El artista fallero José Vicente Cebrián ha dejado sin terminar los monumentos mayor e infantil de tres fallas de l'Horta Nord que le habían contratado y que le habían abonado una parte importante del pago acordado por su trabajo. Así lo confirmaron los presidentes de las tres comisiones afectadas —El Ventorrillo de Almàssera, Sant Joan de Bonrepòs i Mirambell y Harmonia de Meliana— y Fernando Uncós, el artista fallero que se ha comprometido a terminar los monumentos de las dos primeras comisiones. La tercera —l'Harmonia— ha decidido plantar únicamente la falla infatil (para lo que ha contratado a la artista Desiree Triviño) y serán los propios falleros los que hagan la grande. «Después de haberle pagado a él el 60 % de las cuotas, alrededor de 4.000 euros, apenas nos ha quedado dinero para nada más y hemos preferido que sean los niños los que tengan falla», explicó ayer el presidente de esta comisión, Manel Borràs.

Se da el caso de que Cebrián era también fallero de l'Harmonia y que tanto él como anteriormente su padre se había encargado de crear sus monumentos desde hace muchos años. «Todos los meses venía a la falla a que le pagáramos la cuota, pero empezamos a escuchar rumores en el pueblo y le dijimos que queríamos ir al taller a ver lo que llevaba hecho ya —recordaba ayer Borrás—. Él nos iba dando largas hasta que al final nos plantamos allí. De la grande aún nos pidió los bocetos que había dejado en el casal en diciembre. Es decir, que no había hecho nada aún. Y en el taller nos enseñó una infantil que después nos enteramos que era la misma que había enseñado a las tres fallas».

En el caso de la falla Sant Joan de Bonrepòs —localidad en la que vive el artista, cuyos hijos eran miembros de esta comisión hasta el pasado año— su presidente José Manuel González explica que entre noviembre y diciembre visitaron el taller en el que trabajaba Cebrián y no vieron nada extraño. «Pero en enero volvimos con las falleras mayores para hacer la visita oficial, y nos dimos cuenta de que estaba todo igual —explica González—. Otros años en octubre ya las tenía acabada». Fue entonces cuando se enteraron de que no pagaba el alquiler del inmueble y de que otras comisiones tenían problemas con el artista. Al final, llegaron a un acuerdo con el artista que compartía con él el alquiler de la nave (Uncós) para que haga lo que pueda con lo poco que dejó hecho su compañero y los cerca de 4.000 euros que se quedaron sin pagar. «Me lo he encontrado por la calle pero no me ha dado ninguna explicación. Queremos que nos devuelva el dinero, pero de momento lo único que hemos hecho es informar al gremio de artistas falleros», explica González.

Vicent Soler, presidente de El Ventorrillo de Almàssera (cliente también habitual de Cebrián), explica que le habían pagado ya unos 3.000 euros, la mitad de ambos monumentos. «Nos decía: "tranquilos que os la acabo... Pero al final nada. Con lo que nos ha quedado hemos contratado a otro artista para que la acabe. No es lo que queríamos, pero es algo».

Ayer, y en declaraciones a este periódico, Fernando Uncós, explicó que le alquiló a Cebrián medio taller «porque yo sólo tenía una falla contratada. Me pedía muñecos para enseñarlos a las fallas que venían. Al final se dieron cuenta de que no les iba a acabar las fallas. A una le hizo sólo el cuerpo central y a otra una maceta. Me he comprometido a terminarlas yo, aunque pierda dinero, con el compromiso de que me contraten el año que viene».