Las Fallas de Septiembre obligan a muchos cambios. Y, como queda bien explicado por los expertos en la materia, esto incluye la indumentaria tradicional, que tendrá que buscar modelos más prácticos y frescos.

Hasta ahí todo normal. Pero a raíz de esa revisión se ha planteado una pregunta: ¿los modelos "ligeros" son o serán permitidos en la Ofrenda?

Para la Ofrenda, lo normal, es llevar un traje de lo mejorcito del guardarropa, rematado con un corpiño ajustado de manga larga o francesa. Ideal para marzo, pero que siembra más que razonables dudas por la temperatura que habrá a primeros de septiembre. Aunque también se recuerda, en ese sentido, que los corpiños pueden hacerse con tejidos más ligeros que los utilizados en marzo. Y que, en un tiempo en que es bueno dinamizar la indumentaria tradicional, encargar un corpiño nuevo siempre es una buena idea.

Le va a tocar a la Junta Central Fallera, seguramente, contestar preguntas inquietas. Porque las disposiciones para el acto son, sencillamente, ambigüas. Aunque da la sensación de que si el interés es que la fiesta fluya lo mejor posible, no habrá demasiados problemas para una interpretación flexible.

Las normas de la Ofrenda (las de 2019, porque de 2020 no llegaron a publicarse) señalan que "Todos los falleros/as que participen en la Ofrenda de Flores deberán vestir la indumentaria tradicional valenciana aprobada y contemplada en el artículo 64 y 65 del vigente Reglamento Fallero".

Traje con manga de camisa

Y se advierte que inclumplir este precepto es susceptible de sanción. En concreto, "no vestir la indumentaria tradicional contemplada en el Reglamento Fallero o vistiendo prendas no admitidas en el mismo (ropa de particular, blusón y similares)".

Y entonces ¿qué dice el Reglamento Fallero? Pues es elástico a más no poder: la fallera deberá utilizar, no ya en la Ofrenda, sino en la fiesta en general, "el tradicional traje de valenciana", que es como no decir nada o decir prácticamente todo.

Traje con manga francesa, traje con corpiño de manga larga y traje con manta.

Tan sólo se especifica el no considerar el blusón como prenda femenina. Lo que quiere decir que la mujer estaría cometiendo irregularidades permanentemente durante los días grandes de la fiesta. Y, sin embargo, nunca pasa nada.

En la Ofrenda sí que es cierto que no se utiliza. Tan sólo lo llevan, en todo caso, el "servicio de orden" (cuidadoras de infantiles, que en muchos casos ni siquiera entran en la plaza) o fotógrafas, más alguna que sí que se "cuela".

Pero es que el blusón no es adecuado en la Ofrenda ni para mujeres ni para hombres. Alguna excepción se ha hecho, como cuando ex jugadores del Valencia CF desfilaron en 2019 con motivo del centenario y lo hicieron, antes del resto del cortejo, con blusón. De la misma manera que nadie utiliza trajes de particular (salvo entidades invitadas, como Lo Rat Penat), como se hacía antaño.

Ex jugadores del Valencia CF con blusón en la Ofrenda de 2019

Si hubiera que ser estricto con el vestuario femenino, lo mismo habría que hacer entonces con el masculino. Y entonces habría que cuestionar a las miles de personas que desfilan con una combinación moderna, muy cómoda, pero cuestionada en cuanto a su autenticidad o su "tradición": manga de camisa, chaleco y pantalón a rayas. Bautizada como "traje fallero" o "traje huertano", pero también desdeñosamente como "traje noesná" por "no ser nada".

En los debates sobre las Fallas de Septiembre se ha recordado que en Alicante son muchas las comisionadas que llevan trajes también con camisa, tapando mangas con el "mocador de pit".

En la otra parte del debate se recuerda que las "belleas" en Alicante desfilan con corpiño negro (cada vez con más materiales que sustituyen al tórrido terciopelo) y que las falleras invitadas llevan también corpiños de manga larga o mangas francesas.

En la procesión del Carmen, en julio, todas con corpiño

Y no hay más que quedarse en València: tan o más calurosa que la Ofrenda de las Hogueras puede ser, por poner un ejemplo, la del Carmen, en pleno mes de julio. Y ahí, las falleras mayores, tanto adultas como infantiles, no lo dudan: corpiños, negros incluidos. Cierto es que el acto, como tal, no es tan largo como una Ofrenda de Fallas, pero la ejemplaridad, o el sacrificio, están fuera de toda duda. Y en esa banda horaria, la temperatura es tórrida.

Falleras mayores infantiles de El Carmen, en una ofrenda en pleno mes de julio

Por no hablar de las preselecciones, día en el que las falleras sí que están varias horas aguantando temperaturas muy altas (porque una cosa es el acto, que empieza sobre las nueve y las diez de la noche y otra es la reunión previa con el jurado, que es algunas horas antes). Es verdad que se trata de un acto de alta exigencia, porque las que allí concurren persiguen un objetivo enorme, y no es cuestión de flaquear.

Pero una cosa es quien lleva una representatividad y otra el gran público. Y falleras de a pie, como las comisionadas de Hogueras, se supone también abogarán por formulas más "soportables". Sobre todo, si la JCF no da problemas para ello.

No empezará a las tres y media

En cualquiera de los casos, no parece contemplarse el escenario de empezar la Ofrenda de las Fallas de Septiembre a las tres y media de la tarde, sino que los desdobles de fechas alejen el inicio a horas más templadas.

Hay que recordar, en ese sentido, que Alicante celebra sus Ofrendas a partir de las siete de la tarde y que duran aproximadamente cuatro horas, con un único trazado.