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Tres fallas de l'Horta "democratizan" sus nombres

Las comisiones Poeta Llorente y Marqués de Solferit de Quart de Poblet y Pere Maria Orts i Bosch de Mislata eliminan oficialmente las referencias franquistas de sus denominaciones para cumplir con la Ley de Memoria Histórica

General Asensio y Barón de Cárcer ya no representarán con sus nombres a las fallas de Quart. Las comisiones Poeta Llorente y Marqués de Solferit han simplificado sus denominaciones y han eliminado las referencias a estos personajes de su identificación por estar relacionados con el régimen franquista. Por su parte, la falla de Mislata Plaza Eduardo Marquina ha pasado a llamarse Plaza Pere Maria Orts i Bosch. Estas rectificaciones va en paralelo a la Ley de Memoria Histórica que está haciendo que los ayuntamientos retiren las placas de las calles con nombres franquistas. Las tres comisiones de l'Horta, que pertenecen a la Junta Central Fallera, han decidido que sea este ejercicio el que marque un punto y a parte en la historia de cada comisión y han oficializado su cambio de nombre, como también ha sucedido en el 'cap i casal'.

En el caso de Quart de Poblet, las dos fallas han aceptado el cambio como algo natural, arropadas por el ayuntamiento y su comisión de Memoria Histórica. Poeta Llorente (antes Poeta Llorente-Barón de Cárcer) ha eliminado su segundo nombre que homenajeaba al que fue Jefe de la Falange del Reino de València y alcalde de la ciudad entre 1939 y 1943. El presidente de la comisión, Sergio Valldecabres, explica a Levante-EMV que, aunque la modificación nace por una recomendación del consistorio al modificarse la vía Barón de Cárcer por Paret de Piles, desde la falla «entendemos que no tenía sentido tener un nombre franquista si no existe la calle y que hay que ajustarse a la normativa y a la vigencia actual. Si no existe calle de Barón de Cárcer no vamos a llamarnos así y además no tiene sentido tener un nombre de un franquista».

Asimismo, el representante apunta que los cambios en las insignias, escudos, bandas y estandartes van poco a poco. «Hemos cambiado las insignias y el diseño lo hemos hecho con un profesional de la falla, por lo que todavía no nos hemos gastado mucho dinero», detalla Valldecabres.

Por su parte, la falla Marqués de Solferit del mismo municipio (antes General Asensio-Marqués de Solferit), que es la comisión de la fallera mayor infantil de València de 2016, Sofia Soler, decidió en junta general excluir de su denominación la referencia a la figura militar que se eliminó del callejero en el año 1979, cuando, tras la llegada de la democracia, se cambiaron 33 nombres de vías con vinculación al régimen dictatorial. Hasta ahora, la comisión que nació en 1977 no había realizado ningún movimiento en este sentido. La acción se ha materializado en 2019, cuando la junta fallera ha aprobado por unanimidad que era el momento de dejar atrás el nombre del General Asensio. «Hay que cumplir con la Ley de la Memoria Histórica», explica el presidente de Marqués de Solferit, Marcos Lozano. La comisión ha cambiado el estandarte y, poco a poco, irá renovando otros elementos. «Nos parece un cambio positivo. Hay que adaptarse a los tiempos y nadie quiere tener una denominación que representa a una dictadura», aclara el presidente.

«Un cambio de identidad»

En Mislata, la falla que era Eduardo Marquina ha pasado a llamarse Pere Maria Orts i Bosch, una modificación que coincide, también, con el cambio de nombre de la plaza donde está ubicado el casal. «La Junta Central Fallera nos explicó qué suponía cambiar el nombre...vimos que no teníamos más remedio y lo aprobamos en la junta pese al disgusto», explica Inma López, presidenta de la agrupación. La acción ha supuesto, en su caso, «un cambio de identidad». Para ellos, «después de 42 años no es algo fácil de digerir». De hecho, desde que ejecutaron el cambio este verano «está siendo difícil para la comisión» porque, tal como detalla, «hay otras fallas que, al estar en un cruce , al tener nombre de dos calles, han podido conservar uno, pero en nuestro caso ha sido un cambio radical».

De momento, ya están registrados con su nueva denominación en la Junta Central y ahora están actualizando los textos de organismos oficiales internos, tales como los estatutos. En cuanto al cambio de insignias y escudos, la presidenta afirma que ya se han modificado los estandartes pero no se ha hecho «mucho más» porque «la economía no nos lo ha permitido». La comisión ha invertido unos 1.500 euros en los nuevos estandartes y no recibe, a diferencia de otras fallas de la Junta Central, subvenciones del Ayuntamiento de València ni del de Mislata.

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