Por si no tuvieron bastante con la pandemia, las dos suspensiones de julio y marzo, la desaparición de los actos conjuntos o de la actividad en el casal, la Dana del 1 de septiembre o las mascarillas en la Ofrenda, a las falleras de 2020 y 2021 les sigue persiguiendo el infortunio. En este caso, a las que superaron la criba de las preselecciones el pasado fin de semana y que ayer afrontaba una jornada muy especial y que saltó por los aires cuando, al filo de las siete de la tarde, se abrieron los cielos para descargar agua durante dos horas.

Era el día en el que debían conocer a los miembros del jurado y que se reboza con una fotografía conjunta en las escaleras del Palau de les Arts. Una foto que iba a ser sólo en parte más espectacular: coincidía con la sesión oficial de fotos individuales, por lo que el posado iba a ser con con todas ellas vestidas de valencianas. Eso sí, con la mascarilla puesta, que no deja de ser un deslucimiento.

Al final, ni foto ni paseo ni nada. Para cuando empezó a diluviar, las infantiles ya habían acabado la sesión fotográfica individual y esperaban en la planta baja de la sede de la Junta Central Fallera. A la vez empezaban a llegar las adultas. Nervios, apreturas, exceso de gente arracimada y a esperar a ver si se podía hacer algo para salvar la jornada. Para nada. Finalmente el propio concejal Carlos Galiana abortaba la misión y descartaba la foto oficial, al menos de momento, a la espera de un día de bonanza. Era lógico porque no dejaba de llover y cuando lo hiciera, las aceras y los escalones podían ser una pista de patinaje nada recomendable.

A partir de ahí se produjo la salida de todas ellas. Por dos puertas: la de los jardincitos, para recogerlas directamente en automóvil; la principal, para llevarlas al vehículo. Eso sí, previa protección de la indumentaria. Faldas levantadas y cambio de calzado (las que habían pensado en llevar zapatos de repuesto). Incluso una madre no dudó en irse descalza con tal de que la niña pudiera ir con alpargatas protectoras.

A las mayores les pasó más o menos lo mismo, aunque el agua empezaba a ser más dócil en el momento de marcharse. Sobre las nueve de la noche fueron abandonando la sede. Previamente se habían reunido con el jurado, aunque sin llegar a hacer pruebas. De momento, sólo la charla de presentación y, a partir de ahí, a estar pendiente de los conductos oficiales para recibir las premisas de donde, cuando y cómo ir. El jurado quiere verlas lo más posible sin mascarilla, por lo que buscará reuniones en exteriores y, como suele ser habitual, tratar de que sea un ambiente lo más distendido posible. Pero hay cosas que serán inevitables. Tampoco las elegidas tendrán un mandato completamente normal. Aún.