Valencia no es país para plantas ornamentales

El 95 % de las ventas se dirigen al exterior, donde existe un mayor mercado. En Alemania, el gasto anual por persona es de 200 euros, mientras que en la autonomía se queda en 40.

Plantas ornamentales
 en el patio de una casa. 
|‘activos’

Plantas ornamentales en el patio de una casa. |‘activos’

En lo más duro de la pandemia, cuando el confinamiento, el negocio de las plantas ornamentales floreció en la Comunitat Valenciana. La gente no podía salir de casa y este tipo de vegetales se convirtieron en un sinónimo de libertad y entretenimiento. Luego finalizó la covid, los ciudadanos se echaron a las calles y al disfrute y este nicho de mercado agrario volvió por donde solía, que no lo hizo precisamente con alharacas. «En la Comunitat Valenciana, la compra de plantas es bajita», asevera José Forcadell, secretario general de la Asociación Profesional de Flores, Plantas y Tecnología Hortícola de la Comunitat Valenciana.

Vivero de plantas ornamentales típicas de la Navidad. |‘activos’

Vivero de plantas ornamentales típicas de la Navidad. |‘activos’ / JORDI CUENCA

De hecho, el sector, que ocupa una superficie de 2.000 hectáreas, incluida la actividad de la flor cortada, genera un valor agregado de 479 millones. Según Forcadell, el 95 % va dedicado a la exportación, mayoritariamente a países europeos, como Alemania, Francia o Reino Unido, aunque en los últimos años han aumentado las ventas a países árabes y asiáticos. El dirigente de esta asociación integrada por 150 viveros asociados, unas 30 firmas de tecnología y 30 empresas de jardinería no tiene un respuesta clara que explique el poco tirón del sector entre los valencianos, más allá de apuntar tímidamente la posibilidad de que el buen clima tenga alguna incidencia. Lo cierto es que en Alemania se gastan 200 euros por persona y año en plantas ornamentales y en la Comunitat Valenciana, entre 30 y 40. Salvo, como ha quedado dicho, en el período en el que la covid fue más peligrosa. En aquel 2020, el stock de plantas se agotó y, de cara al año siguiente los empresarios tuvieron que elevar la producción en un 20 %, que también se colocó en el mercado. Sin embargo, en 2022 las ventas en España volvieron a los niveles de 2019. Y ahí siguen.

Forcadell precisa que el tirón que el sector tiene en el exterior, además de a la idiosincrasia de otros países, se debe también a que los valencianos «somos muy buenos productores de plantas y llevamos mucho tiempo participando en ferias del sector». ¿Y qué venden? Pues una de las primeras posiciones corresponde a la adelfa, que tiene gran aceptación para utilizarlas en las medianas de las carreteras, la dipladenia o mandevilla, que es una planta trepadora tropical de flores vistosas y hojas verdes, las oliveras y las plantas de árboles frutales enanos, que son muy consumidos en Europa como plantas de jardín o terrazas y cuyas frutas «son normales», según Forcadell.

Hay olivares que llegan a costar 30.000 euros. Se trata de árboles que han sido arrancados de los campos porque el agricultor ha dejado su actividad o ha cambiado de cultivo. Se arrancan y se llevan a un vivero para arreglarlos y prepararlos para ser vendidos como plantas ornamentales. También están teniendo mucho tirón las denominadas plantas crasas y suculentas, que un lego en la materia podría pensar que son un cactus o similar.

El futuro del sector, según Forcadell, es alentador en tanto en cuanto las empresas tienen mucho recorrido en ventas en España y en diversos países europeos y de Oriente Medio en los que aún no han entrado. Pero también hay problemas. Uno de ellos es la sequía, porque un vivero necesita mucha agua y, si hay falta de suministro, «se puede perder toda la producción en una semana». El otro es la falta de relevo generacional. «Hay poca gente joven» en esta actividad, concluye el dirigente de Asfplant, una entidad que también ejerce una misión evangelizadora sobre las bondades de este sector, porque, entre otroas cosas, «mejora el aire de las viviendas, reduce la radiación dentro de la casas y tiene efectos relajantes».