El próximo 1 de diciembre será el mejor día de las vidas de Víctor y Mónica, dos vecinos de Catarroja. Pero a tan solo 18 días de la boda se han encontrado con un problema que jamás se habrían imaginado: la Iglesia Archiprestal de San Miguel Arcángel ha comenzado hoy unas obras que les han pillado por sorpresa.

La noticia la recibieron ayer, cuando la novia acudió a esta iglesia para poder tomar las medidas del altar y contar los bancos del templo para pasar todos estos datos a la floristería. Entonces el párroco Don Bernabé le informó de que no se había acordado de advertirle que iban a comenzar unas obras en la zona del altar, pero que con unas sábanas podrían cubrir todo el día de la boda. Más tarde Víctor la encontró llorando por este motivo, por lo que decidió hablar con el párroco para poder llegar a un entendimiento. Esta reunión se produjo ayer a las 20:30 horas.

Sin embargo, las dos únicas soluciones que les ha ofrecido han sido tapar con sábanas todos los elementos propios de la obra, como los andamios, o arreglar los papeles necesarios para que puedan casarse en otra iglesia. A pesar de que Víctor y Mónica querían hacerlo en esta iglesia porque son vecinos de Catarroja y es la única que les gusta, han tenido que movilizarse para encontrar otro lugar porque no están convencidos con el resultado de tapar todo con unas telas. "Si no llegamos a ir a tomar las medidas nos habríamos encontrado el día de la boda con todas las obras y nosotros sin saberlo. Por esa parte hemos tenido suerte", confiesa Víctor.

Ahora, con más de 100 invitados convocados y el banquete reservado en una masía de Bétera, se han comunicado hasta con la Archidiocesis de València para encontrar una solución, aunque todavía no les han contestado. Los que sí lo han hecho ha sido el Ayuntamiento de Albal, localidad donde hablarán hoy mismo con el párroco para intentar celebrar allí la boda. "Creo que después de tanto tiempo esperando esta fecha, reservando con tanta antelación, haciendo cursillos prematrimoniales, habiendo llevado los testigos la semana pasada, dos de ellos de Madrid con su billete de ida y vuelta, no es justo". Ahora solo quieren encontrar un párroco que les ayude a encontrar un lugar mejor para su día, "fuera de obras y andamios".