Dos meses. Es el plazo que da el concejal de Cultura Festiva, Carlos Galiana, para materializar alguno de los cambios en los festejos tradicionales de Fallas, después de que se haya tenido que llevar a cabo modificaciones forzosas con motivo de las Fallas de Septiembre y que alguno de ellos haya gustado especialmente. Así lo comentó en el pleno de la Junta Central Fallera, en el que advirtió que, a día de hoy, «aún no sabemos cómo van a ser las Fallas 2022, si habrá restricciones o no». Porque los cambios fueron introducidos de forma forzosa, no por un deseo expreso de cambio, al que tan reacio es, por definición, el mundo fallero. «Tenemos poco tiempo para estudiar las novedades que se han producido, como la ofrenda matinal, las ‘mascletaes’ a los barrios sin dejar las de la plaza del Ayuntamiento... en los próximos dos meses deberemos valorar qué cosas han venido para quedarse». En concreto se refirió también a lo que pasará con la ofrenda. «Tengo pendiente reunirme con la dirección de obra de la plaza de la Reina». Para saber si el tránsito por la superficie de la plaza será posible o no en marzo de 2022. Lo que cambiaría sustancialmente algunas percepciones.

El pleno incluyó la felicitación general y colectiva por el esfuerzo hecho, pero no faltaron las quejas por cosas que han ocurrido en unas fiestas hechas un poco a ‘mata caballo’ por el escenario cambiante. Por ejemplo, hubo quejas de Seu-Xerea-Mercat por no poder regresar de la ofrenda por la calle Micalet. O un episodio que ocurrió cuando la comitiva oficial abandonó el ayuntamiento y tuvo que sortear un botellón en la calle Xàtiva, en el que la integridad de la comitiva estuvo amenazada. Galiana reconoció que «el primer día no hubo problemas, pero en este es verdad que sí». También se escucharon quejas en general por la falta de Policía Local o por el calvario de la falla del Mercado Central con la concejalía de Movilidad Sostenible y los maceteros que no había forma de quitar.

Clasificación de fallas «inflada»

Se aprobó el procedimiento para clasificar las fallas 2022 por secciones. Y se advirtió que, el próximo mes de marzo, el precio que se declarará será exorbitante. Resultado de acumular en el mismo el célebre 75+75. Es decir, una falla de 2022 estará declarada, más o menos, como lo que costó la de 2020 multiplicado por 1,5. El delegado de falla puso como ejemplo que «una falla que antes valía 90.000 euros pasa a ser de 135.000. O que la más barata, que era de 1.800, ahora valdrá 2.700». Pero eso no quiere decir que se vean fallas 1,5 veces más grandes, puesto que una parte de ese dinero se ha gastado en sostener los talleres.