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Portugal, Grecia y el subidón en Asia mantienen a flote la facturación de Nueva Pescanova

La compañía formalizó en mayo con Abanca una póliza de crédito de hasta 150 millones con aval del ICO con un 6,1% de interés

Planta de Nueva Pescanova en Chapela.

Planta de Nueva Pescanova en Chapela. / R. Grobas

Julio Pérez

El capitán fichado por Nueva Pescanova para liderar el cambio de rumbo del negocio, a la espera de lo que finalmente ocurra con la venta o no del 80% del capital de Abanca en la pesquera a la canadiense Cooke, viene directo de Asia. Allí desempeñó Jorge Escudero las labores de CEO de Coca-Cola para Indonesia y Papúa Nueva Guinea. La endogamia es un rasgo distintivo de las cúpulas de la industria alimentaria. Su predecesor en el gigante de Chapela vino de Campofrío. Pero, ¿qué tienen en común los refrescos y el langostino? Cuando se habla de comercio, mucho más de lo que podría parecer. “Desde su perfil innovador, destaca su capacidad para impulsar la transformación eficiente en áreas como la comercial, industrial y de cadenas de suministros”, alaba la compañía en el comunicado con el nombramiento el pasado viernes. “Atesora un profundo conocimiento y experiencia en mercados internacionales, incluyendo Europa, Asia y Latinoamérica –añade–, que le brindan una perspectiva global muy valiosa para fortalecer la estrategia de crecimiento de Nueva Pescanova”. Porque ese es el gran reto, y una necesidad imperiosa, para el grupo, que se aferra a una mayor “agresividad comercial” para que el ejercicio que estrenó el pasado 1 de abril haga olvidar el notable resbalón de los doce meses anteriores.

Lastrada por la inflación, la depreciación del euro frente al dólar y, sobre todo, el fiasco de la producción acuícola en Nicaragua, Nueva Pescanova volvió a la senda de los números rojos que logró esquivar el año anterior. Perdió 53,4 millones, como avanzó Faro de Vigo, del grupo Prensa Ibérica, con las cuentas que acaba de depositar en el Mercado Alternativo de Renta Fija (MARF). Los costes de materias primas, los gastos financieros y el deterioro de la productividad que la misma Nueva Pescanova reconoce, se comieron parte de los márgenes tras mantener a flote la facturación. Las ventas bajaron menos del 2%, hasta los 1.074 millones de euros.

La cifra de negocio no descendió más porque la caída de ventas en España (6,3% menos), Francia (8,8% de bajada) y, sobre todo, Italia (donde se desplomaron casi el 26%), fue “parcialmente compensada” por el ascenso en Portugal (12,9%), Grecia (18,6%) y Asia (20,8%). El mercado nacional retrocede dos puntos, al 37%.

La pata comercial e industria aportó el 94,5% de toda la cifra de negocio, por encima de 1.015 millones. Le sigue la actividad de acuicultura vannamei, con el 3,9%. La pesca en África representó el 0,9%; un 0,2% la de Cono Sur; y el 0,1% la cría de rodaballo. De todas ellas, solo las sociedades dependientes y filiales vinculadas al rodaballo y a la pesca en Cono Sur brindaron un resultado positivo: 5,1 y 11,3 millones de euros. El agujero principal vino de las granjas de langostinos, unos 37,3 millones de euros.

A 31 de marzo de 2023, Nueva Pescanova acumulaba una deuda financiera de 331,5 millones de euros tras un recorte del 15% en el último año. Los intereses que paga suben con fuerza. El tipo promedio escala del 3,9% en 2022 al 4,86% actual, según el balance, que refleja al cierre del ejercicio una posición de tesorería de 60 millones de euros, líneas de crédito disponibles por importe de 3,8 millones y un fondo de maniobra positivo de 56 millones.

Con fecha posterior al cierre, el 12 de mayo pasado, la compañía formalizó con Abanca, su máxima accionista, una póliza de crédito de hasta 150 millones de euros con aval del ICO en la línea destinada a ayudar a las empresas afectadas por la guerra en Ucrania. Tiene una duración de 8 años, con un interés nominal del 6,1%.

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