Los depósitos a plazo fijo se disparan un 41 % en la C. Valenciana hasta marzo
El incremento se produce en un contexto en el que la banca ha empezado a remunerar el ahorro solo de sus grandes clientes
Algo empieza a moverse en el estático escenario de los depósitos bancarios, durante largo tiempo ayunos de remuneraciones al propietario del dinero como consecuencia de un exceso de liquidez en las entidades financieras que les ha permitido ser muy poco generosas. Los bancos, cajas de ahorros y cooperativas de crédito que operan en la Comunitat Valenciana elevaron en el primer trimestre del año en un 41 % el volumen de los depósitos a plazo fijo hasta situarlos en los 10.726 millones de euros, según los últimos datos de la conselleria de Hacienda.
De dicha cantidad, 7.193 millones corresponden a Valencia, 1.883 a Alicante y 1.649, a Castellón. El incremento porcentual obedece sobre todo a Valencia, con una subida del 79 % y, en mucha menor medida, a Alicante (5,8 %), ya que Castellón hizo una aportación negativa del 8,3 %. Tres meses antes, el importe global en la autonomía era de 6.978 millones.
Bancos
El incremento se produce en bancos y cajas, donde el porcentaje de subida se sitúa en un 62 %, hasta los 8.232 millones, mientras que en las cooperativas registra un descenso del 1,57 %, hasta 2.493 millones. El avance espectacular de los depósitos a plazo fijo contrasta con el comportamiento del dinero a la vista, que solo aumentó un 0,3 % en el mismo período, aunque acapara la inmensa mayoría de los 130.665 millones en depósitos que acumula la Comunitat Valenciana: en concreto, 114.601. El resto -5.337- corresponde al sector público.
El plazo fijo ha sido tradicionalmente la herramienta utilizada por los ahorradores más conservadores para obtener una remuneración algo superior para su dinero sin exponerse a riesgos y el medio por el que las firmas bancarias han atado a sus usuarios, sobre todo en tiempos de guerra del pasivo y necesidades de liquidez. Y es que se trata de un instrumento por el que la empresa abona un interés pactado previamente por no mover un dinero durante un período de tiempo determinado.
Contexto
Estos datos se producen en un contexto en el que las entidades financieras han empezado a abrir la mano, aunque de forma muy parcial. Están ya remunerando los depósitos de sus grandes clientes, singularmente las empresas. Se trata de los mismos a los que les llegó a cobrar por guardarles el dinero en los tiempos duros en que los tipos de interés estaban en el cero por ciento.
La mano sigue cerrada para los usuarios minoristas, a los que los bancos siguen derivando a otros productos también seguros, como las Letras del Tesoro, para obtener una rentabilidad que de momento no ofrecen los depósitos y que podría no volver hasta el año que viene en contra de los augurios que situaban ese regreso a la vuelta del verano, en cuanto alguna firma con necesidades de liquidez abriera la guerra.
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