La prevalencia estimada de la celiquía en los europeos es del 1% y es más frecuente en las mujeres, con una proporción de dos a uno; ademásm alrededor del 75% de los pacientes está sin diagnosticar debido, en su mayor parte, a que esta enfermedad se ha relacionado durante mucho tiempo, de forma casi exclusiva, con síntomas clásicos como la diarrea, la hinchazón abdominal y la pérdida de peso. “Sin embargo, el reconocimiento de otras formas atípicas de manifestarse, tanto asintomáticas como con pocos síntomas, combinados con la mejor utilización de las pruebas diagnósticas disponibles, ha permitido evidenciar un número superior de casos al conocido previamente, así como síntomas de lo más variados”, explica el doctor Sergio Negre, especialista en gastroenterología del Servicio de Pediatría del Hospital Quirónsalud Valencia.

Existe una serie de trastornos asociados que suelen preceder a la enfermedad celiaca, aunque también pueden manifestarse simultáneamente e, incluso, después de ella. “Los pacientes que las padecen son considerados grupos de riesgo, ya que su asociación se produce con una frecuencia superior a la esperada. Se incluyen entre ellos la dermatitis herpetiforme (lesiones en la piel), la diabetes mellitus tipo I, la enfermedad hepática, la enfermedad tiroidea y la malabsorción de lactosa”, indica el doctor Negre.

Pueden darse complicaciones en caso de falta de diagnóstico precoz. En pacientes pediátricos, la principal complicación sería la afectación nutricional, con pérdida de peso y afectación de la talla.

Cuidados en la dieta

En relación a la dieta sin gluten, se recomienda tomar productos naturales, ya que los manufacturados tienen un mayor riesgo de contaminación o de contener trazas de ese componente. “Se debe tener especial cuidado con los productos de elaboración artesanal, ya que puede producirse contaminación cruzada”, aconseja el especialista.

Es fundamental comprobar siempre la relación de ingredientes en el etiquetado y tener cuidado con los alimentos importados, “ya que incluso para la misma marca comercial pueden producirse variaciones en los ingredientes empleados en diferentes países”, advierte.

Además, es esencial estar alerta con la manipulación de los alimentos al comer fuera de casa (bares, restaurantes, comedores, etc.), ya que en ocasiones se emplean los mismos aceites para productos con y sin gluten, o no existe una limpieza adecuada de los instrumentos empleados para preparar alimentos de ambos tipos. “En esta línea, en caso de tener un hijo celiaco, se recomienda emplear instrumentos de cocina diferenciados y preparar inicialmente los alimentos sin gluten, de forma que no exista contaminación cruzada en la preparación o, posteriormente, al servirlos”, aconseja el doctor Negre.

En cualquier caso, es fundamental contactar con las asociaciones de pacientes celiacos, que ponen a disposición de los asociados listados de productos, así como de lugares donde se puede comer con seguridad.