Alimentación

Alimentaria 2024 | Las carnes se abren hueco ante algas e insectos en el 'boom' de la proteína

El sector cárnico ve una oportunidad en la tendencia hacia los alimentos ricos en proteínas, mientras la ciencia desarrolla alternativas con algas, fermentos e insectos

Exposición de piezas enteras de vacuno de la empresa Central de Carnes en la feria Alimentaria 2024.

Exposición de piezas enteras de vacuno de la empresa Central de Carnes en la feria Alimentaria 2024. / JORDI COTRINA

María Jesús Ibáñez

Si algo ha quedado claro en la edición de la feria Alimentaria, que este jueves termina en la Fira de Barcelona, es que si una empresa alimentaria quiere vender o ampliar su cuota de mercado, ha de apostar por las proteínas. Proteínas añadidas a los lácteos, proteínas impresas sobre la carne, proteínas en los cereales, en los snacks y en la cerveza y proteínas enriqueciendo cualquier producto transformado que se precie. Y esto, aunque parezca una mera moda asociada a la vida sana, a la preocupación por la nutrición y al mundo del ejercicio físico, lo cierto es que ha abierto una ventana de oportunidad para el sector cárnico.

"En la anterior edición de la feria, la de 2022, todas las novedades giraban en torno a los vegetales, todo era 'plant based'... Este año, en cambio, los que nos dedicamos a la carne estamos manteniendo muchos e interesantes contactos", resume Manuel García Lorenzo, presidente de Interporc, la organización profesional que agrupa a productores, transformadores y distribuidores de la carne de cerdo.

La proteína, en este caso además de origen natural, está dando un impulso a un sector que lleva tiempo cargando con el sambenito de la contaminación y de los residuos (por los purines del porcino o por las emisiones de gases con efecto invernadero del vacuno) y tratando de gestionar la cada vez más complicada legislación sobre bienestar animalque no se lo está poniendo fácil.

"Hemos hecho los deberes, tenemos unas granjas que son ejemplo de buenas prácticas, que han realizado grandes inversiones para solucionar todo eso y que ya no tienen nada que ver con las que había hace un par de décadas", proclama Dolors Puyol, directora general de Premier Pigs. "Estamos instalando tecnología puntera para que sea así", subraya Sergio Samper, máximo responsable de otro gigante del sector, el Grupo Jorge. Ambos han participado, dentro de las sesiones técnicas de Alimentaria, en una mesa redonda sobre la sostenibilidad del sector cárnico.

"La industria cárnica es un motor de la economía española, es una gran exportadora, moderna y tecnificada, que ha demostrado que está muy atenta a las demandas del consumidor, que se encuentran en transformación. El problema es que todo ese esfuerzo que se ha hecho, y que se está haciendo, no acaba de llegar al cliente, la información y la transparencia, siempre desde el rigor de los datos, son posiblemente la asignatura pendiente", señala Barbara Calvaresi, responsable del sector de la carne en la asociación de fabricantes y distribuidores Aecoc.

De hecho, algunas empresas líderes, como Vall Companys, han empezado a apostar también por la proteína alternativa. La compañía leridana la produce a través de Zyrcular, una firma que tiene fábrica en Osona y que acumula un crecimiento sostenido del 20% desde que empezó en 2020. "Aplicar lo que nos dice la ciencia no es opción: tendremos que hacerlo sí o sí para seguir en esto, por sostenibilidad ambiental, pero también económica", sentencia Albert Morera, director general de la división porcina de Vall Companys. Eso sí, afirma Morera (y con él coinciden todos los participantes en la mesa redonda), "habrá que aumentar la presencia en Bruselas, donde se hacen las leyes y donde hay otros lobis con mucha más voz que el sector cárnico".

Las algas y los fermentos

Si para alimentar a la población mundial en 2050 hará falta que se incrementen las fuentes de proteína (entre otros), los científicos alertan de que con la carne y las legumbres no será suficiente. Entre otras razones, por los impactos ambientales que su producción tiene sobre el medio ambiente. Por eso, la ciencia está ya trabajando desde hace un tiempo en proteínas alternativas, a partir de algas, fermentos, insectos y hongos.

"Tenemos varias líneas de investigación abiertas, que desde septiembre pasado basculan en torno al nuevo Centre d'Innovació de Proteïnes Alternatives (CIPA)", explica Sara Bover, jefa del área de Industrias Alimentarias del Institut de Recerca i Tecnologia Agroalimentària (IRTA), dependiente de la Generalitat de Catalunya. La iniciativa nace para dar respuesta, entre otras cosas, a los consumidores "que buscan ingredientes funcionales, que apuestan por la sostenibilidad o que tienen un régimen alimentario determinado por cuestiones éticas o de religión", indica Bover.

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