La agrupación socialista de Paiporta, en asamblea extraordinaria, ratificó ayer noche con 62 votos a favor y solo uno en contra la decisión de su grupo municipal de abandonar el equipo de gobierno. El grupo liderado por Maribel Albalat explicó a la asamblea los motivos de la crisis y las dificultades de estar en el gobierno local con Compromís.

«Firmamos con nuestros socios de gobierno un pacto de legislatura y un programa de gobierno conjunto, unos acuerdos, que han sido incumplidos sistemáticamente por Compromís, declaró Albalat, que añadió: «Se acordó que los acuerdos de gobierno serían por consenso, Compromís entiende que el consenso es hacer lo que ellos quieren, aunque no estemos de acuerdo. No vamos a ser cómplices de su política personalista», añadieron en un comunicado para acusar a Compromís de actuar de forma unilateral y llevar a la quiebra al gobierno local. «Paiporta se merece que la gobierne una Izquierda responsable, una Izquierda que dialogue, que esté al lado de los paiportinos y paiportinas, que no imponga sino que convenza».

Una crisis latente

Tal y como avanzó Levante-EMV el pasado 11 de octubre, los socialistas creen que han existido diferencias en el seño del gobierno local «desde el primer día» por lo que consideran una «actitud unilateral» de Compromís «en muchos asuntos» de la gestión. No obstante, el asunto que provocó esta crisis fue la decisión de Compromís de volver a convocar las «Trobades amb l'Alcaldessa», que se reiniciaron ayer «pese a la opinión contraria» del PSOE.

De ahí que los socialistas anunciaran ya entonces que no acudirían junto con el resto del gobierno a dar explicaciones de la gestión a la ciudadanía y, en su lugar, convocaron la asamblea para decidir el futuro del pacto.

Para el PSPV en les Trobades «se ha demostrado que el formato de Compromís solo tiene dos objetivos: enaltecer la figura de la alcaldesa, haciendo suya la gestión que estamos haciendo todos los miembros del gobierno, utilizando los recursos municipales para promocionar su imagen, y silenciarnos públicamente, haciéndonos ir a unos encuentros como invitados de piedra a la espera de que la alcaldesa se digne a darnos la palabra», según denunciaron, además de añadir que la convocatoria del encuentro era «una irresponsabilidad política».