Anna Teixidor, investigadora del 17-A: "Queda la duda de si el imán Es-Satty sabía qué jóvenes había en Ripoll"

Anna Teixidor, periodista de TV3 y autora de 'Los silencios del 17-A', una investigación de los atentados terroristas de Barcelona y Cambrils que sienta las bases del documental de Netflix '800 metros', trató de responder en un capítulo de su libro a la pregunta de cómo varios jóvenes de Ripoll se radicalizaron hasta estar dispuestos a matar a personas a quienes habían dejado de percibir como semejantes. 

"El imán Es-Satty captó a los jóvenes terroristas de Ripoll, pero el interés de estos por el yihadismo es anterior"

Seis años después del ataque, que dejó 16 muertos y 140 heridos, Teixidor cuenta a EL PERIÓDICO, del grupo Prensa Ibérica, a qué conclusiones llegó tras entrevistarse con familiares de los terroristas, escudriñar el entorno en el que se criaron (Ripoll), analizar el sumario –que incluye su actividad en la red y los mensajes de Whatsapp que intercambiaron– y dialogar con expertos en procesos de radicalización. La periodista avanza que, sobre la gestación de la célula yihadista, sigue preguntándose si la llegada del imán Abdelbaki es-Satty a Ripoll fue casual.

"Los jóvenes de Ripoll comienzan a interesarse por el Estado Islámico antes de que Es-Satty se instale en Ripoll", subraya. Consta que desde 2014 buscan por internet información acerca "del califato", que acababa de proclamarse. Ese año ya se refieren a otros jóvenes de su pueblo como "cristianos infieles".

El imán ofreció a los jóvenes respuestas a su sensación de desarraigo y estimuló en ellos un sentimiento de "humillación"

Cuando el imán Es-Satty desembarca en Ripoll se produce su "captación", pero el interés por el yihadismo de los jóvenes integrantes del grupo terrorista que formará es anterior. El análisis de los teléfonos móviles y de los ordenadores revela su influjo por la "narrativa de violencia del aparato propagandístico del Estado Islámico", que en ese momento ofrece "respuestas" a jóvenes europeos de origen migrante como ellos. 

Mientras duran la guerra de Siria y la de Irak un total de 5.000 personas partieron del viejo continente para unirse a la yihad. En España, según datos del Ministerio de Interior, fueron "alrededor de 250", enumera.  

El religioso captó primero a los chicos más mayores y estos reclutaron a sus hermanos menores

Es-Satty se aprovechó de "su influencia como imán y de su edad", detalla Teixidor. Siguiendo las tácticas de captación del Estado Islámico, les ofreció respuestas supuestamente "coherentes" a su sentimiento de desarraigo. En primer lugar, se acercó a los chicos más "mayores" de ese grupo de jóvenes de Ripoll y, después, fueron estos quienes reclutaron a sus hermanos menores. Los más pequeños fueron incorporados pocos meses antes de los atentados, a principios del verano de 2017. 

El imán aprovechó "la efervescencia" de las guerras de Siria e Irak para transmitir "una visión extremista del islam". Estimuló en ellos un sentimiento de "humillación", explica Teixidor. Un sentimiento que Es-Satty no vinculó a su condición de hijos de migrantes, sino a su pertenencia a la religión musulmana.

Se han recuperado conversaciones entre ellos en las que comparten "incidentes" vividos en Cataluña en los que decían sentirse "discriminados". Ese victimismo es el que alimentó el imán y el que acabó por "distanciarlos del mundo que conocían", razona la periodista.

Es-Satty creó una célula "hermética" formada por hermanos y amigos y los preparó para matar. Pero el contexto social y la propaganda yihadista habían allanado su camino. La pregunta que sigue rondando a Teixidor es si Es-Satty sabía que en Ripoll había jóvenes interesados en la yihad, si le constaba que llevaban tiempo descargándose vídeos de la red del califato, si fue precisamente por ese motivo por el que desembarcó en el municipio, porque era ya consciente de que había chicos intoxicables.

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