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Dos crisis inmobiliarias sin nada en común

El 15 de marzo de 2020 el sector inmobiliario contuvo el aliento tras la declaración del estado de alarma temeroso de un derrumbe del mercado como en 2008. Dieciocho meses después los expertos dan por superada la crisis y atisban más ventas

Viviendas en construcción en el PAI de Malilla. | M.A. Montesinos

El mercado de la vivienda ha respondido de manera muy diferente a la crisis económica provocada por la covid que a la de 2008. Un informe de BBVA Research confirma que no tiene nada que ver una crisis con otra a pesar de los temores del sector cuando estalló la pandemia. El departamento de investigación económica del banco precisa que los precios en la Comunitat Valenciana cayeron seis veces más en los primeros trimestres de la gran recesión de 2008 y las ventas se desplomaron un 38 % frente a una ligera caída de un 1 % en la crisis económica por el parón de la pandemia. El estallido de la burbuja inmobiliaria acabó con el 95 % de los promotores valencianos y sentó las bases de un saneamiento financiero del sector inmobiliario que ha permitido a las inmobiliarias sortear con éxito los primeros meses de incertidumbre sanitaria y económica. Los profesionales subrayan que el sector vive ahora una nueva época dorada por las compras de personas que no han visto reducidos sus ingresos durante la pandemia y que descubrieron en el confinamiento de la primera ola del coronavirus que su vivienda no les gustaba. La vivienda en la Comunitat Valenciana alcanzó en el segundo trimestre del año su precio más caro en los últimos nueve años y medio, el tamaño de los inmuebles vendidos está en su máximo histórico, y hay mucha más demanda que oferta. Tres datos que, según los expertos, demuestran que no hay ni rastro de crisis en el sector.

El decano del Colegio Notarial de Valencia, Francisco Cantos, explica que «las crisis son totalmente diferentes». El representante de los notarios de la Comunitat subraya que la crisis de 2008 fue estructural por el derrumbe financiero del sector tras años de especulación y la de 2020, coyuntural por el parón de la actividad económica por el confinamiento y la incertidumbre de los primeros meses de la crisis sanitaria. «En 2008 se produjo un colapso del sistema financiero que lo arrasó todo. Nadie tenía dinero, ni los bancos. El mercado se descompensó porque desaparecieron los compradores·», destaca el decano. Este hecho lo confirma el dato de que en los ocho primeros trimestres de la crisis de 2008 las transacciones cayeron un 38 %, según los datos del informe de BBVA Research. «Ahora sí hay compradores y la gente no tiene necesidad de vender su casa porque puede hacer frente a la hipoteca. Es verdad que algunos profesionales como los hosteleros no han podido ahorrar pero hay otras personas que no han visto reducidos sus ingresos. Los funcionarios ganan exactamente lo mismo que antes de la crisis y han podido ahorrar durante estos meses», añade Francisco Cantos.

Los registradores valencianos tienen la misma sensación que los notarios. Begoña Longás, decana del Colegio de Registradores de la Comunitat Valenciana, coincide en que no son comparables las dos crisis. «En 2008 se produjo una caída generalizada de más del treinta por ciento de las operaciones. Aquello fue un desplome estructural porque el sector financiero se vino abajo. Ahora estamos notando cómo se incrementan las operaciones y es un crecimiento sano porque los bancos están teniendo mucha cautela con las hipotecas», indica la decana. Los datos del Colegio de Registradores revelan que las ventas de pisos en la Comunitat Valenciana en el mes de julio fueron un 4,9 % superiores a las del mismo mes de 2019. Además, el precio de la vivienda se está disparando y se mueve en los niveles previos a la era precovid al aumentar un 3 % en el último trimestre, según ha informado esta semana el Instituto Nacional de Estadística (INE). «Estamos apreciando una recuperación muy rápida», confirma Begoña Longás.

Nora García, presidenta de la Asociación de Inmobiliarias de la Comunitat Valenciana (Asicval), también defiende que las dos crisis «no tienen nada que ver». «En 2008 no había compradores y los precios se derrumbaron (al final de la crisis cayeron un 40 %) . Ahora es al revés. Hay más demanda que oferta. Cuando salimos del confinamiento (en mayo de 2020) tuvimos un boom de la demanda. En las zonas de interior se disparó la compra de viviendas y los compradores empezaron a darle importancia a las terrazas, las zonas verdes y las vistas», afirma Nora García.

Vicente Díez, portavoz del Colegio de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria (API) de Valencia, confiesa que el sector está sorprendido por la buena evolución del mercado inmobiliario, porque antes del estallido de la pandemia se comenzaba a vislumbrar el fin del ciclo alcista iniciado en 2015. «En 2019 los precios de venta y alquiler comenzaban a tocar techo y en el primer trimestre de 2020 llegó la bofetada de la pandemia. En aquel momento hubo mucha preocupación, pero todas las previsiones fueron erróneas. Ha pasado un año y medio y el sector está creciendo con fuerza», asegura. Díez incide en que una de las claves del buen momento que vive el sector es que los tipos de interés están en su mínimo histórico y los compradores han reducido los riesgos con hipotecas a tipo fijo. «Si tienes dinero ahorrado para hacer frente a la entrada te interesa comprar. Los alquileres rondan los 800 euros y la cuota hipotecaria por el mismo tipo de piso está en unos 500 euros», señala.

Los agentes de la propiedad inmobiliaria están convencidos de que el sector va a repuntar con más fuerza en cuanto se normalicen las compras de los extranjeros que hasta hace unos meses no podían viajar a la Comunitat Valenciana por el cierre perimetral. Históricamente, los extranjeros acometen el 45 % de las compras de viviendas en Alicante (motor inmobiliario de la Comunitat por las segundas residencias) y ahora el porcentaje ronda el 35 %. «Hay una demanda embalsada muy importante que va a salir en los próximos meses y provocará la subida de las ventas», augura Vicente Díez.

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