«Pedimos que venga», «debe venir», «sería extraordinario, genial, que volviera», «que vuelva», «que deje de jugar». Se esperaba con interés el pleno de la Junta Central Fallera porque era el primero que no presidía el concejal Pere Fuset tras su doble renuncia del mes de junio a presidir los debates de la fiesta y faltaba por ver el talante con el que su equipo de trabajo más cercano se tomaba la ausencia. Si se quiere, hubo un ambiente distinto a la zapatiesta de la asamblea de presidentes de aquel mes. Ayer reclamaron su regreso todos los estamentos allí presentes: delegados de sector, presidentes de agrupación y la Interagrupación. Con firmeza pero con menos crudeza en las intervenciones. Ello no quitaba a que, por ejemplo, Paco Sivera (delegado de sector del frente «duro») dijera que su ausencia es «una falta de respeto, ética y moral porque todos trabajamos por la fiesta gratuitamente y nuestro presidente nos tiene que valorar». O el presidente de la Interagrupación, Jesús Hernández, con el que hace tiempo está en desencuentro, apelara a que «deje de jugar, que no se comporte como un niño y que se siente». Más conciliador fue el presidente de Seu-Xerea-Mercat, Miguel Guillot, al reclamar el regreso porque «hay que empezar de nuevo». Aunque Sivera ya cuestionó que «si sigue en sus trece, habría que ver alguna medida para que cumpla con su obligación».

Y todo ello, aderezado con un detalle: si el concejal no acude a plenos y asambleas, ¿estará en los extraordinarios donde se elige a las falleras mayores de València?

Otros plenarios lo pidieron en nombre de sus respectivos sectores y comisiones y el secretario general, Ramón Estellés, hizo lo que tenía que hacer: reiterar que tomaba nota y que se lo transmitiría al edil. Si para el regreso hace falta alguna nueva reunión de acercamiento, en el pleno de ayer dio la sensación de que está más cerca. O, por lo menos, que hay un ánimo un punto constructivo. Habrá que ver ahora el talante de la asamblea próxima.

Todo ello, después de que Estellés iniciara el pleno diciendo que éste era presidido «puntualmente» por el vicepresidente Javier Tejero. Además, en el mismo se dio a conocer el teléfono de atención a las fallas en el ayuntamiento (el «teléfono del exilio») y otro de los miembros críticos de la JCF, Ángel Santamaría, recordó que «los horarios de funcionario no son los horarios falleros».

Las fechas de las carpas

Y mientras esto sucede, en el horizonte se atisba el temor con las fechas de autorización de carpas y verbenas. Surgió la pregunta ante la inminencia de contratraciones. ¿Va a hacer restricciones en el futuro bando? Estellés lanzó un mensaje tranquilizador: «ahora mismo no veo ningún temor en el horizonte».