El candidato de Compromís Joan Ribó, un veterano de la política valenciana y uno de los líderes más reconocidos y reconocibles de la izquierda nacionalista, será con toda probabilidad el nuevo alcalde de Valencia. Él ha sido la gran sorpresa, tanto por el hecho de haber pisado los talones al propio PP como por haber liderado ampliamente la izquierda, doblando casi al PSPV y triplicando a València en Comú.

Su trabajo a lo largo de toda la legislatura, en la que ha estado acompañado por Consol Castillo y Pilar Soriano, y su agresiva campaña en torno a las facturas de Rita Barberá, le han aupado a esta posición de honor, que ayer mismo, en plena celebración de sus resultados, interpretaba como «el final de un régimen».

Ribó dijo coincidir con el candidato del PSPV, Joan Calabuig, en la necesidad de «llegar a acuerdos para que se dé el cambio político en Valencia». Los resultados de ayer suponen, a su juicio, un nuevo tiempo en el que Compromís «va a ser el eje vertebrador»

El veterano dirigente aseguró que este nuevo escenario «significa transparencia, manos limpias de corrupción, diálogo y capacidad de gobernar». «El símbolo del cambio de régimen es el Cabanyal, donde la alcaldesa presumía de haber ganado durante estos 24 años pero hoy ha ganado Compromís», remarcó Ribó ante su eufórica parroquia.

Tras las elecciones de ayer, añadió, el gobierno de la ciudad de Valencia será «valiente para cambiar la sociedad y poner a las personas en el centro de la política».«Quiero ser el alcalde de todos, desde Carpesa al Perellonet y de Benimàmet a Nazaret», dijo Ribó, quien reiteró que ha hablado con la oposición y los pactos llegarán «pronto».

Ya en el momento de depositar su voto, el líder de Compromís dijo que en estas elecciones se dilucidaba no sólo «quién gobernará sino cómo se gobernará». Lo de ayer sería, a su juicio, el inicio de una «transición democrática», el inicio para que desde aquí en adelante «podamos votar un poco todos los días, para poder decidir entre todos y todas todo aquello que más nos afecta: establecer una forma de gobierno en que todo el mundo participe».