Miles de 'sedas' para la Unesco

Valencia se convierte estos días en un escaparate de indumentaria valenciana, con miles de sedas desfilando por las calles convertidas en trajes tradicionales. El escenario ideal para que varios delegados de la Ruta de la Seda se adentren desde hoy en la fiesta y puedan comprobar, «in situ», «un fenómeno como este que les dejó boquiabiertos al contemplarlo en un video». Así se expresaba ayer José Manuel Gironés, presidente del Centro Unesco Valencia/Mediterráneo ante la visita de los delegados. Llegarán desde países como China, Corea del Sur, Irán, Omán y Turquía, en el que se sabe un cónclave fundamental para la articulación de toda una estrategia turística, comercial y cultural que orbita alrededor de la seda. En plena cuenta atrás además para la candidatura de las Fallas como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, a nadie se le escapa la importancia de la cita. José María Chiquillo, coordinador en España de Unesco Silk Road, ejercerá de «anfitrión», después de haber sido quien moviera esta iniciativa que supone, entre otras cosas, incorporar a la ciudad (más poblaciones aledañas y otras zonas en otras comunidades) a un mapa que, sorprendentemente, estaba incompleto por la ausencia de una ciudad que se va a convertir en el kilómetro 9.090 de un camino que nacería en la ciudad china de Xi´An.

En juego, también, está conseguir para 2017 una exposición mundial de la seda. La reunión preparatoria del órgano directivo de la Ruta de la Seda servirá para que los delegados de la Unesco vivan «en primera persona la locura total» de una fiesta que se examina en noviembre. «Si la seda está viva aún en Valencia, es porque es una parte fundamental de las Fallas, a través de su indumentaria», subraya siempre que puede Chiquillo.