El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, arropará hoy al candidato Alberto Fabra en la Plaza de Toros de Valencia, un acto destinado a inyectar a la formación de la gaviota una buena dosis de aliento de cara a las elecciones más inciertas de los últimos veinte años. Con su visita, Rajoy tratará de compensar el desamparo al que los ministros han sometido la provincia de Valencia a lo largo de la campaña electoral. Alicante ha sido el destino preferido por los ministros en el mes de mayo, un desembarco que contrasta con las contadas ocasiones en las que Valencia o sus municipios han podido lucir representantes de Génova o del Gobierno. Sin ir más lejos, ayer se concentraron en la provincia de Alicante, controlada por José Císcar, dos ministros y el presidente del Congreso, Jesús Posada. La ministra de Empleo, Fátima Báñez, hizo campaña en Elda y Calp; el titular de Exteriores, José Manuel García Margallo en Teulada y Moraira y Posada estuvo en Alicante. El martes, día 19, le tocó el turno al titular de Industria, José Manuel Soria, en un acto en Torrevieja. El domingo, día 17 de mayo, el ministro de Justicia , Rafael Català, arropó al PP en Dénia; mientras que el jueves 14 de mayo, la ministra de Agricultura, Isabel García Tejerina.

El atracción ministros hacia Alicante y el escaso interés en dejarse ver en Valencia (la vicepresidenta Sáenz de Santamaria estuvo en el cap i casal para arropar a Fabra en su proclamación y Rajoy en un acto de partido el 6 de mayo) no es casualidad. El caso Imelsa ha hecho saltar por los aires la campaña electoral en la provincia de Valencia donde el PP todavía se recupera del golpe que ha supuesto la caída de Alfonso Rus. Las grabaciones realizadas durante años por su exhombre fuerte Marcos Benavent han cavado su tumba política. El escándalo, cuya magnitud está todavía por determinar, ha situado de nuevo el foco de la corrupción en Valencia, de tal manera que se ha convertido en un plaza tóxica para hacer campaña.

Alicante, tiene asuntos turbios con sello propio, pero tras la marcha de Sonia Castedo de la alcaldía la presión mediática ha disminuido y no es un territorio problemático. Además, el barón provincial José Císcar ha tirado de influencias en la capital para conseguir el abrigo de los ministros en su territorio. El vicepresidente del Consell y cabeza de lista del PP por Alicante es desde hace un tiempo un valor en alza en Madrid. Y, prácticamente uno de los pocos interlocutores del PPCV con crédito ante la dirección nacional. Con todo, antes del escándalo de la diputación, ya Císcar logró visitas importantes de notables del PP. El propio Rajoy se paseó el fin de semana del 13 y 14 por Alicante, Benidorm y el Elx para arropar a la alcaldable Asunción Sánchez Zaplana.

Vicente Betoret, nuevo presidente del PP en Valencia en sustitución de Rus, también es un dirigente bien visto en Génova, si bien ha heredado el cargo en un momento difícil. La dirección provincial, copada por los afines a Rus, todavía está noqueada y ha tenido que rediseñar la campaña en cuatro días con la sombra de Rus encima. Hoy Rajoy vuelve a Valencia con el escándalo aún activo y con la voluntad de dejarlo fuera del coso. Con él estará Margallo y el portavoz del PP en Europa, el eurodiputado Esteban González Pons.

El PP va a por todas: «Reventaremos»

El lleno que logró el PSPV en la plaza de toros de Valencia el pasado sábado obliga al PP valenciano a ponerse el listón más alto en una competición que tiene sobre todo un carácter simbólico. De ahí que la coordinadora del PPCV, Isabel Bonig, se ha puesto como reto lograr el reventón. La número dos del PPCV, que ayer inspeccionó sobre el terreno los trabajos preparatorios para el mitin, auguró una victoria «épica» en las elecciones del domingo. Un triunfo que, deslizó, se visualizará en el acto central de la campaña con Rajoy de protagonista. Bonig situó en nada menos que 14.000 personas la cifra de asistentes al coso frente a los 12.000 de aforo que tiene la plaza. Explicó que se colocarán 2.000 sillas en el ruedo para conseguir más espacio.

El pasado sábado, el mitin del secretario general del PSPV, Pedro Sánchez, logró congregar a miles de simpatizantes y ofrecer una imagen de gran movilización. Los socialistas hablaron de 12.000 asistentes, aunque los más veteranos del PP, expertos en llenar la plaza, creen que como mucho habría 8.000 personas. Las gradas de arriba estaban semivacías y en el ruedo no más de 500 sillas. El PSPV movilizó cerca de doscientos autobuses.

El PPCV contratará unos trescientos autobuses para garantizar que cumple con el aforo. La provincial de Valencia contará con unos doscientas autobuses y el resto corresponde llenarlos a Alicante y Castelló. Los populares se topan con un contratiempo: huelga de metro convocada por Ferrocarrils de la Generalitat entre las 17 y las 20 horas, lo que complicará la llegada de militantes por este medio de transporte: «Una lástima que al PSPV nunca le pasen estas cosas», ironizó Bonig. «Me hubiera gustado que esta huelga también se hubiera realizado el sábado16», confesó.

Bonig detalló que el acto empezará a las 19.30 horas, si bien las puertas del coso taurino se abrirán al público a partir de las 16.30. El PP ha contratado un speaker para animar al público y música variada. No habrá artistas invitados más allá de los políticos ni música en directo. El formato será el clásico. Antes de las 20 horas, entrarán Rajoy, Fabra y las primeras autoridades y darán la vuelta al ruedo para saludar, todo un clásico de los mítines del PP. Primero, intervendrá el presidente provincial del partido, Vicente Betoret y después los candidatos a la alcaldía de Valencia y a la Presidencia de la Generalitat, Rita Barberá y Alberto Fabra, respectivamente. Por ultimo, hablará Rajoy.

La también cabeza de lista por Castelló se mostró optimista y mantuvo que lo que perciben es muy distinto a lo que dicen las encuestas.