el CEO de la compañía, Charlie Kawaas, que vía Twitter afirmó estar "emocionado" de poder decir que pronto invertirán "en el ecosistema de semiconductores de España", al tiempo que agradeció a Pedro Sánchez "su apoyo y decisión" para impulsar esta planta de gran escala que será "única" en Europa.

El anuncio se produjo tras meses de conversaciones con el presidente del Gobierno y Jaime Martorell, comisionado del Perte Chip, el programa impulsado por el Ejecutivo central para que España gane protagonismo en esta industria estratégica, que contempla movilizar 12.250 millones de euros hasta 2027.

Economía digital

Lambán trató con sus declaraciones de quitar hierro al hecho de que Tata haya dado calabazas a Aragón, un megaproyecto de 4.600 millones de euros y más de 4.000 empleos que se valoraba implantar en Villanueva de Gállego. Además de anunciar que la comunidad está en la pugna por la fábrica de chips, señaló que la DGA mantiene negociaciones "muy avanzadas" con hasta 15 empresas diferentes para proyectos de inversión que conjuntamente ascenderían a 2.000 millones de euros y generarían 2.000 puestos de trabajo. "Se irán fraguando y se irán dando a conocer en próximas fechas", agregó.

El presidente en funciones destacó que la llegada de estas compañías supondría "el espaldarazo definitivo para convertir Aragón en toda una referencia en la economía digital". También recalcó que "hay más proyectos de baterías que están en marcha" y se mostró "convencido" de que alguno acabará llegando a la comunidad.

Aunque no hay nada cerrado, el líder del Ejecutivo autonómico aseguró que existen "dos gigantes tecnológicos de primera dimensión mundial" estudiando su posible llegada a Aragón: "Ya están haciendo catas en el –polígono industrial– PTR para su, yo espero rápida, instalación". 

"Siempre he dicho que el que no lo intenta nunca fracasa", argumentó sobre la decisión de Tata. A su juicio, esto no empaña "ocho años en los que se ha impulsado mucho la inversión y la atracción de Aragón". En este sentido, recalcó que ha dedicado "especial atención a la ubicación de una fábrica de batería" pero con Volkswagen y la multinacional india "no ha podido ser", pese a que, según su versión, "la DGA cumplió con todos los requerimientos" exigido por esta última compañía. "Estaba todo dispuestos, porque teníamos listos los terrenos, la disponibilidad de renovables y todo lo necesario, con satisfacción plena de la empresa", insistió Lambán, que despejó responsabilidades con dirección a Madrid: "Perdimos el control de la negociación porque ya correspondía al Gobierno de España ocuparse de la situación". 

Aragón ha sido y es una firme candidata a atraer una gigafactoría de baterías de coches eléctricos, pero por el momento es solo un sueño tras haber cosechado dos grandes fracasos. Los mimbres para hacerse con un proyecto de esta envergadura los tiene: un emplazamiento geoestratégico, buenas comunicaciones intermodales, disponibilidad de suelo a precios competitivos y un gran potencial para las renovables. Por ello, Volkswagen puso sus ojos en este territorio, concretamente en Zuera, pero el grupo alemán se decantó finalmente por Sagunto (Valencia). 

Un año después de este primer batacazo, que se oficializó en marzo de 2022, el nombre de Zaragoza volvió a la palestra con Tata Motors, cuyo proyecto de baterías era aún de más magnitud. El rival en esta pugna era el Reino Unido, al que parecía difícil ganar la partida por ser el país originario de Jaguar y Land Rover, las marcas a las que se destinarán las baterías.

Otro nombre que resuena con fuerza desde hace tiempo es Stellantis, que también baraja instalar una gigafactoría en la península Ibérica. Zaragoza, nuevamente, sería una de las favoritas para acogerla y Portugal el rival.