Pádel a las puertas del Ártico

La empresa Courts Deluxe triunfa en los mercados exteriores con la fabricación de pistas que envía a los rincones más remotos del planeta

Fernando Cánovas, gerente de la empresa, practica el pádel en una pista de muestra

Fernando Cánovas, gerente de la empresa, practica el pádel en una pista de muestra / TONY SEVILLA

Miguel Vilaplana

Dicen que en las grandes crisis residen las grandes oportunidades. Pues bien, esta afirmación le viene como anillo al dedo a Fernando Cánovas, un arquitecto técnico que, en pleno estallido de la burbuja inmobiliaria, decidió reorientar su profesión y poner en marcha un negocio para la fabricación de pistas de pádel, un sector que en esos momentos estaba en auge. Y la apuesta no le pudo salir mejor, puesto que, doce años después, ese taller que subcontrataba muchos de sus procesos se ha convertido en una empresa potente y en plena fase de expansión que en el último año ha exportado 1.100 pistas a países de todo el mundo y tiene previsto cuadruplicar su capacidad productiva. Padel Courts Deluxe, con sede en el municipio alicantino de Granja de Rocamora, mantiene una intensa actividad que la ha llevado a montar instalaciones en los lugares más exóticos y remotos, incluida la localidad noruega de Tromso, la puerta del Ártico. Suyas son las pistas más septentrionales del planeta.

«La crisis del ladrillo fue un momento complicado para todos los que trabajábamos en el sector de la construcción, pero vi la opción de reconvertirme y explorar las posibilidades que ofrecía en ese momento un deporte que estaba empezando a emerger y que contaba con grandes posibilidades de crecimiento», explica el arquitecto técnico. Y dicho y hecho, puesto que, tras una inversión de apenas 3.000 euros, aportada tanto por él como por un socio, en 2011 instalaron las primeras pistas de pádel en Marbella, en lo que fue el pistoletazo de salida de una empresa que, desde entonces, registra una progresión imparable.

Pero la clave del proyecto fue el enfoque de carácter internacional que se le dio prácticamente desde el principio. Según apunta Fernando Cánovas, que ejerce como gerente de Padel Courts Deluxe, «nos dimos cuenta de que en España había mucha competencia, por lo que orientamos el negocio hacia la exportación». La instalación del primer club en el centro financiero de Londres supuso un empujón vital en este sentido, porque rápidamente llegaron otros contratos desde Suecia, donde actualmente la empresa cuenta con un socio accionista, y posteriormente desde múltiples lugares del mundo.

El listado es interminable, pero Cánovas destaca enclaves tan peculiares como Ciudad del Cabo, Bahamas, Burundi, Miami, Lima, El Cairo o el citado Tromso, «desde donde salen los exploradores hacia las tierras árticas», apunta.

Al contrario de lo que le ha sucedido a numerosas empresas, la irrupción de la pandemia de coronavirus no fue un obstáculo para Padel Courts Deluxe, sino más bien todo lo contrario. «Al tratarse de un deporte en el que no existe contacto físico entre los jugadores, no se vio tan afectado por las restricciones y registró un notable impulso durante esta época, lo cual, a nosotros, nos vino muy bien», reconoce el gerente.

En 2022 la empresa obtuvo una facturación de 14,5 millones de euros merced a la fabricación y distribución de 1.100 pistas de pádel, correspondiendo un 99% del negocio a la exportación. Para el año que se acaba de iniciar, las previsiones de crecimiento son de un 30%, gracias a la inversión que está protagonizando la firma en la mejora de sus instalaciones. Y es que, apunta Cánovas, «hasta hace poco estábamos en la localidad de Castalla, con una capacidad productiva limitada por la falta de espacio. Por eso decidimos trasladarnos a Granja de Rocamora, lo que nos ha posibilitado pasar de unas instalaciones de 4.000 metros cuadrados a otras de 12.600».

Este cambio les ha permitido adquirir nueva maquinaria y asumir la totalidad de los procesos productivos, dado que hasta el momento tenían que subcontratar algunos de ellos. También trabajan en la habilitación de una planta robótica, que modernizará al máximo la fabricación. El resultado de todo ello es que la empresa, que cuenta con 78 empleados, ya ha pasado a contar con una capacidad productiva de 2.500 pistas al año, que se elevará hasta 4.000 cuando esa planta esté operativa.

¿Y cuál es el secreto del éxito que está obteniendo la compañía? El gerente insiste en la apuesta por la internacionalización. «En estas cosas -señala- siempre tienes que tener suerte, pero acertamos con nuestra visión del mercado extranjero. De hecho, el propio nombre de la empresa está concebido en ese sentido, hasta el punto de que en las búsquedas por internet siempre aparecemos posicionados en la primera página. Eso, desde luego, ayuda mucho, porque cualquier persona del mundo que esté interesada en contar con una pista de pádel a los primeros que encuentra es a nosotros».

Y, después, está el servicio y la calidad del producto. «Contamos con nueve modelos de pistas para cubrir las necesidades de cualquier tipo de cliente, y, además, realizamos el montaje, la planificación y el servicio posventa en cualquier parte del mundo. Todo eso hace que estemos muy bien valorados y que se refleje en nuestros resultados», asevera Cánovas. 

Suscríbete para seguir leyendo