José Félix Tezanos, sociólogo, prolífico escritor, periodista, presidente de la Fundación Sistema, político de larga trayectoria en el PSOE. Su personalidad poliédrica le mantiene activo en diversas facetas. Fue el “padre” del documento “Por una nueva socialdemocracia”, texto elaborado en 2017 con Pedro Sánchez al frente del partido. Un documento del que afirma “recoge los fundamentos de la socialdemocracia del siglo XXI”. Hombre de fácil conversación, no da puntada sin hilo.

Frente a sus detractores al frente del CIS que le acusan de utilizar el Centro de Investigaciones Sociológicas para favorecer al Partido Socialista, él se mantiene en sus trece. “Soy sociólogo con vocación de servicio público” y sentencia: “Para aplicar mi ideología escribo un libro, no utilizo el CIS”, organismo que califica como “institución científica que no hace ideología, hace ciencia”.

Responde a todas las cuestiones e incluso se adelanta a las mismas. Sostiene que el coronavirus es una oportunidad para crear una nueva realidad social más solidaria y moderna. En ese sentido es rotundo. “El teletrabajo ha venido a quedarse” porque fomenta la “conciliación laboral y familiar”. Defiende un nuevo marco laboral “la reducción de la jornada laboral es una medida inteligente”. Partidario del incremento del salario mínimo promovido por el Gobierno del que califica como “una medida muy buena para la economía”, matiza que su subida ha de ir acompasada con el crecimiento económico: “Marcar salarios mínimos imposibles de pagar es lanzar un misil a la economía”.

Sobre la pandemia y la política constata “que existe una politización” de la misma. Dice que la desigualdad social generada por la Covid-19 tiene salida si se impulsa “la innovación, la presencia del Estado con políticas posibles, prácticas y fomentado la inteligencia social”.

Censura la crispación política actual y frente a ésta esgrime el discurso “institucional de Salvador Illa”. Del que dice “representa el “seny” catalán”. Su triunfo y el del PSC en las elecciones catalanas pronosticado por el CIS es consecuencia de la acción del Gobierno de Sánchez “el efecto Illa, es también el efecto Sánchez”.

Asegura que la gobernabilidad en Cataluña “exige de una visión con horizonte”, que “Illa y el PSC representan una opción con soluciones con vistas de futuro.” Que existe un hastío en la ciudadanía catalana “está cansada y fatigada que se le deje huérfana de soluciones” augura que “la ausencia de acuerdos en Cataluña puede provocar una gran frustración social” y sostiene que “el voto nacionalista está en retroceso”. Critica la radicalización de la política catalana y la irrupción del populismo “los populistas venden magia y generan conflictos”. Considera que la presencia de Vox en el Parlament es debido “al extremismo de los independentistas a ultranza” y sentencia que “en estos momentos de incertidumbre la gente necesita confiar en un proyecto, en la persona y en sí su política se basa en la convivencia y no en la confrontación”.

Pregunta. Doctor en Ciencias Políticas y Sociología. Cátedrático de Sociología en la Universidad de Santiago de Compostela, en la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), donde fundó y puso en marcha la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la que fue el primer decano. Es presidente de la Fundación Sistema y de la revistas “Temas” y “Sistema”. Como político, en el PSOE ha tenido una larga trayectoria como Secretario de Formación, miembro del Comité del PSOE de Madrid. En 2017, con Pedro Sánchez al frente del partido, es secretario de estudios y programas y uno de los redactores de “Por una nueva socialdemocracia”. Es usted un hombre activo e inquieto

Respuesta. Lo cierto es que mirando atrás pues he trabajado mucho, publicando numerosos artículos e investigaciones. La verdad es que no he dejado de trabajar desde joven.

P. ¿Su primer artículo publicado?

R. Pues a mediados de los años 60, creo recordar que en 1966. Era una encuesta sobre los “Universitarios y la Religión”. Había una parte política que se publicó en la revista El Ciervo, que todavía existe, y la recogió el corresponsal de Le Monde en España que era un periodista muy conocido. Publicó una reseña en Le Monde, lo que me supuso una relevancia internacional en el campo de la sociología.

P. El documento “Por una nueva socialdemocracia” ¿Hay que revisarlo o todavía está vigente?

R. Sigue vigente en sus fundamentos que reside en poner la socialdemocracia en el siglo XXI, aunque obviamente hay que adaptarlo a las nuevas realidades de hoy. El documento recoge los grandes temas como la digitalización y organización del trabajo, el nuevo tipo de empleo, la importancia de la sociedad equilibrada medioambientalmente, la modernización de la Administración Pública, el papel de la juventud, la desigualdad entre los jóvenes, la igualdad de género. Se hizo un esfuerzo titánico que todavía hay que desarrollar, pero que fue fruto de centenares de debates, mesas redondas, grupos de trabajo y con una macro encuesta por internet, en la que participó mucha gente. Llegamos a recibir 150.000 propuestas.

Se generó un movimiento impregnado de mucho entusiasmo y que contó con mucha participación ciudadana. Esa es la fuerza del documento, que además de recoger la voz y opinión de expertos, también está presente la participación activa de la ciudadanía. Fue una aportación singular por su carácter participativo real, tanto ciudadana como de equipos de trabajo con más de 500 técnicos. “Por una nueva socialdemocracia” es un documento actual que aborda los debates de la sociedad del siglo XXI.

P. Temas que la pandemia los ha vuelto a poner...

R. (Interviene) mucho más de relieve. La pandemia es una recesión, está cambiando las bases de nuestra sociedad y las costumbres. Está originando una gran cantidad de transformaciones. Quizás los adultos y personas mayores nos adaptamos mejor, pero la repercusión será mayor en la juventud, que está en plena formación de su personalidad y que tienen unos patrones de comportamiento hiperactivos; salen mucho, hacen deporte... De pronto ven que su actividad social ha quedado anulada, es un golpe duro.

P. La pandemia ha originado universos aislados

R. Evidentemente. La juventud es un claro ejemplo. Pero hay más sectores ¿Quién sobrevive mejor a este mundo que se está configurando? Pues probablemente el ermitaño, la persona huraña, aquella que no sale de casa para nada. Pero la gente sociable, amistosa, que sale, que tiene amistades, este tipo de persona lo tiene difícil en nuestra era en donde existe una enorme interacción social. El núcleo de lo social es la interconectividad y el virus se transmite rápidamente. La cuestión es si vamos a saber adaptarnos a convivir con la Covid-19, igual que nos hemos adaptado a convivir con la gripe. Lo cierto es que estamos ante un horizonte que da vértigo.

P. Su trayectoria profesional esta ligada a la sociología y a la política. ¿Se considera más sociólogo que político?

R. Mi profesión siempre ha sido la sociología. Incluso en la etapa en la que fui secretario de formación del PSOE mantuve mi vinculación con la Universidad y con la Cátedra que tenía en la UNED. Nunca he dejado de sentirme un profesional de la sociología. He sido y soy sociólogo con vocación de servicio público. Ejerzo mi profesión con el máximo rigor y profesionalidad. Respecto a mi trayectoria como político es parte de un compromiso vital. Tengo mis ideas, todos las tenemos, algunos las formalizamos con un partido político y otros no. No existe ningún ser humano sin ideas. Es más, incluso la persona que se abstiene en unas elecciones pensando que no obedece a un comportamiento político está manifestando una tendencia política, porque facilita que gobiernen otros al quedarse fuera y no ejercer su derecho a voto. Aristóteles ya decía que quien no era político es menos que un hombre o más que un hombre.

P. ¿Qué supone para usted presidir el CIS? Como sociólogo es un puesto soñado ¿No?

R. El CIS desde su fundación ha sido la casa común de la sociología y de la ciencia política, he colaborado desde siempre. De hecho, el primer presidente del CIS en los años 60, Salustiano del Campo, fue el director de mi tesis doctoral. Una persona con la que he trabajado mucho aunque teníamos diferentes ideas. Siempre he colaborado con profesionales de diferentes ideologías, con diferentes presidentes y compañeros del CIS, pero nunca pensé que llegaría a presidirlo. Evidentemente para todo sociólogo presidir el CIS es un honor. Es un centro con un gran prestigio en el ámbito de la sociología. El CIS contando conmigo lo hemos presidido 22, personas la mayoría hombres.

P. Muy pocas mujeres lo han presidido

R. Si. Sólo lo han presidido tres mujeres: Rosa Conde, Pilar del Castillo y Belén Barreiro. Cuando llegué al CIS no se había dado a ninguna mujer el Premio Nacional de Sociología, un hecho insólito, con sociólogas tan eminentes como las que hay en España. Los dos primeros premios siendo yo presidente del CIS lo han obtenido dos mujeres. Desde que presido el centro mi objetivo es adecuar el organismo a la época social en la que vivimos y aportar mis conocimientos con la mayor rigurosidad, profesionalidad, vocación de servicio público y rigor científico.

P. Por tanto, el CIS es un organismo que ha de trabajar en beneficio de la sociedad

R. En efecto. El CIS es una institución científica que no hace ideología, hace ciencia. Es un organismo con vocación de servicio público y sus estudios se realizan en beneficio de la sociedad, sin duda alguna.

P. Es decir, que usted no aplica su ideología como dicen

R. Cuando me acusan de aplicar a las encuestas mi ideología me lo tomo como lo que es, un insulto. Porque es absurdo. Para aplicar mi ideología escribo un libro, no utilizo el CIS. Mis ideas ya la traslado en las publicaciones que dirijo. La ideología en sí, el hecho de tener ideas políticas y expresarlas no es malo. Eso responde a otras épocas, al franquismo que ya lo vivimos. Ahora parece que hemos vuelto a esos tiempos en los que está en boga criticar la política, en los que tener convicciones políticas era malo. Pues no. Hay que transmitir a las nuevas generaciones la legitimidad de la opinión pública. Tener una opinión no puede ser un elemento de discriminación, está recogido en la Constitución española y en la Declaración de Derechos Humanos.

P. Los cargos institucionales suelen cambiar a las personas. ¿La presidencia del CIS le ha cambiado o ha cambiado usted al CIS?

R. El CIS como todo organismo institucional es una realidad dinámica. Por tanto, ha de evolucionar. De hecho desde su fundación en los inicios de los años 60 ha ido cambiando incluso en sus técnicas y metodologías siempre en armonía con los avances tecnológicos, culturales y sociales. Por ejemplo, antes las encuestas se realizaban en papel, con lápiz, se mandaban con mensajería. En la actualidad es uno de los organismos tecnológicamente más avanzados. Los estudios del CIS tienen un grado de eficiencia y efectividad enorme al incorporar las nuevas tecnologías de la comunicación. Todos los que llegamos a un organismo, lo hacemos con la voluntad de perfeccionar su funcionamiento.

P. También la pandemia ha obligado a establecer nuevos métodos de funcionamiento en el día a día

R. Claro, claro. Ahora ya no se pueden hacer encuestas a domicilio, porque la gente no abre las puertas. Todavía más en los meses de confinamiento. Ahora las encuestas las realizamos con un sistema innovador que facilita números de teléfono al azar y se realizan vía llamada telefónica, mucho más rápida y hay menos resistencias que antes a ser encuestado. Hay sectores de la población que antes no contestaban porque no estaban en casa. Ahora con la llamada telefónica accedemos a directivos, ejecutivos etc. De hecho, estamos viendo, que la inmensa mayoría de la población tiene una gran predisposición a responder a la encuestas del CIS porque ven que no son publicitarias, sino que las cuestiones que se abordan son de interés social. Es más, pese a la insistente y machacona propaganda de algunos contra el CIS, la gente contesta a las preguntas y muy pocos son los ciudadanos que rechazan participar en las mismas.

P. Según usted solo el 0.6% rechaza ser encuestado por el CIS porque no se fía por motivos ideológicos.

R. Si. Así es. Solo el 0.6%. Pensaba que iba a ser mas. Que la campaña del malvado Tezanos iba a tener mas efecto, pero no ha sido así. La campaña en contra, ya no sólo de mi persona como sociólogo, sino en contra del CIS como organismo público, pues no penetra en una gran parte de la ciudadanía, que participa activamente. La realidad social ha cambiado.

P. Todavía más en la actualidad. Vivimos en tiempos de pandemia y en un momento político, económico y social... ¿Cómo lo definiría usted?

R. Complicado, pero con nuevas oportunidades. Estamos en un contexto de cambio en el que hay que hacer muchas adaptaciones y mucha puesta en común de ideas, propuestas, proyectos. Van a surgir nuevas oportunidades. Por ejemplo, el teletrabajo, la telemedicina, la educación a distancia combinada con la presencial. Y van a surgir también nuevos negocios y nuevas actividades profesionales para la gente que tenga iniciativa. Este nuevo marco nos obliga a mirar a un nuevo horizonte. Y en ese sentido, la actual coyuntura nos obliga también a los científicos sociales a orientar y ayudar a identificar las oportunidades para que la gente más hábil pueda concretar nuevos proyectos. En definitiva, la coyuntura es complicada, pero con un enorme abanico de nuevas oportunidades y mucha esperanza.

P. En esa coyuntura en la que están trabajando para ayudar a identificar nuevas oportunidades, la actividad del CIS es frenética. Además del barómetro mensual y publicación del índice del consumidor, desde la aparición de la Covid-19 publican mensualmente el documento “Análisis, efectos y consecuencias del coronavirus en la población”. Cada mes, el CIS y usted son fuente de noticias.

R. Si, es cierto. Además, actualmente estamos realizando un macro estudio en el que van a participar muchos científicos de difrentes áreaa del conocimiento sobre el coronavirus. ¿Cómo esta transformando nuestra realidad desde el ámbito sociológico, económico, cultural, filosófico, salud mental? Estamos acumulando una cantidad enorme de información empírica contrastada y que va a ser muy útil para los investigadores y científicos. Desde el primer día estamos preguntando como se está viviendo el virius en el día a día en las familias, en el trabajo, la supervivencia económica...

P. Con todos esos datos e información que maneja ¿Cuáles son los retos que ha de afrontar la sociedad española para sortear con éxito la crisis sanitaria?

R. El primero es la salud. Hemos de garantizar la salud protegiendo el sistema sanitario apoyando a los profesionales que son muy buenos, reforzando los recursos que tenemos y potenciando la extensión de la vacuna. Y hemos de organizar bien la salida económica.

Estamos en un momento de mucha liquidez y mucha expectativa contenida. Hay que acompasar esas expectativas con una adecuada planificación.

En ese sentido, van a ser decisivos la adecuada canalización de los Fondos Europeos de Recuperación. Un gran reto es mejorar las redes de comunicación, en el desarrollo de las infraestructuras de transporte, potenciar los sectores innovadores, impulsar la investigación científica, la innovación y la creatividad cultural, donde España puede ser una potencia importante. Las mismas vacunas que estamos utilizando son muy innovadoras y revolucionarias, constituyen un gran avance científico que se debe potenciar en beneficio de las personas sin dejar a nadie en el camino. Somos seres compasivos, debemos crear entornos felices. Por ejemplo, los avances de la robótica, la biomedicina, deben ser en ese sentido y hay que potenciar su inversión.

P. De los estudios realizados por el CIS sobre la Covid-19 ¿Cuáles son los efectos y secuelas que va a dejar la pandemia en la sociedad española?

R. Esa es sin duda una gran cuestión. Está claro que el mayor efecto es la salud y el miedo a enfermar. Tenemos miedo a padecer el virus, como ha ocurrido históricamente en las grandes epidemias que ha padecido la humanidad.

De momento desconocemos las secuelas que va a dejar en las personas que lo han padecido, pero sí que sabemos que la Covid-19 está teniendo repercusiones psicológicas en la población. De hecho, la próxima encuesta que vamos a publicar trata sobre la salud mental de los españoles, de como la gente esta viviendo el día a día y las secuelas mentales que origina el coronavirus.

En ese estudio contamos con la colaboración de un catedrático de psicología clínica y también con la participación de un psiquiatra infantil de gran prestigio. La Covid-19, además de las muertes que esta causando, nos está afectando psicológicamente. Eso es un hecho. Por ello, lo importante para sortear esta crisis sanitaria es el talante, la actitud que tenemos ante el virus y como afrontamos la realidad que vivimos diariamente. Hay mucha gente que se ha quedado sin trabajo, empresas que están cerrando, el aumento del paro es consecuencia directa de esa situación. Para afrontar esta coyuntura es necesaria la solidaridad y la iniciativa para revertir la crisis social y económica.

P. Hablando de las repercusiones sociales y económicas. En la Revista Temas abordan “El trabajo en tiempos de pandemia” y que pone de relieve los efectos devastadores que está teniendo en el coronavirus en la salud y la economía a nivel mundial, originados en 2008 por la crisis financiera. En España los últimos datos de desempleo roza los 4 millones de parados.

R. Si. Siendo cierto que el paro es uno de los efectos que ha traído la pandemia por la paralización de la economía a nivel mundial, el indice, pese a ser alto y preocupante, no ha crecido tanto como algunos pensaban. ¿Por qué? Porque contamos con el teletrabajo que es un gran avance. Hace 50 años era impensable. El teletrabajo facilita la conciliación laboral y familiar. Las TIC han impedido la parálisis total de la actividad económica. Hoy en casi todas las empresas se está teletrabajando y realizando reuniones nacionales e internacionales vía internet en compañías y empresas con presencia fuera de su país. La actividad presencial ha disminuido. Aunque es una situación temporal. Cuando la pandemia esté controlada, la actividad presencial se recuperará, aunque seguramente de otro modo.

P. ¿Cree que el teletrabajo ha venido a quedarse en el ámbito laboral?

R. Si. Evidentemente. Ha venido para quedarse. Tiene sus complejidades que hay que perfeccionar. Da muchísimo trabajo al que coordina. Pero es muy cómodo. El teletrabajo puede ser un revulsivo y una oportunidad de crecimiento y desarrollo tecnológico en las poblaciones rurales. Puede generar una mejora de la construcción de nueva vivienda en zonas agrarias, que están despobladas y que se pueden recuperar, también con la mejora de las dotaciones en infraestructuras, por ejemplo.

P.- ¿Qué se desprende de los estudios que realizan mensualmente sobre los efectos de la pandemia? ¿Con el coronavirus ha aumentado la precariedad laboral, que ya surgió en la crisis financiera de 2008? ¿Se ha agravado la incertidumbre laboral?

R.- El tiempo es insuficiente para tener un análisis completo. Ahora bien, lo que si se puede mejorar mucho es la calidad del trabajo. El teletrabajo ha demostrado que no es necesario estar semanalmente trabajando 8 horas diarias. Uno de los grande objetivos de las organizaciones sindicales en este momento es la reducción de la jornada laboral

P.- ¿Es partidario de la reducción laboral a cuatro días?

R. Pues si. La reducción de la jornada laboral a cuatro días es una medida inteligente. ¿Como surgió esta iniciativa? Algunos afirman que su origen está en las fábricas de Volkswagen. En la medida en que la producción se fue robotizando lo sindicatos plantearon, ante la posibilidad de despidos masivos, reducir la jornada laboral acompasada con un ajuste de los salarios. De tal manera que con la reducción de la jornada laboral se ajustaron salarios pero no se perdió capital humano, y además, se potenció la conciliación laboral y familiar, el ocio creativo, que hoy en día es otra alternativa que se está extendiendo con las nuevas tecnologías. Ahora con los nuevos sistemas inteligentes de trabajo con menos horas se hacen más cosas y se es más eficiente. Se trata de distribuir inteligentemente la riqueza. Para que haya riqueza se precisa de mayor demanda y para ello ha de existir mayor empleo. La dinámica económica requiere consumo y el consumo precisa de personas que tengan buenos salarios y tiempo suficiente para disfrutar del ocio.

P.-Pues ese es otro debate socioeconómico pendiente. La mejora de los salarios. En estos tiempos en España también cotizan a la baja. ¿Tiene el CIS estudios comparativos de los salarios en España respecto a países de la Unión Europea?

R. Claro que los tenemos. Y esa es una cuestión pendiente. España está por debajo en salarios en comparación con otros países de la Unión Europea.

P. ¿Y por qué ?

R. Esas son tendencias poco inteligentes. En ese sentido, el incremento del salario mínimo por parte de este Gobierno es una medida muy positiva para la economía del país, porque permite que haya gente que viva dignamente y pueda consumir más. Es la comprensión de la economía social de mercado, es decir, combinar los mecanismos del mercado con la distribución social. Ahí tenemos una deficiencia. Y en ese sentido, la Unión Europea, después del austericidio de 2008, está incidiendo en que hay que mejorar las perspectivas sociales y tener unos salarios dignos, en España han de ser similares a los países de renta parecida a la nuestra. Ahora bien, el incremento de los salarios ha de ir acompasados con el crecimiento de la economía, porque si se suben por encima del crecimiento económico del país se genera la quiebra. Marcar salarios mínimos imposibles de pagar es lanzar un misil a la economía. Si a un empresario lo obligas a pagar por encima de lo que ingresa le estás condenando al fracaso.

P. Entonces, ¿cómo define usted la actual situación laboral que ha surgido de la pandemia?

R. En mi opinión, potencialidad. Vamos a necesitar tiempo para superar la actual situación, pero vamos a salir más fuertes si aplicamos la imaginación. Uno de los estudios realizado hace años se centraba en las innovaciones aplicadas a la industria. Preguntábamos a los expertos qué porcentaje de los conocimientos que tenemos la humanidad hoy en día están aplicados económicamente. La estimación no llega al 10%. En este sentido, la pandemia nos va reconducir a la aplicación de muchos conocimientos.

P. Vamos que usted es optimista. Cree que la necesidad va a potenciar el ingenio

R. Así es. Tenemos una amplia capacidad de conocimientos para su aplicación y desarrollo.

P. La sociedad en la era post covid ¿Cómo va a ser? ¿Va a existir una mayor desigualdad social?

R. Estamos saliendo con una mayor desigualdad social, que se puede rectificar básicamente por tres vías. Primero por la innovación. Segundo, por la participación activa del Estado, es decir, con la presencia de políticas públicas posibles y prácticas. Tercero, por la inteligencia social. Esas son las tres vías: innovación, inteligencia social y papel del Estado que Insisto ha de realizarse con mucha inteligencia práctica.

P. ¿El coronavirus ha generado diferencias de estatus social?

R. Si. Hemos vivido los casos de personas mayores abandonadas en las residencias. Las medidas que se están aplicando ahora en Europa de primar a la tercera edad en la vacuna está recuperando a esa parte de la población. Creo que hay que trabajar en esa tendencia y también con los jóvenes. En este momento el mayor riesgo que tenemos es que de la pandemia surja una juventud devaluada. Tiene que haber estímulos de apoyo a la nuevas generaciones, que son además más inteligentes y están más preparados.

P. Sobre las vacunas y la evolución social que ha experimentado en la sociedad española en el barómetro del CIS del 28 de enero, ya con el avance de la tercera ola, el 72,5% de los españoles encuestados estaban dispuestos a vacunarse. Supone un incremento del 32,5% respecto al sondeo del mes de septiembre. No obstante, existe todavía un 16,5% que a fecha de la encuesta es reacio a la vacuna. ¿Por qué?

R. Es cierto que al principio existía un rechazo, pero conforme se ha visto que la vacuna es efectiva, que no produce ningún rechazo, pues la gente se ha mostrado más partidaria y receptiva a vacunarse. Lo que sucede es que existe una politización de la pandemia. Ha existido una evolución. Durante el confinamiento la sociedad española ha estado unida, ha sido un puño. Pero con el desconfinamiento ha empezado la división con caceroladas en barrios ricos perdiendo la unidad inicial.

P. ¿Cree que se está utilizando políticamente la pandemia como escenario de una pugna política y electoral? Lo digo por la división social que recogen los últimos barómetros del CIS sobre las medidas que se han de aplicar y quien las debe poner en practica, el Gobierno central o los gobiernos autonómicos.

R. Es evidente que algunos partidos han querido utilizar el virus como arma política y no les va bien, no están mejorando sus apoyos. Entiendo que hayan partidos que quieran utilizar el virus como estrategia política, están en su derecho, pero creo que les iría mejor una posición más constructiva. Podrían tomar nota de Salvador Illa que ha evitado la confrontación dialéctica con la pandemia y ha ejercido un discurso institucional con una actitud positiva, evitando el encanallamiento. Illa representa el buen talante, predisposición al pacto, diálogo y la discrepancia desde las buenas maneras. La sociedad en su mayoría lo que espera es mesura en el lenguaje, en las formas y una cierta sensatez institucional en la toma de decisiones políticas, la disonancia no es políticamente rentable, quien la practica está mal asesorado. Como se había visto en las elecciones catalanas.

P. Ha mencionado las elecciones catalanas y a Salvador Illa. En el último barómetro del CIS del 4 de febrero ustedes anunciaban el efecto Illa, otorgando la victoria al PSC al situarlo como el partido más votado. Como ha sucedido.

R. El efecto Illa es consecuencia de su discurso personal y del discurso del Gobierno. Es decir, el efecto Illa es también el efecto Pedro Sánchez. ¿Cuál es el valor de Illa? Que es una persona con buen talante, es inteligente. Uno de sus rasgos, por ejemplo, es que a un problema le busca una solución y no al revés.

En estos momentos que Illa haya sido el líder más votado la presidencia de la Generalitat de Cataluña superando a los dos candidatos siguientes a presidir la Generalitat: Pere Aragonés, por parte ERC y Laura Borràs por JxCat, como digo ese hecho demuestra como reflejaba el sondeo del CIS, es que gente que ha votado tradicionalmente a otros partidos, valora positivamente a Illa como una buena opción como President de la Generalitat.

P. El PSC e Illa han ganado las elecciones como pronosticó el barometro del CIS. ¿Quién tiene la llave para la estabilidad y para formar Gobierno, Illa y el PSC o ERC y Aragonés? Ambos van a presentar su candidatura para ser investidos.

R. La gobernabilidad de Cataluña exige de una visión con horizonte. Si la vista se fija a corto plazo se puede formar un gobierno carente de horizonte y realismo. En ese sentido, la campaña electoral ha demostrado que Illa y el PSC representan una opción con soluciones con vistas de futuro. Pueden darse todo tipo de gobiernos. Ahora bien, lo realmente sustancial es que la sociedad catalana está cansada y fatigada que se le deje huérfana de soluciones. La ausencia de acuerdos en Cataluña puede provocar una gran frustración social.

Ahora hace falta capacidad de entendimiento, de pacto, de hablar y hablar. En realidad, en contra de lo que algunos están sosteniendo, en el voto nacionalista existe un agotamiento, está en retroceso. En las elecciones de 2013 representaba el 33% de la población, en las de 2015 el 36%, en las de 2017 el 38. Y ahora escasamente representa el 26%. Es decir, existe un agotamiento.

P.- Dice que la el ciudadano catalán está fatigado y que si no se le dan soluciones puede sentirse huérfano. ¿El alto grado de abstención, al margen de la pandemia, es consecuencia de esa frustración y cansancio?

R. Estamos en una situación muy singular. Hay que tener en cuenta que el promedio de muchas elecciones catalanas la abstención ha estado en torno al 55 y 56% y ahora por encima del 54 por ciento. Teniendo en cuenta la crisis sanitaria en la que vivimos, no es una anomalía, ni supone un hecho muy distinto a lo que ha sucedido en elecciones de otros países, aunque sin duda, es una participación más baja que la de las últimas elecciones. ¿La abstención le resta legitimidad política? Pues no. Hay gente que piensa que el voto más moderado se ha quedado en casa, eso es difícil de averiguar

P. La abstención ¿A quién ha beneficiado y ha perjudicado?

R. Hay una cuestión que habrá que estudiar sobre estas elecciones catalanas y que se centra en la decisión adoptada en los últimos días de la campaña por los catalanes y catalanas que tradicionalmente votaban a otros partidos y que pensaban que Salvador Illa representaba la mejor opción para presidir la Generalitat, el 36% nada menos. De ese 36%, sólo han votado al PSC un 23 por ciento. Es decir, la ciudadanía que consideraba a Illa y al PSC como la mejor opción para estar al frente del Govern y que votaban a otras opciones, han seguido votando por la misma opción política. ¿Los motivos? Probablemente unos lo han hecho con resignación de momento, y otros pensando que sus líderes políticos tendrán unas miras más amplias y que al final actuarán con sentido común.

Pero lo que ha demostrado Illa y el PSC es su capacidad de consenso y transversalidad. Porque han recibido votos de distintas sensibilidades. Ese dato es muy importante, que refleja que en Cataluña existe un amplio espectro de votantes que optan por la transversalidad y por la capacidad de integrar. En esta coyuntura con los resultados del 14-F no queda otra opción que el diálogo y hablar hasta que se encuentren salidas a esta situación tan compleja.

P. Ese trasvase de votantes de gente que tradicionalmente ha votado a otras opciones distintas del PSC y que han visto a Salvador Illa como posible President de la Generalitat, pese haber gestionado la pandemia como Ministro ¿Se debe a su perfil institucional?

R. Evidentemente. El discurso institucional de Salvador Illa representa la tradición del “seny” catalán. Y también hay que tener en cuenta la valoración positiva en la transversalidad del PSC y del propio Illa ¿Cuál es la imagen que ha prevalecido históricamente de Cataluña? Pues el sentido común, el diálogo, una sociedad avanzada, una economía activa, una autonomía culturalmente diversa.

Insisto que el efecto Illa es el también el efecto Pedro Sánchez. Porque este fenómeno se da también a nivel nacional con Sánchez. En las preguntas realizadas en los barómetros del CIS a los encuestados sobre a quién prefieren como Presidente del Gobierno en España, es a Pedro Sánchez, que triplica en preferencias a Pablo Casado. Es decir, que votan a otras opciones tradicionalmente y que ahora valoran positivamente a Pedro Sánchez como presidente del Gobierno. Como ha quedado reflejado en las elecciones catalanas. El PP y Pablo Casado, con el sorpaso de Vox, quedan debilitados. Y Sánchez y el PSOE reforzados.

Las elecciones catalanas han demostrado dos cuestiones. La primera, que la apuesta del presidente del Gobierno por Salvador Illa ha sido validada en las elecciones. La segunda, que Illa y el PSC son la llave de la estabilidad política en Cataluña. Es un fenómeno sociológico y sociopolítico nuevo. ¿Cómo se va a traducir en la composición del Govern? No lo sabemos, la victoria del PSC en Cataluña, abre una nueva posibilidad en el Parlament.

José Félix Tezanos, presidente del CIS.

P. El efecto Illa, el CIS acierta en su estudio. La decisión tomada por el presidente Pedro Sánchez al relevar a Illa al frente del Ministerio de Sanidad en plena tercera ola de la pandemia, era una decisión arriesgada que podría haberle salido mal. ¿Qué valoración hace al respecto?

R. Es una decisión muy difícil y complicada que Pedro Sánchez toma en función del interés nacional y del interés de Cataluña, porque apoya la candidatura a las elecciones como uno de los ministros más valorados. En ese sentido, es un doble éxito. Tanto para la política de Estado como un éxito para Cataluña. En estos momentos, la sociedad catalana tiene en Illa a una persona con una interlocución excelente con el Gobierno de España y con el presidente Sánchez.

P. Cataluña es la única Comunidad Autónoma que no tiene una ley electoral propia. ¿Esa situación para usted distorsiona la proyección porcentaje de votos y escaños?

R. En el caso de las últimas elecciones catalanas quiero constatar que en la encuesta preelectoral del CIS y en la encuesta “flash” de primeros de febrero mostramos algunas tendencias. Una de ellas era la posibilidad de que el PSC fuera el partido más votado, cosa que ha sucedido. Segundo, que también podía obtener una mayoría relativa de escaños, hecho que no ha sucedido, pero solo en parte, y que se debe a las graves distorsiones del modelo catalán de reparto de escaños que, por ejemplo, otorga tres veces más peso político al voto de Lérida que al de Barcelona, que es un voto urbano y que se ve mermado por una normativa provisional que además no es un fruto de un consenso democrático. Cataluña, es la única Comunidad Autónoma que no tiene una ley electoral propia. Con cualquier ley sustentada en el sistema D'Hont en este momento el PSC tendría entre 3 y 4 escaños más que el siguiente partido.

P. Los resultados de las elecciones en Cataluña van a ser decisivas tanto para Cataluña como para el conjunto de España. ¿Pueden tener efectos en los futuros pactos en el Parlament y en el Congreso y Senado?

R. También, porque puede ser un nuevo camino. Los que piensan que la crispación vende van a darse cuenta que los ciudadanos lo que valoran son proyectos, ideas y no demagogias. Y también la honestidad, que es un valor muy propio de Illa. El gesto de reducirse su sueldo si sale elegido presidente de la Generalitat, es una actitud que sintoniza con mucha gente en este momento.

P. ¿Qué factores son los que condicionan a algunos ciudadanos decidir su voto en el último momento?

R. Pues es una cuestión que estamos estudiando, aunque básicamente reside en la confianza. En estos momentos de incertidumbre mucha gente necesita confiar en un proyecto, en la persona, y también en si su política se basa en la convivencia, en la colaboración y no en la confrontación. Lo que a veces se ha llamado la “Cataluña de las fogatas”, esa crispación urbana la rechaza mucha gente. En Cataluña lo que más se valora es el “seny”, es un rasgo muy distintivo de los catalanes.

P. ¿Cómo explica la caída de Ciudadanos?

R. En España hay una tendencia muy importante de voto de centro que es una demanda no satisfecha. La gente quiere partidos de centro, eso significa más equilibrio. Probablemente lo que vieron los votantes con el anterior líder de Ciudadanos es que no era verdaderamente de centro. En las elecciones de abril podría haber propiciado un Gobierno. Se equivocó y como consecuencia tuvo una caída muy fuerte, tremenda. Lo que vemos es que cuando Ciudadanos vira hacia el centro sube y cuando se aleja pierde voto.

P.- La pandemia, que es una suma de crisis sanitaria más crisis económica, unida a la crispación en una campaña electoral ¿Favorece a los populismos? ¿Ha favorecido a Vox?

R. La crispación favorece a los lideres populistas, que prometen magia que al final acaba en conflictos. Respecto a Vox, probablemente ha sido favorecido por la intolerancia agresiva de algunos extremistas catalanes. La presencia de Vox se explica por la dinámica acción-reacción. El extremismo de unos provoca la radicalización de otras tendencias. La presencia de Vox se debe al extremismo de los independentistas a ultranza. Vox no existía en la sociedad catalana, ahora sí, como se ha visto en las elecciones y como indicaba la encuesta que realizó el CIS.

P. En la sociedad actual ¿Ha triunfado el personalismo frente a lo colectivo?

R. Creo que ha de armonizarse lo social con lo personal. Porque somos seres sociales y lo estamos viendo con la pandemia. Existimos en la sociedad. El individualismo exagerado produce desigualdades y sociedades menos estructuradas.

P. Un compañero suyo de partido y estrecho colaborador suyo en la Fundación Sistema le define como un notario de la opinión de los españoles. ¿Se ve reflejado en esa definición?

R.- Pues sí. Como presidente del CIS y sociólogo, tomo notas de las encuestas. Esa es mi manera de trabajar. Nosotros preguntamos a un amplio número de ciudadanos y trabajamos con muestras lo más amplias posible. Tomamos nota de sus opiniones, lo contrario sería una disparate. No inventamos relatos. Para eso, mejor escribir novelas.