Larraínzar (Viana, Navarra, 1945), conserva en su domicilio madrileño fotos de su carrera junto a una fotografía dedicada por el Rey. Sin embargo, el objeto que más destaca, pese a su aparente laconismo, es una metopa de plata que simplemente dice: "A Ricardo Larraínzar Zaballa. 23-24 de febrero de 1981. Juan José Rosón. Ministro del Interior".

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?En la bibliografía sobre el 23-F le citan Oneto o el teniente coronel Fuentes Gómez de Salazar, en "El pacto del capó". ¿Qué conocimiento previo tenía el Gobierno Civil de Madrid acerca del golpe?

Del golpe, golpe, y de sus características, nada, rotundamente nada. No niego que Interior y la Seguridad del Estado detectaban ciertos movimientos o inquietudes que hacían el momento político un tanto preocupante, pero no alarmantemente. Más bien eran minorías, eso sí, muy significativas. El colectivo "Almendros" era el más significativo

¿Dónde estaba usted cuando Tejero entró en el Congreso?

Como tantos españoles, escuchando por la radio el resultado de las votaciones, en el despacho del gobernador civil, Mariano Nicolás. "¿Esto es lo que es?", pregunté yo, a lo que me contestó: "Por supuesto". Acordamos que yo saldría hacia el Congreso y él se quedaba en el Gobierno Civil.

¿Cuándo tiene certeza de que aquello era un golpe de Estado?

A los cinco minutos. A través del teléfono oficial de mi coche recibo la llamada de Francisco Laína, director general de la Seguridad del Estado, quien literalmente me dice: "Ricardo, ya me ha dicho Mariano que vas al Congreso; ten cuidado, que es Antonio Tejero". Al llegar al Congreso me encontré con un cordón de la Guardia Civil que no dejaban pasar, y algunos paisanos daban gritos patrióticos y les aplaudían, aunque la mayoría permanecía en silencio. Como no podía divisar el fondo del Congreso, subí al Banco Madrid, desde donde pude estar un rato observando e informando a Laína de lo que veía.

¿Cuándo comienzan las cosas a ponerse mal?

Mal, mal, al menos por lo que yo percibía, en ningún momento. Al coronel Fuentes le dije: "Dentro de muy poco va a comparecer el Rey y esto empezará a decrecer", como así ocurrió.

¿Usted lo percibía como un golpe blando?

A idéntica conclusión me llevó una anécdota ocurrida a lo largo de la noche. El jefe superior de Policía de Madrid me comunicó que el jefe superior de Valencia le había dicho: "Los tanques se paran en los semáforos". Obviamente aquello no era un poder constituyente.

¿Tenía consecuencias esa observación?

Le hice llegar ese dato a Laína, y esta conclusión: "Si los tanques paran en los semáforos, es un golpe blando y ya no habrá más gestos de fuerza que los que se han hecho hasta ahora; hay que procurar tenerlo en letargo y sin bajas, que se irá descomponiendo"

¿Cree que el general Armada era el "Elefante Blanco"?

Con el famoso "Elefante Blanco" pasará lo mismo que con la bomba del general Mola. ¿Quién mató a Mola? Nadie lo sabe y nadie habla de ello. Sí es cierto que la sentencia del Consejo de Guerra deja sin resolver la identidad del hipotético "Elefante Blanco", en el supuesto de que fuera una persona determinada. Ahora bien, si se lo identifica con una persona física y desea saber mi opinión, le diré que a pesar de que mucha gente identifica al general Armada como el "Elefante Blanco", conociendo su formación militar, religiosa, cultural y servicios prestados a España y a la Corona, no va con él la organización de tal barbarie política e indigna que se cometió en el Congreso. Pienso, de no ser así, en el peor supuesto, que ante la incertidumbre y tardanza de la presencia del "Elefante Blanco", diríamos, asumió a título personal, por coyuntura sobrevenida, las funciones de aquél, en su propósito de buscar una solución pacífica y humanitaria.