La tensión política y social continúa incrementándose en Cataluña, en esta ocasión a cuenta de los lazos amarillos, el símbolo que los independentistas están colocando en distintos escenarios de la vida pública para recordad a los políticos presos.

El presidente de Generalitat, Quim Torra, remitió ayer una carta al ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, en la que reclama que le informe "urgentemente" de las medidas disciplinarias que prevé adoptar contra los agentes del orden público que han protagonizado acciones contra el soberanismo.

En la misiva, a la que ha tenido acceso Efe, el president hacía referencia, entre otras cosas, a que un guardia civil se encontraba entre las 14 personas identificadas el pasado fin de semana cuando planeaban retirar lazos amarillos en varios municipios de Tarragona.

Por otra parte, Impulso Ciudadano, movimiento cívico contrario a la independencia, denunció ayer ante la Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) al conseller de Interior, Miquel Buch, y al jefe de los Mossos d'Esquadra por la "persecución ideológica" de constitucionalistas en relación con estas identificaciones.

En Figueres la consejera de Agricultura, Teresa Jordá, ha acusado al Estado de ser una mafia. "Un estado que nos machaca que no es amigo, que es amigo de los suyos y los suyos son la corona y los mafiosos, son los que venden armas", ha dicho.