El candidato socialista a la Generalitat, Ximo Puig, insistió ayer en la estrategia de buscar al votante desencantado con el PP, que concibe la experiencia de un posible gobierno con acento a la izquierda del PSPV como un experimento arriesgado. A ese elector, al que Ciudadanos ha seducido en buena parte según todas las encuestas, se dirige Puig en esta recta final de campaña.

Los trackings diarios que realiza Blanquerías constatan la todavía elevada bolsa de indecisos, que, por las franjas de edad en las que se ubican en una abrumadora mayoría —entre 35 y 60 años— tienen en principio más opciones de ser potenciales votantes del PP, de Ciudadanos o del PSPV. Podemos y Compromís son mayoritarios entre los menores de 35 años. Podemos sería, de hecho, el primer partido entre los 18 y 24.

En esa línea estratégica, el líder de los socialistas valencianos subrayó que su partido representa a la «izquierda moderada y abierta», con clara voluntad y vocación de «sumar». Durante la campaña, el aspirante a protagonizar la reconquista socialista del Palau ha reiterado que su proyecto es «incluyente» y ha apelado a la necesidad de armar consensos y de firmar los Pactos de la Generalitat en aras de hacer viable el autogobierno. «Si en algún momento, el Partido Socialista se radicaliza, pierde», llegó a admitir Puig ayer en declaraciones a la Cadena Cope. En línea con las palabras de su entrevista en este periódico, Puig reiteró su llamamiento a la «gente honrada» que ha apoyado a los populares en anteriores comicios para que su voto se refugie en el PSPV. «Somos un partido al que cualquier persona decente puede votar», proclamó, para sentenciar luego: «la gente honrada se merece gente honrada en las instituciones».

Puig abundó en la necesidad del gran acuerdo social y político para afrontar la «situación de emergencia» que viven los valencianos. Y se mostró «dispuesto a liderarlo sin maniqueísmos ni prevenciones ideológicas». A los partidos emergentes, Ciudadanos y Podemos, los acusó de «jugar sólo en la dimensión nacional» y para el candidato socialista eso es «una estafa a los ciudadanos».

El modelo de Canal 9

El autobús socialista, con su candidato, visitó ayer el centro de producciones de RTVV en Burjassot, donde mantuvo un encuentro con el comité de empresa y extrabajadores del ente público en liquidación. Puig reiteró ayer su compromiso de reabrir Canal 9 el Nou d’Octubre si gobierna, pero advirtió de que será una radiotelevisión pública «sostenible y no despilfarradora». «No tendrá 1.800 trabajadores, ni siquiera la mitad», explicó a este diario. El aspirante socialista a presidente de la Generalitat quiere conseguir un modelo de televisión que «sirva para coser la Comunitat, para tener más democracia y más capacidad para el futuro». Un Consell socialista, dijo, «no permitirá la utilización, la manipulación y la prostitución que hizo el PP en Canal 9; lo utilizó hasta que se cansó y después la tiró».