Elecciones 18-F

Sánchez se vuelca en A Coruña para robar al PP un escaño que el PSOE considera decisivo

Los socialistas creen que en esta circunscripción, donde hay más escaños en juego (25 de 75), se disputan un último diputado con el PP por apenas unos cientos de votos

El presidente del Gobierno y líder de los socialistas, junto al candidato del PSdeG, José Ramón Besteiro, durante un mitin el pasado sábado en Vigo.

El presidente del Gobierno y líder de los socialistas, junto al candidato del PSdeG, José Ramón Besteiro, durante un mitin el pasado sábado en Vigo. / Marta G. Brea

Iván Gil

El presidente del Gobierno y líder de los socialistas, Pedro Sánchez, centrará el esprint final de la campaña gallega en la provincia de A Coruña. Este jueves participará en un mitin en la ciudad herculina y mañana cerrará la campaña en Santiago de Compostela, capital gallega y segunda ciudad de la provincia en número de habitantes, para respaldar al candidato del PSdeG, José Ramón Gómez Besteiro. No es casual la elección porque los socialistas consideran que en esta circunscripción, donde hay más escaños en juego (25 de 75), se disputan un último diputado con el PP por apenas unos cientos de votos. Un escaño que consideran decisivo para decantar la balanza el próximo domingo con un vuelco electoral.

La vicepresidenta primera y número dos del PSOE, María Jesús Montero, ya centró en esta provincia la agenda de toda la jornada de ayer con actos electorales que inició en la capital, continuó en las localidades de Carballo y Vimianzo y remató con un mitin en As Pontes. Aunque en Ferraz reconocen la fortaleza del BNG, que lideraría la alternativa progresista al PP en caso de sumar este 18-F, apuestan a remontar las encuestas movilizando a los suyos y a la bolsa de indecisos en la recta final de la campaña. A que acudan a las urnas sus votantes potenciales de las "zonas urbanas y periurbanas" en las generales y municipales.

Si bien asumen un voto “prestado” a la candidatura de Ana Pontón, por el tradicional voto dual y el efecto ‘caballo ganador’, reivindican que está en sus manos quebrar la hegemonía del PP. Principalmente, si logran movilizar en A Coruña para hacer que el último escaño cambie de manos. En las redes sociales ya han replicado la estrategia que utilizaron el 23-J -entonces en las circunscripciones pequeñas- sobre el último escaño en juego.

“En A Coruña estamos a menos de 1.100 votos de quitarle un diputado al PP de Rueda”, se lee en la cartelería de la publicidad segmentada a través de Facebook e Instagram. Una estrategia en la que Sumar está basando también buena parte de su campaña. Los socialistas son los que más han invertido en este tipo de propaganda según los datos de la plataforma Meta (12.000 euros la semana pasada, frente a los 4.000 del BNG, los 2.400 del PP y los 1.500 de Sumar).

El mensaje más repetido en Ferraz es que “hay partido”. El desembarco del líder de los socialistas en Galicia pretende incidir en que “el cambio es posible” para alentar la movilización. Según sus cálculos, con un aumento de la participación entre cuatro y cinco puntos se garantizaría un cambio de Gobierno en la Xunta. La polémica de Alberto Núñez Feijóo con su posición favorable a un indulto “con condiciones” a Carles Puigdemont, que primero matizó y después negó presionado por su partido, ha lleva a los socialistas a hablar de una tendencia al alza en sus opciones durante los últimos días.

Cambio de guion

El PSOE ha visto una gran ventana de oportunidad en los titubeos del líder de los populares para recuperar el pulso y por ello han virado su estrategia de campaña. De dejar el debate de la amnistía en un segundo plano, poniendo solo el foco en el discurso económico y la agenda social, a ponerlo sobre la mesa para nacionalizar la campaña. Desautorizar así a los populares, por “mentir” cuando habrían valorado la amnistía en sus conversaciones con Junts para la investidura, y ratificarse en su hoja de ruta.

Montero incluso trataba de arrastrar al candidato del PP, Alfonso Rueda, a esta polémica en la que ha evitado entrar, dejando que sea solo Feijóo quien asuma los contrataques y se corrija. Mientras Rueda eleva el tono frente al BNG, su principal rival, la número dos del PSOE interpelaba este miércoles desde A Coruña al candidato del PP para que aclare cuál es su opinión sobre las “conversaciones secretas y ocultas” que habría mantenido Feijóo de “forma mentirosa”. “Rueda ha estado alentando la crítica al PSOE y a las políticas de reconciliación que el Gobierno de España estaba intentando impulsar, cuando sabía que Feijóo estaba intentando lo mismo, eso sí, sin luz ni taquígrafos”, reprochó.

En esta nacionalización de la campaña, de la que ahora rehúye el PP tras promoverla para buscar el desgaste del PSOE por sus pactos con los independentistas, Montero llamó a votar porque “Galicia necesita dirigentes que no le mientan a la gente, que les trasladen cuáles son sus intenciones políticas desde el primer momento”, en lugar de “hacer una cosa con una mano y ocultarla con la otra”. El guion de la campaña ha cambiado desde las informaciones conocidas el pasado domingo sobre los contactos del PP con Junts para la investidura de Feijóo y el PSOE está haciendo todo lo posible porque así siga siendo.

La paradoja de la amnistía

Un foco que anticipa los mensajes de Sánchez, quien todavía no se ha pronunciado sobre este asunto. Además de Montero, este miércoles también agitaba la polémica el ministro de Presidencia y Justicia, Félix Bolaños, para asegurar que “lo que han reconocido es solo la punta del iceberg de lo que ofrecieron”. Bolaños volvió a repetir la tesis de los socialistas sobre que Feijóo estaría dispuesto a ofrecer la ley de amnistía si no fuese por Vox. “El problema era la mochila de la ultraderecha, con ello era difícil ahormar esa mayoría”, aseguró durante una entrevista en Rac1.

Los socialistas buscan ahora alimentar la duda de si Feijóo se reunió con Puigdemont y si hay “papeles” sobre las posibles propuestas que se cruzaron. Pese a que Feijóo ha cambiado el paso para rechazar “cualquier tipo de indulto”, en el PSOE intentan mantener vivo el debate sembrando más sospechas. En el PSOE arrancaron la campaña con el objetivo de combatir la paradoja de que “los gallegos quieren cambio, pero no lo creen posible”. Ahora, afrontan la recta final de la campaña con su propia paradoja de meter en la agenda la amnistía cuando su objetivo inicial era enterrar este asunto.