Las Fallas tienen incertidumbre y miedo y lo escenificaron en la asamblea de presidentes de octubre. Incertidumbre por el futuro a corto plazo y miedo por el futuro a medio plazo. En concreto, por las consecuencias que puede tener que las fiestas del próximo año sean pobres y que esto genere una deserción masiva de falleros y unos problemas económicos galopantes. 

«Nos nos llega la camisa al cuerpo» decía el presidente de Exposición, Manuel Más «porque nos hemos comprometido el próximo año a pagar un 75 por ciento, y lo hemos hecho convencidos, pero no sabemos qué va a pasar, porque lo que se ve venir, en cualquiera de los escenarios, son unas fallas de gasto y de no ingresos». 

Se deja entrever que, tras parar el primer golpe en la constitución de los nuevos censos, empieza a generarse el especímen fallero de «para estar así me borro de la falla». El presidente de Doctor Gómez Ferrer, le pedía al concejal Carlos Galiana «desvelar alguna idea de como sería ese «plan B» para así callar la boca de algunos falleros». 

No quiso hacerlo el edil para no pillarse los dedos «porque si digo algo, se toma al pie de la letra y estamos viendo cómo las cosas cambian de un día para otro. Hoy, por ejemplo, no podríamos celebrar la Ofrenda como está previsto porque a las doce de la noche hay que estar en casa. Pero si lo digo, entonces ya "se va a cambiar el horario"». A pesar de que las informaciones que llegan son cada vez más negativas, el presidente de la JCF sigue alabando las actividades de las comisiones «porque estáis demostrando que, cumpliendo las normas de seguridad, las Fallas pueden funcionar. Sigo diciendo lo mismo: entre hacer algo y no hacer nada hay un margen. Evidentemente, coincido con la consellera en que unas Fallas como las de 2019 sólo serán posibles con vacuna». 

Sobre ese posible agujero económico que pueden tener las comisiones, Galiana dejó caer que, en el ayuntamiento, «trabajamos con un asterisco de alerta en el presupuesto de 2021» y aún reconociendo que agujero económico habrá, apeló a que «cualquier idea será bien recibida» y a que «a día de hoy no se puede decir que habrá Fallas o que no. Entre otras cosas, por las implicaciones que tendría. Porque puede no haber Fallas, pero sí haber un plan B». Aunque, como queda dicho, prefirió omitir detalles para que después no se las cobren. 

Sobre la posibilidad de celebrar las fiestas en primavera o verano confesó que «no le veo mucha viabilidad». Menos sin vacuna.