Tras comparecer ante el juez

Llarena concluye el sumario instruido contra Ponsatí por su responsabilidad en el 'procés'

Hasta ahora el Supremo no ha juzgado a ninguno de los procesados por el referéndum ilegal que estaban solo acusados de desobediencia

Clara Ponsatí.

Clara Ponsatí.

Ángeles Vázquez

El instructor de la causa del ‘procés’ en el Tribunal Supremo, Pablo Llarena, ha dictado el auto de conclusión de sumario respecto a la eurodiputada y 'exconsellera d'Ensenyament' Clara Ponsatí por su responsabilidad en el 1-O. El magistrado ha adoptado esta decisión una vez que este lunes se le tomó declaración indagatoria en el juzgado de guardia de Barcelona. Esta diligencia, en la que Ponsatí se negó a contestar a pregunta alguna, resultaba imprescindible para remitir las actuaciones a la Sala para la celebración del juicio.

En su auto, el juez señala que, una vez practicadas las diligencias necesarias, no se considera precisa ninguna indagación más, y procede concluir el sumario respecto de ella, remitiendo testimonio de la causa a la Sala Segunda del alto tribunal. Hasta ahora el Supremo no ha juzgado a ninguno de los procesados por el referéndum ilegal que estaban solo acusados de desobediencia, como ocurre con Ponsatí tras la derogación de la sedición y la reforma de la malversación. Aunque ella es eurodiputada y por tanto tiene los mismos privilegios que los diputados y senadores españoles, que solo pueden ser investigados y juzgados por el alto tribunal.

Las actuaciones seguidas solo por desobediencia fueron remitidas por el Supremo al Tribunal Superior de Justicia de Catalunya, en el caso de los diputados del Parlament y por tanto aforados, o a los juzgados ordinarios de instrucción. Así ocurrió con los que eran miembros de la Mesa del Parlament bajo la presidencia de Carme Forcadell, que han sido juzgados dos veces por el TSJC, y con las también huidas, pero que luego se pusieron a disposición del Tribunal Supremo, Meritxell Serret y Anna Gabriel.

Forzar arresto

Ponsatí, a diferencia de ellas dos, optó por forzar su detención, pese a haber podido regularizar su situación judicial la primera vez que volvió a España tras la reforma del Código Penal y estar solo procesada por desobediencia, que al no estar castigado con prisión, no le suponía riesgo alguno de encarcelamiento. La eurodiputada, procesada en situación de rebeldía en marzo de 2018, mucho antes de adquirir su condición de eurodiputada, no se dirigió directamente al Supremo, sino que se paseó por Barcelona hasta que fue arrestada por los Mossos delante de las cámaras.

Tras ello fue citada en el Supremo para que compareciera el pasado 24 de abril, pero no acudió, lo que obligó al magistrado a volver a dictar una orden de detención nacional en su contra, que fue la que provocó su arresto de este lunes. Para evitar prolongar su arresto más de lo estrictamente necesario, el juez Llarena ordenó que se le practicara la declaración indagatoria imprescindible para concluir el sumario en los juzgados de Barcelona. Remitió por exhorto sus preguntas sin que hubiera que trasladarla a la sede del alto tribunal en Madrid.

Ante el juez de guardia de Barcelona, Ponsatí se negó a rebatir los argumentos del procesamiento que pesa en su contra, pero, pese a esa negativa, el trámite se considera cumplido, porque ella ha tenido la oportunidad de declarar y renunciar a hacerlo forma parte de su derecho de defensa. Eso ha permitido a Llarena a concluir el sumario.