La falla municipal de 2021 ya está finalizada y su aspecto no dejará de ser lo que se preveía: no una falla, sino un trozo de falla. Levantado artificialmente por una torre de madera que sirve para incorporar la cabellera de la Meditadora, pero que deja la figura, al fin y al cabo, como una cosa rara, que nada tiene que ver con el monumento previsto en 2020. Son más bien restos de falla.

Los artistas responsables de la restauración de la figura completaron ayer el proceso, levantando el busto sobre ese pedestal y, a su vez, falcando la cabeza sobre en el cuello de la misma. Teóricamente, ese busto debía haber estado acompañado por todo el cuerpo en posición de meditar. Además, rotaría durante todo el día. Todo eso quedó destruido por el fuego. También ha cambiado la orientación de la obra, que ahora está desplazada a la acera del Rialto.

El resultado parece más la falla de aliño plantada en 1970 cuando la figura del Coloso de Rodas se fue al suelo y el Gremio de Artistas Falleros improvisó un pedestal de colores para levantar la cabeza, lo único que había quedado intacto. Por contra, en 1971, hace ahora 50 años, sí que se reconstruyó íntegramente.