Navidad

La inflación y la baja natalidad castigan al sector del juguete pese a la Navidad

La menor renta de unas familias con cada vez menos descendencia lleva a la industria a cerrar el año en negativo pese al aumento de las ventas en la recta final de la campaña

Clientes de una tienda de juguetes de Benidorm.

Clientes de una tienda de juguetes de Benidorm. / David Revenga

Miguel Vilaplana

No corren buenos tiempos para el juguete. Y es que, pese al esfuerzo que realiza el sector para renovar todos los años la mayor parte de sus catálogos y desarrollar artículos más atractivos y educativos, las empresas chocan de frente con la tozuda realidad de la complicada coyuntura actual. Por un lado está la inflación, que ha hecho que las familias tengan una menor renta disponible para adquirir los regalos, y, por otro, un factor que impacta de lleno en esta industria, como es la baja natalidad y unos niños y niñas que, además, cada vez dejan de serlo a edades más tempranas. Esta combinación explosiva, como no podía ser de otra forma, va a tener consecuencias nefastas, dado que habrá un retroceso de la facturación. De hecho, el repunte de la actividad comercial que se está registrando en la recta final de la campaña de Reyes no va a resultar suficiente para compensar la caída que se ha venido acumulando a lo largo de todo el año.

No va a ser este un buen ejercicio para el sector juguetero, y ya van cuatro. Después de unos años que vinieron marcados por la pandemia, el colapso de las cadenas de suministro, el aumento de los costes y el sobreaprovisionamiento de las tiendas, 2023 va a cerrarse en negativo como consecuencia de otros factores que han venido, incluso, a empeorar la situación. La inflación generalizada que se registra a nivel internacional, en un contexto de incertidumbre y tensión generado por los conflictos bélicos en Ucrania y Gaza, ha propiciado un descenso de las ventas a nivel internacional.

Ni fuera ni dentro

Así las cosas, los mercados europeos, principales clientes del sector, registran descensos de consumo generalizados que están teniendo un impacto directo sobre las exportaciones. Según las previsiones que maneja la Asociación Española de Fabricantes de Juguetes (AEFJ), y a falta de contar con los datos definitivos de los dos últimos meses del año, todo apunta a que las ventas al exterior retrocederán entre el 2% y el 3% en relación a los 715 millones de euros obtenidos el año pasado.

Y el mercado interno tampoco parece que vaya a dar alegrías. Los meses se han ido cerrando en negativo a lo largo de la práctica totalidad del año, con lo que el sector tenía las esperanzas depositadas en una posible remontada en la campaña de Navidad, donde se concentra la actividad comercial. De hecho, el periodo comprendido entre octubre y diciembre representa el 60% de las ventas del total del año, toda vez que España es el país con la mayor estacionalidad del entorno europeo, con casi 20 puntos más que Alemania y 12 más que Italia.

Así lo subraya el director general de la AEFJ, José Antonio Pastor, quien manifiesta que "el año empezó mal por el exceso de estoc en los comercios, lo que impidió a las empresas dar salida a sus productos. Sin embargo, el comportamiento del consumidor español, que en las últimas semanas considera al juguete como un bien de primera necesidad en los hogares con niños, hace pensar que las cifras todavía pueden mejorar".

Pero ni por esas. Desde Circana, compañía especializada en el análisis del comportamiento de los consumidores, destacan que, efectivamente, se esperaba que el empujón final de la campaña pudiese traer consigo un crecimiento muy modesto, de apenas el 1%, pero todo parece indicar que no va a ser posible. Su director, Fernando Pérez, indica que, efectivamente, las ventas se han animado en estas últimas semanas, pero no lo suficiente. "Es evidente que algo se ha remontado, pero no se van a poder compensar las pérdidas acumuladas a lo largo del ejercicio. Así que vamos a concluir el año en negativo, probablemente en unos porcentajes de caída de alrededor del 3% o el 4% con relación a los resultados alcanzados en 2022", lamenta.

Los fabricantes ya daban por sentado que la facturación global de las empresas jugueteras a nivel nacional iba a retroceder el 2%, hasta los 1.665 millones de euros, debido a la caída de las exportaciones. Sin embargo, eso era antes de que también se confirmarse un descenso de las ventas en el mercado interno, por lo que es de suponer que el descenso final en el volumen total de negocio todavía será mucho más acusado.

Exposición a las pantallas

Pero la inflación y la consiguiente bajada del consumo no es lo único que está impactando en el sector. El descenso de la natalidad es otra de las cuestiones que están dificultando la actividad de la industria. Un factor al que hay que sumar, subraya Pérez, el hecho de que los niños y niñas cada vez dejan de serlo a edades más tempranas, algo en lo que tiene mucho que ver la exposición a las pantallas en general y a los teléfonos móviles en particular. "Nos encontramos ante una disyuntiva -resalta el director de Circana- en la que el sector solo puede crecer si se aumenta el gasto por menor, actualmente situado en 211 euros al año, muy lejos, por ejemplo, de los 331 euros de Francia y los 389 de Alemania, por poner solo algunos ejemplos". Y eso, en la actual coyuntura, en la que las familias cada vez tienen una menor renta disponible, no deja de ser una quimera, al menos hasta que puedan llegar tiempos mejores.

¿Y cuál es la situación real de las empresas? Injusa es una compañía ubicada en el municipio alicantino de Ibi, en una comarca, como es la Foia de Castalla, en la que se concentra el 40% de las firmas jugueteras de España. Especializada en la fabricación de vehículos de juguete eléctricos, es una de las compañías que más están sufriendo el menor poder adquisitivo de los compradores. Su gerente, Luis Berbegal, explica que las perspectivas "no son muy halagüeñas". "Desde que irrumpió el covid no nos aclaramos, porque, además de la subida de costes y los problemas en las cadenas de suministro, nos hemos encontrado con que los consumidores se decantan por juguetes de un precio más bajo que los nuestros", señala. De hecho, los productos de la firma que están teniendo más salida son los correpasillos, precisamente porque son más baratos que las motos y los coches que produce Injusa.

La esperanza está depositada en que en esta campaña, al menos, se puedan agotar los estocs de las tiendas, lo que permitiría a las empresas iniciar el próximo año con unas mejores perspectivas.

En parecidos términos se expresa César Bernabeu, de Muñecas Berjuan, con sede en Onil: "Aún no hemos logrado recuperar las cifras de negocio anteriores a la pandemia, pese a los esfuerzos en la renovación de nuestros artículos y el mantenimiento de otros de éxito". Pero la realidad, continúa, es que la primera mitad del ejercicio actual "fue muy malo por el exceso de estoc, y a partir de ahí ya ha resultado muy complicado recuperarse. La gente se está mostrando muy conservadora a la hora de comprar".

En lo que respecta al buque insignia del sector en España, como es Famosa, tiene en el lanzamiento de novedades una de sus apuestas más firmes para garantizarse una buena penetración en los mercados, aunque todo ello sin renunciar a sus artículos tradicionales, que continúan ofreciendo unos rendimientos de primer nivel desde el punto de vista comercial. 

Clásico reinventado

Este es el caso de la icónica muñeca Nancy, que en su 55º aniversario sigue acompañada por unos datos de ventas históricos, hasta el punto de ser la marca de mayor facturación de la compañía. Así, los datos recopilados por Circana sitúan a Nancy. Un día siendo Aitana, inspirada en la popular cantante, en el primer puesto en el ranking de ventas en España. El CEO de la empresa, José Miguel Toledo, señala que Nancy "es un claro ejemplo de la apuesta por Famosa por la innovación y de cómo a lo largo de los años ha ido reinventando los clásicos".

El éxito de Nancy no es otra cosa que la constatación de que España continúa siendo un país en el que las muñecas son el juguete que acapara una mayor demanda, principalmente aquellas que se engloban en el formato maniquí. Junto a este segmento también están teniendo una importante cuota de protagonismo en el mercado las construcciones, los vehículos y las mascotas electrónicas, entre otros. En cuanto al mercado licenciado, muy ligado a personajes de películas, cómics y videojuegos, tiene una penetración del 31,5%, frente al 27,5% que supone la media europea.