Que el fútbol es el deporte de nuestro tiempo no tiene discusión. Tampoco que es un formidable negocio. Pero no todo son los grandes fichajes o los multimillonarios pagos televisivos. La profesionalización se extiende hacia todos los ámbitos e incluso empieza a rozar al mundo amateur. Esto lo vieron claro el directivo Sergio Navarro, el especialista en marketing Darío López y el ingeniero y programador Agustín Spaccesi, los fundadores de Clunnity, una startup que ha desarrollado un software de gestión deportiva para clubes de fútbol.

Como explica su CEO, quien vivió en Estados Unidos, Malasia, Italia y Alemania antes de trabajar durante una década, desde 2008, para Aldi, los tres fundadores «rompimos con nuestras vidas anteriores y coincidimos en la incubadora Demium. Allí vimos que éramos complementarios y que los tres éramos unos apasionados del fútbol y decidimos poner en marcha una empresa». Así nació en 2021 Clunnity, que puede definirse como el excel del club, el whatsapp del equipo, la libreta del entrenador y el almacén digital de informes. Dicho en palabras de Navarro, se trata de un «software que facilita la vida a los clubes para que tengan una gestión eficiente y más sencilla» que incluye «estadísticas de los jugadores y los partidos, comunicaciones internas del club, hacer encuestas para prevención de lesiones»… Pueden ofrecer también gestión económica, «pero la fuerte es la deportiva».

El negocio de Clunnity va dirigido a equipos de fútbol base y amateur, ya que los grandes tienen sus propios departamentos. Precisamente fue en uno de esos «donde vimos nuestro potencial». Y es que en el Valencia Innovation Hub,un departamento del club de Mestalla, «quedamos finalistas en su concurso para emprendedores y ahí nos dimos cuenta de nuestro potencial». Poco después, la startup fue seleccionada por Lanzadera, la aceleradora de empresas de Juan Roig, gracias a la cual lograron hacer su primera ronda de financiación, en la que un fondo invirtió 100.000 euros en la compañía. Clunnity, donde trabajan sus tres socios y otros dos empleados, salió al mercado el pasado mes de enero y no le ha ido nada mal: en estos momentos ha vendido sus licencias de software a nueve equipos de Valencia, como el Silla, C.F. o el Colegio Salvi, y a una academia de Dubai, en los Emiratos Árabes Unidos.