El incivismo volvió a roer, una vez más con total impunidad -al menos por ahora-, el patrimonio cultural de Burjassot. Desde el pasado jueves, 24 de enero, entidades del municipio y vecinos en general vienen preguntándose "dónde están los libros de Estellés". Y es que ha desaparecido una de las piezas de la estatua sedente de Vicent Andrés Estellés ubicada sobre un banco en la plaza del Ayuntamiento. En concreto le faltan los cuatro libros elaborados en bronce, al igual que el resto de la escultura, sobre los que la mano del poeta parecía firmar o escribir.

Según fuentes municipales, esta acción tiene "el aspecto de un hurto" y la Policía Local ya tiene constancia de lo sucedido. De momento el consistorio "esperará un tiempo prudencial" y, si no aparece la pieza -que se mantenía sujeta al banco por un soporte de hierro-, se procederá a "volverla a reproducir" para su reposición. Asimismo, "de momento, la estatua y el banco continuarán en su sitio", junto al obelisco de los Mártires de la Libertad. Por otra parte, tal como han observado no pocos vecinos desde hace meses, la imagen del escritor tiene una mancha roja en la chaqueta y, además, una pintada ensucia el banco sobre el que se asienta.

En declaraciones a Levante-EMV, la hija del poeta, Carmina Andrés, manifestó que "la familia se siente muy dolida por este nuevo acto de vandalismo" a uno de los iconos del patrimonio del pueblo y solicitará al ayuntamiento "una respuesta". La propia Carmina Andrés, a modo de protesta, posó este lunes por la mañana con algunos libros de su padre junto a la escultura.

Desde que se erigió la estatua en abril de 2007 para homenajear al poeta universal, entonces bajo el mandato del alcalde José Luis Chavarrías, este es el quinto "incidente" de consideración que padece la obra. La primera agresión, que perjudicó las gafas del bronce, se remonta a marzo de 2010. Fue su propia escultora, Teresa Cháfer, quien se encargó de la restauración en la Casa de Cultura.

La imagen de Estellés no regresaría a la plaza del Ayuntamiento hasta noviembre de 2011 en un acto de bienvenida que presidieron la familia del escritor y el entonces alcalde Jordi Sebastià. Transcurridos seis meses, en mayo de 2012, un segundo ataque volvió a causar la rotura de las gafas de la estatua. Después, justo al cabo de un año, en mayo de 2013, se produjo la tercera agresión: el incivismo cubrió con pintura azul el homenaje con que Burjassot distingue a uno de sus hijos predilectos. La estatua, gracias al trabajo de la Brigada de Obras, pronto recuperó su aspecto normal.

El cuarto ataque, después de más cuatro años, se produjo en octubre de 2017. Alguien -también amparándose en la nocturnidad y el anonimato- arrastró la estatua hasta el suelo. Sin embargo, la imagen del poeta Estellés, bajo la presidencia del alcalde Rafa García, siguió en "la plaza de todos, la del pueblo". Y, finalmente, tras un año y tres meses, todo parece indicar que una parte importante de la escultura ha sido objeto de un hurto.