Los fondos de inversión inmobiliaria y las sociedades patrimoniales familiares se han lanzado a comprar y arrendar inmuebles para centros de educación en la Comunitat Valenciana en busca de rentabilidades del 5,5 %. En los últimos meses se han multiplicado las operaciones en València y su área metropolitana por el crecimiento de las universidades privadas (gracias a la demanda de estudiantes europeos y americanos), colegios en inglés y centros privados de formación profesional. La enseñanza vive un auténtico boom del que se están beneficiando sobre todo empresas privadas. Un ejemplo son los centros privados de formación profesional que en una década han pasado de tener una oferta marginal a superar en alumnos matriculados a los institutos de FP públicos y rozar los 100.000 estudiantes en España.
El centro educativo de formación profesional Medac anunció en agosto la apertura de su segunda sede en València tras sellar el arrendamiento de un edificio de 3.500 metros cuadrados en Campanar construido en 1982 para una empresa de telecomunicaciones. En 2018, el fondo español Queka Real Partners adquirió el 51 % de la firma andaluza Medac por 15 millones y en septiembre de 2021 el fondo estadounidense KKR compró la compañía entera por 200 millones (una revalorización del 700 % en tres años) y está impulsando su expansión. KKR también se ha hecho con MasterD (especializada en preparación de oposiciones y cursos de FP) y el Instituto Técnico de Estudios Profesionales (ITEP).
Álvaro Payá Serratosa, adjunto a la dirección de inversiones de Olivares Consultores, confirma la fiebre por este tipo de inmuebles. "Trabajamos con todo tipo de activos destinados a la educación. Hay más demanda que oferta, sobre todo para centros de formación profesional. Este interés tan alto no lo habíamos visto nunca. Una de las últimas operaciones que hemos hecho ha sido la venta de un edificio de Telefónica en la calle San Vicente de València de 8.000 metros cuadrados. Es un inmueble que actualmente tiene uso de oficinas y que va a ser reconvertido para habilitar un centro de formación profesional", aclara.
La empresa de telecomunicaciones se lo ha traspasado a una familia inversora valenciana y se va a mantener en el inmueble (que tiene un valor de mercado de 16 millones de euros) hasta 2023. En cuanto lo abandone, lo ocupará la empresa de formación profesional IMF Smart Education.
La demanda y la falta de activos está provocando una rotación muy rápida de este tipo de edificios en cuanto sale un inquilino. Dos ejemplos son el edificio de la Confederación Empresarial Valenciana (CEV) en la calle Músico Peydró de València y el del antiguo asilo de San Juan Bautista, un inmueble singular ubicado frente al Institut Valencià d’Art Modern (IVAM).
La CEV alquiló en 2015 por 100.000 euros al año el edificio (que había sido sede la Fundación Formación y Empresa de la patronal) a la Universidad La Florida. Tras la salida de la Universidad La Florida, la CEV ha arrendado el activo a la Universidad Europea, que entró como inquilino el pasado mes de marzo.
Álvaro Payá Serratosa señala que han intermediado en el alquiler del antiguo asilo de la calle Guillem de Castro de València. Durante años, el inmueble (propiedad de una organización religiosa) estuvo ocupado por la Escuela de Negocios de la Universidad Católica de València (INEDE) -orientada a la formación de profesionales, emprendedores y directivos de empresa a través de la organización de másteres y programas de posgrado y formación ejecutiva- y también albergó la titulación de Psicología de dicha universidad. Hace dos años, la Católica abandonó el inmueble y el edificio ha sido arrendado por la Universidad Europea.
Estos dos últimos casos son excepciones, ya que los propietarios de los inmuebles han retenido los activos y los han arrendado directamente. Sin embargo, la mayoría de los operadores educativos suele acometer este tipo de operaciones de la mano de fondos de inversión que adquieren el edificio, lo reforman y lo arriendan a largo plazo. "Ahora estamos teniendo peticiones de colegios en inglés que buscan instalarse dentro de València", asegura el directivo de Olivares Consultores.
El crecimiento de centros de educación privada lleva aparejado el aumento de la demanda de plazas de residencias de estudiantes. Rafael Clausí, director de inversión de Recasens Real Estate, afirma que "los fondos buscan invertir en residencias de estudiantes junto a las universidades públicas y privadas. Las residencias ofrecen una rentabilidad del 6 %. Buscan edificios de entre 100 y 120 habitaciones por un coste de entre 8 y 10 millones de euros".
La compañía de telecomunicaciones vendió en verano el edificio de su sede de innovación en València de la calle San Vicente a una familia inversora valenciana, que se lo ha arrendado a la empresa de formación IMF Smart Education. El activo vale 16 millones.
El antiguo asilo de San Juan Bautista en Guillem de Castro de València (propiedad de una organización religiosa) fue sede de la Universidad Católica durante una década y desde 2020 lo ha arrendado la Universidad Europea.
El instituto privado de formación profesional Medac desembarcó en València en septiembre de 2020 con su primer centro en el polígono Vara de Quart. Este verano ha alquilado un segundo edificio en el barrio de Campanar. La empresa es propiedad de un fondo de inversión.
