El Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) número 9 de la ONU tiene que ver con Industria, Innovación e Infraestructura. Más concretamente con construir infraestructuras resilientes, promover la industrialización inclusiva y sostenible, y fomentar la innovación. El periódico Levante-EMV reunió este jueves a un grupo de especialistas y autoridades que ofrecieron una serie de claves que permitirían construir una industria respetuosa con el medioambiente y al mismo tiempo con los derechos de los trabajadores y de los consumidores.

Sin duda para llegar a cumplir el ODS número 9, el edificio hay que levantarlo sobre firmes y saludables pilares. El primero, la innovación, que ayuda a las empresas a ser más eficientes, ecológicas, sostenibles y seguras. Y el segundo, las infraestructuras que vertebran los territorios, conectan a los ciudadanos con sus centros laborales y residenciales, y les permiten ser felices con agua de calidad; saneamientos dignos y viviendas confortables; medios de transporte asequibles; y carreteras, ferrocarriles y aeropuertos de máxima solvencia.

El encuentro dirigido por Julio Monreal, director de relaciones institucionales de Prensa Ibérica en València, estuvo patrocinado -como mecenas globales  de la campaña de ODS de Levante- EMV- por Caixa Popular y Facsa. Asimismo, contó con el patrocinio concreto del Ateneo Mercantil de Valencia para este desayuno de trabajo celebrado en la sede del diario, en el polígono industrial Vara de Quart. La gerente del diario Victoria Majadas actuó como anfitriona con todos los asistentes.

La secretaria autonómica de Obras Públicas, Transporte y Movilidad Sostenible, María Pérez, señaló que el futuro de la industrialización sostenible apunta a un modelo de «ciudades más grandes donde los desplazamientos son cada vez más intensos y más largos». Por ello, hay que apostar «por el transporte público basado en energías eléctricas» y que conecta a los ciudadanos con sus centros de trabajo, con sus espacios residenciales y las zonas de ocio.

La innovación y la transformación digital son dos herramientas fundamentales para favorecer el desarrollo económico sostenible. El teletrabajo, por ejemplo, citaba la secretaria autonómica, podría ser un arma muy eficaz para combatir la despoblación de los pueblos del interior y también para mejorar la movilidad en las grandes ciudades. Desde el punto de vista negativo, la brecha digital es un problema que plantea múltiples ramificaciones. Una de las más preocupantes es que resulta «muy cara» de abordar desde el principio al final del proceso pro- ductivo, tal como señaló Ignacio Carrau, vicepresidente del Ateneo Mercantil de Valencia. Sin embargo, aplicar las nuevas tecnologías en las empresas «tiene un efecto inmediato positivo en la cuenta de resultados, en la eficiencia energética y en los propios trabajadores».

Por tanto, «los empresarios tienen que llegar al convencimiento de que si acometen la revolución digital su cuenta de resultados lo va a notar para bien».

Ahora bien, el crecimiento sostenible -demográfico, social, industrial y económico- necesita infraestructuras solventes. Para favorecer la interconectividad de todos los territorios y de quienes los habitan, se precisan mallas eficaces y seguras como el ferrocarril. Una de las más potentes que se tiene que construir en Europa es el corredor  mediterráneo,  que, como explicó el asesor de presidencia de Ferrmed Francisco García Calvo, vertebrará cuando esté en funcionamiento a regiones y países que generan «el 50 % del PIB europeo y el 50 % de las importaciones y exportaciones» del Viejo Continente.

García Calvo resaltó que el tren es el medio de transporte «más eficiente, ecológico y seguro del mundo», sin embargo lamentó que en España su peso global en el número de desplazamientos privados y para el traslado de mercancías «solo llega al 3 % frente al 20 o 30 % que sería deseable».

El agua como motor económico

Otra infraestructura básica para el progreso de los pueblos y para la economía son las redes de abastecimiento del agua. El director general de Sitra, Ricardo Sáez, subrayó que el agua «es un factor limitador y limitante para las em- presas». Hay sitios, comentó Sáez, «donde no se pueden poner industrias porque no hay infraestructuras adecuadas que garanticen el abastecimiento de agua que van a necesitar sus procesos productivos».

«La industria necesita nuestra infraestructura porque necesita agua de calidad», matizó el directivo de la firma de Grupo Gimeno. Eso sí, «la industria tiene que tener una mejor responsabilidad con el uso que le estamos dando al agua, en particular, porque gracias a las nuevas tecnologías y a nuestro departamento de I+D+i estamos consiguiendo éxitos como el vertido cero o la reutilización de nuestros residuos y lodos». El viejo concepto de depuradora se ha transformado en el nuevo de biofactoría. «Con los lodos que sacamos de depurar las aguas residuales podemos obtener biogás y nutrientes» para utilizarlos como combustibles limpios o para los abonos en agricultura ecológica, explicó. Por tanto, gracias a la innovación, lo que era un problema, la generación de un residuo, se convierte en una gran oportunidad de negocio para la Economía Verde. Por todo ello, el tratamiento de las aguas industriales y domésticas «está muy ligado al medio ambiente y a la energía».

Infraestructuras e innovación

Hablar de I+D+i y tecnología en la Comunitat es hablar de la Agencia Valenciana de Innovación. Su subdirector general, Roberto Arnau, remarcó que cualquier innovación «pasa por la digitalización» y cualquier iniciativa contra la despoblación y en favor del crecimiento económico sostenible se basa «en una buena infraestructura de TICs».

Más concretamente, «cualquier estrategia de reindustrialización para aumentar la productividad en la industria autonómica pasa por incorporar a los investigadores y los científicos de la Comunitat Valenciana». Porque ellos, tienen las soluciones que pueden resolver las dificultades hacia una industria sostenible y unas infraestructuras resilientes.

Sin embargo, aunque todos los expertos presentes alertaron de la necesidad de cambiar los procesos productivos valencianos para erigir un nuevo modelo basado en la innovación y el respeto al medio ambiente, nadie, ni tampoco la ONU, pone en duda la importancia de la industria para el crecimiento sostenible de los pueblos y para garantizar la calidad de vida y el bienestar de los ciudadanos.

Industria e innovación

En ese sentido, Carlos González Triviño, director de Gobernanza Industrial, y gran entendido en el análisis de los nudos logísticos del transporte internacional en el arco mediterráneo, subrayó que el futuro del mundo «es insostenible sin la industria» tal como enfatiza la propia ONU. «Lo que necesitamos -comentó- es una industria de 6 para arriba en una nota máxima sobre 10, y un turismo de 6 para arriba, en el mismo baremo». «Porque la industria -expresó-, cuantitativa y cualitativamente, sigue siendo el principal agente de innovación en el mundo».

No en vano, un gigante como ITT «tiene en sus filas más premios Nobeles que cualquier universidad» lo que significa que no se puede asociar «desurbanización con  desindustrialización», dado que la innovación y el desarrollo, es el camino para el crecimiento sostenible y las infraestructuras resilientes.

Por su parte, el vocal de la junta de gobierno del Colegio Oficial de Ingenieros Industriales, José Campillo, defendió que la sociedad no es consciente «de la importancia que tiene la industria» para el desarrollo de la economía y el bienestar social. No hay que olvidar que cada empleo que se crea en el sector manufacturero, crea 2,2 empleos en otros subsectores. Ahora bien, el mayor problema que encuentran los emprendedores de pequeño y mediano tamaño «son las trabas administrativas de todo tipo». Y eso es muy negativo para el inversor porque: «La industria es como el agua, busca por tendencia natural, el canal más fácil».

Igualmente, la inversión significa no solo hacer realidad posibles oportunidades de negocio sino también innovar: «Solo Apple dedica más dinero a innovación que toda España», remarcó.

En esa línea, el portavoz de la Asociación Valenciana de Startups, Raúl Mir, lamentó que en España apenas se dedican 100 millones de euros a innovación tanto  privados como públicos. Esa cifra es irrisoria porque EE UU, China o los Países Árabes destinan cientos y cientos de millones. Eso significa que la industria local nunca podrá competir con la extranjera.

Por último, la irrupción de los avances tecnológicos en todos los campos de la vida, la economía o la ciencia, va a provocar cambios profundos «incluso tendrá un intenso impacto en el empleo». Y lamentablemente muchas personas se van a quedar descolgadas y fuera del mercado de trabajo. No todo en el horizonte es positivo, por tanto.