Un concierto de Pau Alabajos, precedido de otras actuaciones y al que siguió una velada astronómica culminó ayer los 100 días de encierro en el colegio Ciutat de Cremona, en todos los sentidos. Estas actividades no sólo eran las últimas del programa que se ha desarrollado en los últimos días sino que fueron la despedida de una protesta y una intensa convivencia. La asamblea del Cremona decidía ayer, y así se anunciaba, que se levanta el encierro y ahora la protesta se realizará sólo un día a la semana, el jueves.
En la decisión han pesado factores positivos como la decisión del Consell Escolar Municipal pedir a la Conselleria de Educación que adjudique a este combativo centro un aula de tres años para el curso próximo, a raíz de que las solicitudes de matrícula globales fueran superiores a la oferta, y de que veinte familias hubieran solicitado este colegio, ya que la mayoría tienen hijos allí.
Pero también el «cansancio y el desgaste» ha hecho mella en este grupo de activistas, que ayer decidía iniciar una protesta más suave. Durante 100 días, no sólo han dormido por turnos sino que han desarrollado una actividad cultural más intensa que la del propio consistorio, incluidos varios «escraches» a mitines del Partido Popular o de la consellera de Educación, María José Català. Además, han llevado su protesta a prácticamente todas las manifestaciones que se han realizado la Marcha por la Dignidad, la del Dia de la Dona, la del 1 de Mayo y todas las de educación además de haber realizado las suyas propias.
Durante 100 días, el Cremona ha recibido el apoyo de actores, artistas, deportistas, representantes de asociaciones, estamentos del sector de la educación y de casi todos los movimientos sociales. Pero la batalla para ganar el Consell Escolar Municipal el resultado se aprobó por 12 votos a 7 y la decisión contraria que al día siguiente adoptó la Comisión de Escolarización pidió por sorpresa el aula para el Vila d'Alaquàs, que no la ha solicitado también han supuesto un golpe para este grupo de madres y padres. Por ello, ayer anunciaron que, tras haber logrado que se reconozca que su aula hace falta, ahora la palabra la tiene la Conselleria de Educación y también el juez, que admitió a trámite su recurso contra el arreglo escolar y la supresión de unidades para el próximo curso.
Desde el Cremona se valoraba ayer que, independientemente del resultado de sus esfuerzos, los pequeños han aprendido una importante lección de democracia, la de pelear por sus derechos y «por un mundo más justo». Y se lamentaba que ni la consellera Català «ni el Partido Popular local» haya estado a la altura. «Ella ha conseguido lo que quería, cargarse unos cuantos colegios públicos en favor de los privados y ahora la premian por ello y la ascienden», lamentó el presidente de la Ampa, Javier Parrilla.
