Un emprendedor de éxito valenciano siempre utilizaba la expresión «y/o» en sus presentaciones, y esto refleja muy bien la temática que quiero compartir con vosotros. Cuando fundamos Boatjump, plataforma de alquiler de barcos por todo el mundo, no conocíamos los entresijos del mundo startup, pero tras cada paso que avanzábamos nos sentíamos más cómodos. Debíamos de ser rápidos y pensar en grande.
Durante los primeros cuatro años, desde 2016, crecíamos un 100% anual en facturación, ampliamos mercados y recibimos apoyo financiero de importantes inversores privados, gracias a los cuales fuimos capaces de pasar de A a B en el tiempo que una empresa tradicional tardaría más de una década. La pregunta que no fui capaz de responderme hasta marzo 2020 fue: ¿es mejor una empresa por el mero hecho de crecer?
Llegó la covid y todos nuestros planes como empresa se desmoronaron por un huracán de miles de cancelaciones y una caída en picado de las ventas. Ningún power point hasta la fecha contemplaba ese escenario... Sin embargo, los últimos 12 meses han supuesto bajo mi punto de vista el mayor salto de nivel para el proyecto. Decidimos cambiar el rumbo para 2020 postcovid: si no podemos crecer, aprovechemos para ser mejores.
Marcamos la eficiencia en el centro de la estrategia y en consecuencia tomamos muchas pequeñas decisiones que han ido quitando palos en la rueda. Destinamos el 70% de la plantilla a atención al cliente y el resto del equipo nos pusimos a replantear gran parte de los procesos internos que hasta ahora dábamos por buenos. Después del desastre llega la suerte, porque la náutica de recreo se posiciona como uno de los subsectores más free covid. Alquilar un barco privado para pasar unos días con tu familia o amigos más cercanos, sin aglomeraciones ni interacciones innecesarias. Recuperamos parte de la temporada y comenzamos a ver la luz hacia 2021.
Arrancamos este año con muchas mejoras implantadas, y vamos camino de igualar nuestros niveles precovid de facturación, pero disparando la rentabilidad y automatizando todo aquello que no aporta valor al cliente. Hemos pasado de crecimiento sin rentabilidad a rentabilidad sin crecimiento, pero con las bases ya asentadas para en 2022 alcanzar los 10 millones anuales con beneficios. La mejor vacuna para que una empresa sobreviva a un periodo tan convulso es el equipo.
