A lo largo de cientos de candidatas siempre surgen particularidades deportivas. Entre las que aspiran a un lugar de privilegio en 2019 hay practicantes de baloncesto, balonmano, fútbol sala, apnea... y con Raquel López se incorpora otra disciplina. «Empecé corriendo y llegué a hacer medios maratones, pero decidí probar algo nuevo. Y empecé a hacer triatlones. Este año he hecho menos por ser fallera mayor pero, por ejemplo, hice un duatlón muy cerca de Fallas. Me decían que estaba loca, porque corría el riesgo de caerme de la bicicleta. Este año he hecho el de Castellón». Y para que continúe la locura, aseguraba que iba a participar en el València Triatlón de este fin de semana, en vísperas de la presentación oficial ante el jurado. «Pertenezco al club Triculpelat de Alaquàs. Se amoldaba muy bien a mis horarios, es gente joven, majísima, super deportista...».

También es una carrera multidisciplinar la elección de la corte. A la que llega con un golpe de fortuna previo: ser fallera mayor. Son tres hermanas «y la del medio fue fallera mayor el año pasado. En mi comisión, la fallera mayor sale por sorteo entre las que quieren. Ella tardó cuatro años en ser la agraciada. Entonces es cuando me apunté yo, con la esperanza de ser la siguiente, que fuera ella quien me pasara la banda; aunque viendo el éxito que había tenido ella... pero no: tuve suerte y salí a la primera». Con lo que pudo consumarse el deseado cambio de banda. «Es la que me ha dado los consejos, cómo ir a cada sitio, que no te pierdas nada, que no te cuenten nada...». Un reinado y una condición de preseleccionada que premia también la espera. «Mi madre apuntó primero a mis hermanas, pero conmigo tardó. Ellas bajaban y, claro, yo lloraba en casa porque quería ir a los pasacalles. Mi madre me decía: "tranquila, te pongo el traje y salimos de pasacalle". Bueno, al final me apuntó cuando tenía cuatro años». En Arquitecto Alfaro-Francisco Cubells, una de las comisiones más grandes del Marítim. «Mi madre es del Grao de toda la vida. Mi padre es de Requena, pero se vino de muy pequeño a vivir a València. Cuando se casaron se quedaron en este barrio. Que mejor que en el Grao, en ningún sitio». Del barrio portuario a tope «porque me lo paseo siempre. Tengo tres perritos, y, claro, es necesario. Vivo con mi novio en la calle de al lado del casal». Triatlones aparte, en la falla es delegada de infantiles (siempre y cuando, a partir del día 29, no le surjan nuevas obligaciones). «Como ya no soy fallera mayor, no me quiero aburrir. Quiero marcha». En la vida civil espera su momento. «Soy educadora infantil. Actualmente soy cuidadora a nivel particular. Espero mi oportunidad y mientras, lo hago para estar ocupada y hacer lo que verdaderamente me gusta». Además de la natación, la bicicleta, la carrera, la falla...