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Denuncia

Los pueblos del Parque del Túria exigen más seguridad en la presa de Manises

El presidente del colectivo reclama medidas tras la tercera muerte en el río en los últimos 7 años

Los pueblos del Parque del Túria exigen más seguridad en la presa de Manises

El fallecimiento de un hombre de 71 años el pasado sábado mientras se bañaba en una zona prohibida en la presa de Manises-Riba-roja, en el Parque Natural del Túria, ha hecho sonar de nuevo las alarmas sobre la práctica habitual de darse un chapuzón en áreas restringidas por su alta peligrosidad por las fuertes corrientes, tal como también sucede en l'Assut d'Antella, donde se han registrado varios fallecidos en los últimos años.

El sinistro de Manises ocurrió alrededor de las siete de la tarde cuando la víctima se encontraba en una zona prohibida para tomar el baño, en el área de la presa de Manises. Al parecer, en un momento dado el hombre no pudo continuar nadando por causas que se desconocen y quedó sumergido en el agua. Fueron otros bañistas que se encontraban allí los que dieron el aviso a la Policía Local, que se presentó de inmediato en el lugar con varias patrullas, al igual que efectivos de la Guardia Civil. No fue hasta pasadas las 22.30 horas cuando agentes del grupo de submarinistas lograron rescatar el cadáver del hombre.

El presidente de la Asociación de de Municipios Vinculados al Parc Natural del Túria, Robert Raga, lamentó el fallecimiento ocurrido en la presa de Manises, competencia de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ), y apuntó que este tipo de accidentes debe servir para aumentar la seguridad. Para el alcalde de Riba-roja «todo lo que sea mejorar las medidas y condiciones de seguridad en el parque y su entorno serán bienvenidas y necesarias». El líder de la entidad que aglutina a municipios bañados por el río como Riba-roja, Pedralba, Vilamarxant, Manises o Valencia, solicitó «una partida presupuestaria» para «tener el parque natural en mejores condiciones en materia de seguridad, señalización, mantenimiento y limpieza para prevenir los incendios forestales». Raga insistió en la necesidad de incrementar la seguridad con una señalización «que diga qué se puede hacer y qué no; ya sea pescar, bañarse o cualquier otra actividad».

El caso del hombre fallecido el pasado sábado no es el primero que se produce en la zona. Pesa a la prohibición de bañarse son muchos los que hacen caso omiso y acaban siendo arrastrados por los fuertes remolinos que se generan en algunos tramos del entorno de la presa de Manises. En julio de 2010, un joven de 26 años pereció ahogado cuando se refrescaba junto con otras tres personas, dos de ellas menores. Uno de los niños comenzó a gritar y su padre se lanzó al agua para socorrerlo. Logró rescatarlo pero peor suerte corrió uno de los chicos que fue arrastrado por la corriente. Fue necesario la actuación de los buzos del grupo especial de actividades subacuáticas de la Guardia Civil para localizar el cuerpo. Además, en agosto de 2009 otro hombre fallecía al quedar atrapado en el interior de un tubo de hormigón en el río Túria, a la altura de Riba-roja, cuando practicaba «hidrospeed».

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