El caso de la enfermera infectada por ébola en Estados Unidos en circunstancias similares a las ocurridas con la auxiliar Teresa Romero en España ha dado pie a comparar ambos contagios. Pese a la falta de información confirmada en uno y otro caso, se pueden señalar diferencias y similitudes respecto a los detalles y la respuesta de las autoridades.

Contagio

Sin confirmación oficial sobre las circunstancias del contagio y a falta de una investigación que arroje luz en ambos casos en dos sistemas de salud muy diferentes, tanto Teresa Romero como la enfermera resultaron infectadas en sus centros médicos tratando a enfermos de ébola. La auxiliar española atendió al religioso Manuel García Viejo, mientras que la estadounidense lo hizo con Thomas Eric Duncan, ambos fallecidos. En los dos casos las sanitarias utilizaban los trajes de seguridad reglamentarios, según las autoridades sanitarias.

Respuesta de las autoridades

También ha sido similar la respuesta de las autoridades, que tanto en España como en Estados Unidos se han apresurado a señalar a errores en el cumplimiento del protocolo, evitando hablar de fallos en el mismo. En Estados Unidos, el Centro de Control y Prevención de Enfermedades apunta a "una clara ruptura del protocolo de seguridad", algo parecido a lo que ha sucedido en España. Eso sí, aquí las autoridades sanitarias madrileñas han recalcado un presunto "error" o "relajación" de la auxiliar, a quien incluso el consejero madrileño de Sanidad acusó de mentir.

Protocolo de seguimiento

Muy diferentes, en cambio, han sido los protocolos de actuación tras los primeros síntomas.

Aunque ambas debían controlar su propia temperatura, la enfermera sanitaria estadounidense fue ingresada menos de dos horas después de avisar por teléfono de que tenía fiebre baja, mientras que Romero fue hospitalizada el día 6, casi una semana después de notarse con fiebre. La ausencia de directrices claras y un protocolo que establecía una temperatura corporal de 38,6 grados como umbral para activar la alerta dieron pie a toda una serie de decisiones desconcertantes durante esos días, multiplicándose los riesgos de contagio. Tras llamar al hospital Carlos III, los responsables enviaron una ambulancia sin ningún tipo de protección que la trasladó a un centro, el Hospital de Alcorcón, escasamente preparado para atender una alerta semejante.

Desinfección

En Estados Unidos, efectivos sanitarios acudieron poco después de confirmarse el positivo a la vivienda de la paciente para desinfectarla, y aislaron su coche, mientras que en España se llevó a cabo una limpieza el miércoles pasado, pero no se descontaminó hasta la noche del jueves al viernes. Eso sí, en Estados Unidos no se actuó con la misma diligencia en la desinfección de la casa del primer fallecido por ébola, Duncan, en la que sólo se actuó cuatro días después, lo que causó un gran malestar en la opinión pública.

Equipos y formación

A falta de más información clara sobre la idoneidad de los equipos utilizados y de la eficacia de la formación ofrecida a los sanitarios, en España han sido numerosas la críticas de profesionales de la sanidad respecto a la escasez de información e instrucción para atender este tipo de casos. Según algunas fuentes, los cursos sobre la utilización de los trajes podrían haberse limitado a charlas de 20 minutos. Además, el doctor que atendió en el Hospital de Alcorcón a Teresa Romero denunció que las mangas le quedaban "cortas". Estas deficiencias parecen lejos del equipamiento usado en Estados Unidos, aparentemente más sofisticado.

Información y transparencia

Hasta la creación del comité especial de seguimiento de la crisis el pasado viernes, la información en España ha sido escasa y confusa. La ministra de Sanidad, Ana Mato, sólo ha comparecido dos veces. El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, no habló hasta el pasado viernes, en el Hospital Carlos III. Además, las palabras del consejero madrileño de Sanidad, Javier Rodríguez, en los primeros días de la crisis, sólo sirvieron para causar más confusión e incluso irritación entre los profesionales sanitarios y gran parte de la opinión pública. En Estados Unidos, el Centro de Control y Prevención de Enfermedades centraliza la comunicación.

Perros

En España, las autoridades sanitarias de Madrid decidieron el sacrificio del perro Excálibur, la mascota de Teresa Romero, por las sospechas de que pudiese ser portador del virus. En Estados Unidos no se ha tomado aún una decisión sobre el perro de la enfermera infectada, aunque el alcalde de Dallas ha adelantado su intención de aislarlo como primera medida.