Puesto que la entrada y escaleras de La Lonja se han vallado para evitar que fueran empleadas como urinarios, los vándalos no han dudado en recurrir al pórtico de la iglesia de los Santos Juanes.

Al parecer, algunos de los asistentes a una verbena que se celebró la pasada noche en la falla de la Plaza del Mercado, no respetaron los alrededores de la zona y no dudaron en emplear los recovecos del templo para aliviar sus necesidades.

Esta mañana además de los olores, la basura también inundó las calles en las que confluyen estas obras arquitectónicas y los comerciantes del centro se muestran indignados por las consecuencias de la fiesta en los monumentos y en el barrio.