Xylella: Los planes contra la plaga reducen su extensión

La Conselleria de Agricultura elevará un 25 % las ayudas por hectárea

Xylella

Xylella / JOSÉ LUIS ZARAGOZÁ

José Luis Zaragozá

José Luis Zaragozá

La propagación de la Xylella fastidiosa, la temible bacteria que ha azotado de lleno las explotaciones de almendros en comarcas del sur de la Comunitat Valenciana desde 2017 y destrozado buena parte del olivar de Italia y Mallorca, se frena. Los planes para la erradicación, contención y control de esa devastadora enfermedad vegetal parece que también están dando sus resultados en otros territorios de España. Así lo confirma el último informe realizado por la Conselleria de Agricultura y, para el conjunto de España, el Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA).

Un agricultor pasea por una explotación de almendros en una localidad de Alicante. | Juani Ruz

Un agricultor pasea por una explotación de almendros en una localidad de Alicante. | Juani Ruz / JOSÉ LUIS ZARAGOZÁ

Desde junio de 2017, cuando se detectó la Xylella fastidiosa en Guadalest, plaga conocida como el 'ebola' de los olivos, «la extensión de la zona demarcada ha sufrido una evolución creciente que ha ido ralentizándose con el paso de los años», explica el secretario autonómico de Agricutura, Roger Llanes. De hecho, mientras que el ritmo de crecimiento de la superficie fue muy elevada durante el último lustro, con alzas del 176% en 2017, del 53% en 2018 y del 13% en 2019; en las siguientes campañas el ritmo de expansión se desplomó. En concreto, cayó a porcentajes del 4,7% en 2020 y del 2 % en 2021.

Además, los datos provisionales de la Conselleria de Agricultura de 2022 revelan que hasta la 18ª actualización la zona demarcada solamente se había ampliado un 1,1 % respecto a la superficie con la que inició la campaña; es decir, 137.995 hectáreas, alcanzando actualmente la zona demarcada una superficie de 139.459 ha. Por otro lado, el número de positivos también ha experimentado un considerable descenso, pasando de 1.847 positivos en la campaña 2020, que representó el máximo de positivos encontrados en una campaña, a 379 en la campaña 2021. Los resultados provisionales de 2022 elevan el numero de positivos a 258.

Respecto a la toma de muestras, la administración autonómica revela que en la zona demarcada se están tomando desde 2019 alrededor de 15.000 muestras anuales, y el número de positivos ha ido descendiendo desde 2020. Por otro lado, se han tomado desde 2017 cerca de 40.000 muestras fuera de la zona demarcada, «lo que nos permite aseverar que la presencia de Xylella fastidiosa se restringe a la zona demarcada», advierten los técnicos de la Conselleria de Agricultura, que ya prepara una nueva orden que eleva un 36% las ayudas para el arranque de árboles y del 25 %, por hectárea, respecto a los fondos actuales.

En cuanto a la zona infectada, las cifras de aumento también se han ido moderando, en consonancia con el resto de los índices. Se ha pasado de cifras de más del 500% en el aumento de la zona infectada de un año para otro, a porcentajes inferiores al 10%: 9,01% en 2021 y un 5,7% en 2022, a la espera de los datos definitivos de esta última campaña, según la conselleria.

«A la vista de estos datos, se puede concluir que la zona de dispersión de Xylella fastidiosa en la Comunitat Valenciana se encuentra bien delimitada y que, si continuamos insistiendo en nuestra estrategia, y con la colaboración de todas las partes implicadas, podremos contener su avance y salvaguardar el resto de territorio valenciano, español y de la UE de esta grave enfermedad», reconoce Roger Llanes.

Pese a las críticas de algunas organizaciones agrarias, la conselleria sostiene que la estrategia de erradicación ha hecho posible que no aumente la presencia de Xylella fastidiosa . «Si no hubiéramos actuado así, habría una mayor difusión de la bacteria en el territorio de la Comunitat Valenciana», advierte Llanes.

Único origen del brote

Actualmente en la Comunitat Valenciana se han detectado 5.248 plantas infectadas por la bacteria, de 22 especies vegetales diferentes, y en 65 municipios distintos. La bacteria detectada en todas esas especies vegetales y municipios pertenece a la misma cepa de la bacteria (subpespecie ‘multiplex’ y grupo genético 6) lo que da una idea de la gran homogeneidad y posiblemente con un mismo y único origen del brote, a diferencia de lo que ha ocurrido en otros territorios de España y la Unión Europesa.

¿Y cómo está el resto de España? De las 14 instituciones españolas y tres extranjeras que han desarrollado su labor para la erradicación, contención y control de Xylella fastidiosa en todo el territorio estatal, a través del Proyecto AgroMIS, recientemente ha realizado un primer balance de los logros alcanzados en un proyecto que para el sector es estratégico. Según Rafael Sánchez de Puerta, responsable de I+D+i del Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA), una amenaza sanitaria tan grande como esta no puede llegar al olivar de la península, sobre todo de grandes zonas productoras, como Andalucía o la Comunitat Valenciana. «Podía suponer un gravísimo problema para comarcas enteras. Como sector, no podíamos quedarnos cruzados de brazos. Afortunadamente, nuestro país cuenta con grupos de investigación de primer nivel mundial. Una vez más, hemos demostrado que es posible la colaboración público-privada para dar soluciones a problemas muy concretos del olivar español».

Planes de vigilancia

Aunque la bacteria tan sólo se ha detectado en Baleares, en Alicante, Madrid y Almería, no se puede bajar la guardia, aseguran desde el INIA, porque también podría afectar a otros cultivos leñosos, incluidos los cítricos y otros frutales. Una de la líneas coordinadas por el Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias (IVIA) se ha centrado en desarrollar nuevas estrategias de vigilancia y muestreo que permitan detectar la bacteria con igual eficacia que hasta ahora, pero reduciendo la cantidad de recursos necesarios para lograrlo. Así, se han desarrollado mapas de idoneidad climática para las diferentes subespecies de Xylella fastidiosa que permitirán a los servicios oficiales de las diferentes comunidades autónomas a identificar las zonas de mayor riesgo, aumentando así la probabilidad de detectar posibles nuevos focos del patógeno.

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