De nuevo se salvaron de la maldición. A pesar de tener todas las previsiones climatológicas en su contra, 'filaes' y comparsas de Alaquàs pudieron celebrar su gran Entrada, que culminaba más de dos semanas de festejos. La lluvia no afectó al desfile, como sí había hecho hace años en jornadas en las que impactó de lleno en pleno desarrollo de un acto que dura unas seis horas.

De hecho, al mediodía del sábado, se celebró una reunión de urgencia entre la dirección de l'Associació de Mortos i Cristians Perolers y el concejal de Fiestas, Toni Saura, en la que se analizó su convenía desconvocar la cita. Finalmente y tras un considerable debate, se decidió seguir adelante y emplazar a 'filaes' y comparsas en el Castell a las seis de la tarde.

Aunque en ese momento caía una suave lluvia, 30 minutos después partió del monumento la primera comitiva y el desfile pudo desarrollarse íntegramente tanto por la avenida Miguel Hernández como por la plaza de la Constitución y la calle Mayor, hasta los pies del ayuntamiento. Este año, los primeros en desfilar fueron los cristianos y cerraron la Entrada los moros.

Las capitanías de Hospitalaris (cristianos, con Enrique Madrid y Marta Sáez al frente, y de Muladins, con Carlos López y María Moret, se llevaron una gran ovación por los boatos que plantearon. Pasadas las 0,30 horas, culminaba el desfile con fuegos artificiales.