Los casi dos años de matrimonio entre el PSOE y Compromís han estado marcados por una relación con más odio que amor. El enlace del Pacte del Batà ya se firmó con separación de bienes, con el proyecto de Puerto Meditarráneo anotado en rojo. Ambas formaciones dejaron el megacentro comercial a un lado para que la boda llegara a buen puerto, pero con la convivencia del día a día, la iniciativa diseñada para el paraje de les Moles reflejaba las infidelidades de ambas formaciones. Si los socialistas con el alcalde Juan Antonio Sagredo a la cabeza se han mostrado públicamente a favor, respaldando mociones en los plenos y acompañando a los impulsores a reuniones con la conselleria o en la presentación del remozado proyecto, Compromís ha expresado su enérgico rechazo. Los valencianistas llegaron a asegurar hace un mes que mientras formaran parte del gobierno local, el proyecto "nunca será ejecutado". Y ahora ha sido este asunto el que ha hecho que el tripartito se rompa.

El pacto se firmó en septiembre de 2016 y, diez meses después, estuvo a un pelo de saltar por los aires. Compromís votó en contra de los presupuestos que presentaba el PSOE en la Junta de Gobierno local. En realidad, se trataba de sacar adelante un borrador de las cuentas para llevarlo a las comisiones, que los grupos presentaran alegaciones y finalmente elevarlo al pleno extraordinario para su aprobación.

El rechazo de Compromís y PaSip, que se incorporó al gobierno meses después sin cartera, se basaba en pedir más tiempo estudiarlo mejor ya que contaba con un informe de Intervención alertando de que el expediente está incompleto. Además, el Consejo de Participación Ciudadana lo había rechazado por falta de información y de informes.

La negativa a las cuentas encolerizó al alcalde Sagredo y los suyos. Primero destituyó al asesor de Compromís y posteriormente advirtió que elevarían a la Asamblea local la vigencia o no de l´Acord del Batà, al apreciar «serias dudas acerca de si compartimos los mismos objetivos», en referencia a sus socios. La tensión se respiraba en el aire. Las fiestas fueron calmando las aguas, hasta que tres meses después, Compromís daba luz verde a los presupuestos, tras un proceso de participación ciudadana en todas las juntas de barrio, y el asesor recuperó su puesto.

Pero pese a que ambas formaciones sacaron su mejor detergente, la mancha de aceite se apreciaba en el pantalón del Batà. Y además, fue creciendo. El pasado 8 de marzo, el PSOE logró con el apoyo del Partido Popular, Ciudadanos y los dos ediles nos adscritos, sacar adelante la suspensión de concesión de licencias asistenciales en suelo privado, mientras el departamento de Urbanismo elabora un estudio sobre las actividades de este tipo que contempla el PGOU, y posteriormente los vecinos de cada barrio decidan qué permiten y qué no. La medida frenaba en seco la instalación de un centro de acogida de menores en un chalet de Montecañada, impulsada por una fundación privada, con el visto bueno de la Generalitat Valenciana.

El desencuentro PSOE-Compromís (también con Paterna Sí Puede) tuvo momentos extremos, tanto en intervenciones públicas como en reuniones privadas, culpándose unos a otros de la situación, y con el aderezo de las duras críticas que la vicepresidenta Mónica Oltra (de Compromís y titular de la cartera responsable del centro de menores) lanzó al alcalde Sagredo. Todos querían poner una solución, però meses después sigue el bloqueo y con la suspensión de licencias llevada al juzgado por la Abogacía de la Generalitat a instancias de Oltra. El debate y desencuentro político se esfumaba.

El pasado mayo, el juzgado de Paterna comunicaba que había citado a Sagredo y dos concejales socialistas a declarar como investigados, en referencia a la adjudicación del contrato de los conciertos de Halloween por valor de 17.500 euros. El alcalde aseguraba inicialmente que el caso afectaba a toda su junta de gobierno local, salpicando a tres ediles de Compromís y una de Pasip, però los dos socios se desmarcaron rápidamente de la imputación. Incluso, Juanma Ramón, portavoz de los valencianista y primer teniente de alcalde, pidió explicaciones públicas a Sagredo por su imputación.

"De confirmarse los datos que se publican a la prensa, el alcalde de Paterna y dos de sus concejales estarían en una situación muy delicada. Por eso, como primera autoridad y afectado por esta imputación, hace falta que a la mayor brevedad posible nos informe como socios de Gobierno. El pueblo de Paterna merece transparencia absoluta de sus gobernantes y de sus acciones de gobierno, razón por la cual Sagredo tiene que explicar ya cuál es el alcance de la información que está publicándose y por qué se habla de toda la Junta de Gobierno Local imputada cuando los tres concejales de Compromís que estamos en la JGL no tenemos ninguna notificación ni ninguna imputación", dijo Ramón. Por su parte, Sagredo se tomó lo de la transparencia al pie de la letra y comunicó a la prensa que había dejado en suspenso la adjudicación del montaje de la feria del Comercio (delegación de Compromís) por unos reparos, ordenando al concejal Martí abrir una investigación por ello.

El último episodio del desencuentro PSOE-Compromís se produjo por la tala de un árbol en la Canyada. Núria Campos, edila socialista, envió a empleados de Gespa a talar un árbol, desatando el rechazo de los vecinos del barrio residencial. Además, el departamento de Medio Ambiente, de la que depende la Mesa del Arbolado, está en manos de Carles Martí, de Compromís. La protesta vecinal para evitar la tala ha acabado con tres multas de 600 euros a vecinos de la Canyada, tras los informes remitidos por la Policía Local, área controlada por la propia Campos, a la Delegación del Gobierno.