Tras constatar de que el motivo de la inmovilidad del felino respondía a una agresión externa, la afectada fue a interponer denuncia pero no pudo hacerlo, pues tendrá que esperar al informe médico. Blacky no ha sido el único animal al que han agredido con disparos este mes. Hace dos semanas, otro gato fue encontrado en la calle 212, perpendicular a la 156, «no lo mataron de milagro», relata una de las vecinas. Así, el gato fue encontrado «con una bala justo arriba del corazón. El proyectil bajó por el cuerpo y se alojó en la patita», explica la dueña de Blacky. Ahora, las dos afectadas y asociaciones animalistas locales junto al partido animalista Pacma van a presentar una denuncia conjunta para que cesen todas estas acciones agresoras «y que se aumente la seguridad en las calles de La Canyada».

«Hay falta de concienciación»

La asociación Gats de La Canyada achaca estos actos a el «incivismo» y la «falta de concienciación» pues, dice, «el gato callejero siempre existe y siempre existirá y lo que hay que hacer es convivir con el gato, no intentar eliminarlos».

En este sentido, la portavoz de la entidad apunta que, en concreto, La Canyada «es una gran colonia, en cada manzana hay gatos. La causa más grande de muertes es por atropellos, maltrato y un pequeño porcentaje de infecciones y resfriados». Además, explica que desde la asociación «atendemos a los gatos, los castramos y el ayuntamiento los está censando. Es precisamente el consistorio quien está también velando por el bienestar de los animales, se está haciendo daño a gatos censados y regularizados», concluye.